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Los sueños rotos de un bulevar en Cuba

HOLGUÍN, Cuba.- Lo que en un inicio fue una novedad, con el tiempo ha derivado en una pesada carga para los habitantes de esta ciudad. La libre circulación, el descanso, la recreación de sus habitantes y la población flotante que la visita fueron las buenas intenciones que llevaron a la construcción del bulevar.  Sus “artífices”, con la idea de ajustarlo a los nuevos requerimientos de una urbe en crecimiento, introdujeron iniciativas bajo el sello de lo “auténtico”, sin reparar en que se distanciaban de la concepción tradicional de bulevar como “esa calle generalmente ancha o paseo central arbolado de una avenida”, que algunos puristas escriben todavía boulevard.

“Del concepto tradicional con amplias avenidas y áreas verdes sacamos la esencia. Lo adecuamos a nuestra realidad y necesidades urbanísticas”, dijo a la prensa local el historiador Hiram Pérez Concepción, quien en ese momento asumía la dirección del Centro Provincial de Patrimonio.

La obra comenzó en el año 2005 con una gran plataforma en la calle Libertad, entre las calles Martí y Luz Caballero. La vía se elevó al nivel de la acera para eliminar obstáculos y diferenciarlas de las demás, siguiendo las orientaciones del arquitecto Guillermo Rubio, especialista en Proyectos de la Empresa Vértice y Mario Carballosa, proyectista general de la obra y arquitecto del Centro Provincial de Patrimonio.

Tras culminar el primer tramo, la Empresa constructora de Obras del Poder Popular (ECOPP) acometió otras aéreas de la calle Libertad entre las calles Frexes y Aguilera, para finalizar el tercer paseo entre las calles Aguilera y Áreas.

El traslado de materiales de construcción y el ruido de motocompresores rompieron la monotonía citadina ante los ojos incrédulos de los holguineros que recordaban con  desilusión los obstáculos de un primer intento en los años 90. Mientras, los medios oficialistas prometían que esta nueva ejecución del bulevar sería diferente con una integración orgánica al entorno.

En aquel entonces solo existían bulevares en La Habana, Santa Clara, Cienfuegos y Bayamo.

Sin embargo, poco duró el regocijo, y el bulevar de Holguín, a pesar de la considerable suma monetaria invertida, cuyo monto nunca se dio a conocer, cayó rápidamente en el abandono.

Los desagües del bulevar siguen sin sus rejillas, como potencial peligro para transeúntes, además de afear el entorno.

Ana Rosa Pupo,  trabajadora de un local de confecciones textiles situado a un lado del bulevar, dijo a CubaNet haber visto en reiteradas ocasiones a mujeres, hombres y niños lastimados después de caer en estos huecos de aproximadamente 50 centímetros de profundidad.

El deterioro y la desidia que afectan al bulevar parten de las raíces que nunca tuvo, por ser ajeno a la idiosincrasia del holguinero, considera el crítico de arte Danilo López Garcés.

“El bulevar de Holguín es nefasto e importado, por eso ha decaído tanto y se convierte en un lugar sucio, mal oliente, desagradable, donde el tránsito del peatón no tienen nada que ver con ese bulevar”, subraya López Garcés.

En la memoria popular ha quedado el chiste real de la cabeza de caballo que colocaron en una fuente de agua recién construida en el tercer tramo del bulevar situado entre las calles Aguilera y Arias.

Todavía es vívida la anécdota de que, por esos días, la doctora María Dolores Ortiz,  la popular panelista del programa televisivo Escriba y Lea, visitaba la ciudad y quedó horrorizada con tamaña barrabasada, al punto de que poco tiempo después cambiaron la cabeza del equino por la actual mujer con sombrilla, un gasto que no estaba planificado en la inversión.

El bulevar es el “hogar” de indigentes que utilizan su piso como una cama para pasar la noche y su lugar ideal para pedir limosnas.

De igual manera, se le ha criticado la falta de árboles cuya sombra es tan apreciada en esta isla de eterno verano, donde el calor y los rayos solares curten la piel.

A pleno mediodía es una escena reiterada ver como los caminantes se disputan la angosta sombra de las edificaciones que están a ambos lados del bulevar.

Muchos afirman que las modificaciones que ha sufrido durante el tiempo, solo han empeorado la imagen de este espacio considerado como poco atractivo y práctico.

Atendiendo a un reclamo popular, el gobierno del territorio finalmente aprobó un presupuesto para eliminar los adornos del centro que impedían el libre tránsito peatonal.

El holguinero Luis Manuel Hernández opina que este es un gasto que se pudo haber evitado.

“Primero invirtieron recursos en construirlos, y ahora, cuando se dieron cuentan que fue un error, vuelven a invertir para demolerlos. Estas son cosas que solo pasan en Cuba, pero con el dinero del pueblo”, critica Hernández.