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Manuel Santana: “En Valle Grande fui objeto y testigo de los abusos y la represión del régimen”

LA HABANA, Cuba. – Tras pasar los últimos 72 días de su detención en la prisión habanera de Valle Grande, confinado en una celda de aislamiento, el preso político y activista por los derechos humanos Manuel Santana Vega fue trasladado a régimen de reclusión domiciliaria el pasado 9 de septiembre.

El también miembro del Movimiento de Opositores por una Nueva República (MONR) estuvo exactamente un año y dos días en prisión provisional por los supuestos delitos de “propagación de epidemias”, “desobediencia” y “desacato”.

Según Santana Vega, la celda de aislamiento donde estuvo recluido por más de 70 días era “tenebrosa”. “La medida es de tres metros de largo por dos de ancho, con su turco, un baño que es un hueco para hacer las necesidades. La única luz que tiene es la del pasillo que entra a través de las rejas”.

El activista fue detenido el 7 de septiembre de 2020 cuando oficiales del Ministerio del Interior (MININT) vestidos de civil y sin identificarse rompieron la puerta de su vivienda sin orden judicial para el allanamiento. Tras su arresto, fue “objeto y testigo de todos los abusos y los maltratos en las prisiones del régimen”, aseguró a CubaNet.

“La represión en la prisión es inmensa. La comida de nosotros es para cerdos. La jefatura manda a los oficiales a que te metan golpes por cualquier cosa y, cuando arremetes contra ellos, es directo para la celda de castigo, donde no hay quien esté: son celdas con una temperatura extrema según [las condiciones d]el tiempo”, contó.

Santana fue aislado inicialmente como castigo por declararse en huelga de hambre. Ahora precisa que fueron 10 días en los que no se pudo siquiera ni bañar. 

Luego, fue recluido en otra celda de castigo “por defender a un hermano de la religión abakuá al que le estaban cayendo a golpes en la puerta del comedor”, indicó.

“Me metieron en la celda el 1 de julio. Allí fui objeto de múltiples abusos psicológicos y testigo de lo que ellos llaman ‘regulación mecánica de los autoagresores’. A estos los mantienen noche y día encadenados de manos y pies en una celda, solos”.

De acuerdo con Santana, declarado convicto de conciencia por Prisoners Defenders, a los “plantados” los mantienen en la celda tapiada para que no hablen con nadie. 

El prisionero político también fue sancionado por denunciar los maltratos en su contra por vía telefónica, por defender a otros reclusos y por negarse a usar el uniforme de la prisión. “Me intentaron poner la camisa de preso a la fuerza, incluso me golpearon en varias ocasiones”, denunció.

“Ese trapo que es el mismo con el que forran las cajas de muerto, porque eso es lo que somos para ellos, no me lo voy a poner ni ahora ni nunca porque yo soy un plantado”, concluyó.

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