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Los esbirros de Castro en Lima

LA HABANA, Cuba.- Para la Cumbre de Las Américas en Lima, Perú, el gobierno cubano afinó la chusmería de su delegación de la “sociedad civil” en un vano intento por no repetir el ridículo realizado en Panamá en el 2015. Otra vez dispuso de una numerosa delegación entrenada en insultos, a la cual limpió el camino al impedir que la verdadera sociedad civil de la isla viajara a al país sudamericano.

Antes de que el 2018 abriera sus puertas, la policía política estrenó el método represivo de apresar a reconocidos miembros de la sociedad civil, mediante la llamada prohibición de salida del país. Mas de medio centenar de independientes de la prensa y organizaciones civiles fueron detenidos en los aeropuertos e imposibilitados de salir del país hasta la fecha de hoy.

La fuerza mayor a enfrentar por el oficialismo sería los cubanos del exilio, a los que la propaganda oficial les tiene acomodado un espacio lleno de injurias que, por redundante y patético, ya es poco creíble.

Sucely Morfa, actual miembro del Consejo de Estado cubano, durante un acto de repudio en la pasada Cumbre de las Américas 2015

Lo más lamentable de la receta represiva es el ascenso en las estructuras del gobierno de los personajes más agresivos que lideraron la camorra del 2015. Sucely Morfa, bautizada como la “psicóloga millonaria”, por asegurar que con su salario costeó su viaje a la Cumbre de Panamá, ahora es miembro del Parlamento cubano y presidenta de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

El historiador y periodista Boris González participó en los foros paralelos de la Cumbre de Panamá. Imposibilitado de viajar a Perú, aseguró a CubaNet que la historia se repite.

“Lo que ha hecho el Gobierno cubano con las turbas es duplicar el método. En lugar de sacar suavemente a esos personajes mas agresivos en Panamá, lo que ha hecho es exaltarlos a los primeros planos de representatividad política, y llevarlos a Perú para repetir el show.”

Historiador Elier Ramírez, joven participante en el Congreso de la UJC

Elier Ramírez, el padre de la frase vociferada en el 2015 “machetes que son poquitos”, fue promovido a diputado de la Asamblea Nacional. Este año Ramírez repitió su participación en la Cumbre de las Américas junto a Ronald Hidalgo, vicepresidente de la UJC y uno de los que reprimió a Daniel Llorente cuando protestó durante el pasado desfile del 1ro de mayo.

Estos personajes debieron ser sacados de la agenda pública, si el gobierno no hubiese querido ofrecer una imagen de incapacidad para el diálogo. Sin embargo, a la delegación que viajó con fondos gubernamentales y que el gobierno llama “legitima sociedad civil”, se le sumó otra figura a prueba, en franco ascenso al Parlamento, Mirtha Julia Brossarrd, presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).

Regina Coyula, historiadora y bloguera de “Mala Letra”, considera que es una ofensa que los representantes se apoderen de la forma de pensar de todo el pueblo cubano.

Mirthia Julia Brossard

“Hablan a nombre de Cuba como si toda Cuba pensara igual que ellos. En mi opinión ellos no fueron a ofrecer una buena visión de Cuba, fueron a lo que se ha visto que fueron, a gritar, a criticar a reventar. No quisiera pensar que esa sea la imagen que haya dejado Cuba de lo que somos los cubanos”.

Los medios de prensa oficialista ofrecieron una victoriosa visión de Cuba en la Cumbre de las Américas y los foros paralelos de la sociedad civil, desarrollados en Lima, Perú.

No se habló de la participación en los foros de la sociedad civil de la presencia de Jorge García, quien perdió 14 familiares en la masacre del remolcador 13 de marzo. Tampoco se comentó del apoyo internacional hacia los proyectos civiles sin compromiso con el gobierno. Quizás estas omisiones sean el motivo por el que, a la pregunta de CubaNet sobre los encuentros de la Cumbre, la respuesta común en las calles cubanas fuera: ¨Yo no sé de eso¨.