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La «mea culpa» del régimen cubano: Dime lo que haces y te diré por dónde vienes

Aguas albañales y basuras en una calle capitalina. Foto del autor

LA HABANA, Cuba.- La lectura entre líneas de lo que el régimen dictatorial expone y ejecuta no se aprende en un día, es en un arte, y se va perfeccionando con el tiempo. Hay que seguir muy de cerca todos los movimientos en el tablero de ajedrez del “gobierno” para poder despejar las incógnitas de lo que hacen, y sobre todo por qué lo hacen.

No hay dudas de que por muchos años se utilizó el “lavado de cerebro”. Desde la escuela primaria a los niños, hasta los medios de difusión y los discursos subliminales del fallecido “comandante” al resto de los cubanos. Esa fue, por largo tiempo, la mayor influencia en la conducta social de la isla.

Ahora hay nuevos métodos, entre los que se incluye “reconocer las culpas”. La culpabilidad, sin embargo, se comparte con el pueblo, al que casi siempre le toca la peor parte por ser más responsable que el Estado y por no tener la solución de los problemas.

Entretanto, ha vuelto a “renacer” el programa Cuba Dice, que se transmite dentro del Noticiero Nacional de Televisión en su edición estelar de las 8 de la noche, lo que, según explicaron, fue a solicitud de los televidentes.

El caso de los desperdicios sólidos, que se acumulan días y días, se llenan de agua cuando llueve, y son un lugar ideal para que los insectos y roedores busquen alojamiento, es un problema que demuestra lo antes expuesto.

En la televisión cubana, la radio y la prensa escrita, se destaca esta grave situación social. Se justifica que el “gobierno” no cuenta con los vehículos necesarios para hacer las recogidas diarias y tampoco con la mano de obra para ello; pero… no obstante, el pueblo tiene gran responsabilidad en ello, porque tira la basura fuera de los tanques, y los destruye para quitarles las ruedas, las tapas, etc.

Basura cerca de una escuela. Foto del autor

Estos depósitos de desechos sólidos cuestan al país entre 300 y 500 euros cada uno. Y además se ha podido constatar cómo personas que viven en pisos altos tiran los paquetes de basura desde los balcones. En fin, que existe una gran indisciplina social a pesar de los esfuerzos del Estado, que hace todo lo posible por solucionar este problema.

Claro, se les olvida hablar sobre algunos aspectos que indican negligencia, como la despreocupación por la urbanización cuando se cae un edificio, en particular en las zonas de Centro Habana, 10 de Octubre, y el Cerro. En el lugar queda entonces la estructura que sobrevivió, además de los escombros generados por el derrumbe, lo que de forma inmediata convierte el lugar en un foso para los desperdicios de todo tipo.

Esta nueva forma de “mea culpa” se puede comparar con una familia disfuncional, que cuenta a los vecinos los conflictos que tiene dentro de su seno, para después justificar que no son debido al comportamiento hogareño, y que los factores externos son los que influyen negativamente.

Entonces, aquellas personas receptoras de las historias familiares llegan a pensar: “esta gente, los pobres, tratando de salir adelante y los que les “cuelgan” de afuera no los dejan”.

Este es el nuevo método de hacer ver que se reconocen las deficiencias y los errores, pero ya no se le echa la culpa al imperialismo y al “bloqueo yanqui”, ahora los mayores responsables están en el propio pueblo.

Y aunque parezca increíble funciona, y no es solo en este caso de la basura, ya son unos cuantos “renglones” de la ineficiencia estatal que están siendo cubiertos con esta versión virtual de cómo se desempeña la economía.

Lo que queda en pie de esta edifcación convertido en vertedero. Foto del autor

Por ejemplo, la fumigación con petróleo para controlar los mosquitos aedes aegyptis –algo que molesta mucho en todos los hogares cubanos- en la mayoría de los casos no es efectiva, y en estos momentos hay brotes de dengue, zika y chinkungunya por todo el país. Cuando se habla de ello en los medios, se dice que los dueños de las casas son los responsables porque no funcione la fumigación, debido a que no mantienen el hogar cerrado los 45 minutos que se ha reglamentado; así como el mantenimiento en los hogares cubanos de vasitos de agua, cubos y otros recipientes no tapados que provoca la proliferación de los focos de dichos mosquitos.

Sin embargo, es de conocimiento público que focos para el mosquito hay en los baches de las calles que llevan tiempo sin arreglar y que acumulan agua, y en los salideros y las fosas desbordadas, las cuales no limpian con periodicidad.

Lo que sí no da lugar a dudas es que, a la hora de inventar, la dictadura tiene medalla de oro. Lo más triste es que todavía hay personas que creen cada panfleto y cuando les preguntas te pasan el mismo libreto del oficialismo. Claro, existe miedo sobre todo ante una cámara de video estatal.

Sería conveniente hablar de esto a familiares, vecinos y amigos, incluso en las colas ¿por qué no?, ya que cuando vengan a ver, con tanta repetición todo el mundo hablará lo mismo. Si al final, en una ocasión Hebe de Bonafini, integrante de las Abuelas de la Plaza de Mayo, dijo que había aprendido de Fidel Castro que una mentira repetida muchas veces se convertía en verdad.