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Mas Canosa contra la cortina de bagazo Cubanet

Jorge Mas Canosa (camcocuba.org)

MIAMI, Estados Unidos.- Son los historiadores, los académicos, los estudiosos de la libertad de Cuba quienes levantan la arquitectura de la estatura política de Jorge Mas Canosa. Sus familiares, sus amigos y sus compañeros de empeños y trabajos se encargan de mantener viva su dimensión como ser humano. Y los cubanos de la calle, los hombres y mujeres de a pie y de bicicleta china, los grandes sectores marginados de la sociedad, generaciones enteras de disidentes y de periodistas independientes lo tienen y lo tendrán en la memoria como el hombre que les ayudó a descubrir y a reencontrase con la realidad del país donde nacieron.

Así es, porque su vocación como defensor de la soberanía y la democracia en su país tiene fechas fijas, testimonios y documentos como los tiene su fervor y entrega en su militancia anticastrista y su camino en la Florida desde el desempeño de humildes empleos hasta convertirse en un próspero empresario a partir de su tenacidad y su talento.

Lo que no se puede recoger en cifras ni en fotografías, en cantidades o aproximaciones, es el impacto en Cuba de Radio Martí, promovida por Mas Canosa desde los primeros años ochenta, y que salió al aire y se escuchó en la Isla por primera vez el 20 de mayo de 1985.

Aquella emisora, un sueño que el líder exiliado pudo tocar, le dio un vuelco radical al escenario cubano secuestrado por la propaganda y comenzó a deslizar en el oído de la población la verdad de las noticias, comentarios críticos y certeros sobre la vida que se vivía y rescató elementos de importantes de la cultura nacional desde radionovelas sin teque político, la música campesina sin loas a las cooperativas fracasadas hasta las voces de artistas prohibidos como Celia Cruz y Olguita Guillot.

Los grupos disidentes tuvieron espacios para hablarle a la gente de Cuba de sus proyectos y se reencontrarse directamente con el exilio. Y el periodismo independiente halló pronto un sitio donde contar la verdad, publicar sus opiniones, darse a conocer en el mapa cubano y comenzar a llevar sus mensajes a otros medios de Estados Unidos y de la región.

Las interferencias que de inmediato instaló el régimen para la estación de radio y la posibilidad de ir a la cárcel por escuchar sus programas, demuestra que los comunistas comprendieron muy bien la hondura de ese aporte de Mas Canosa al reencuentro de los cubanos con la verdad y con las esencias reales del país.

Al esfuerzo gubernamental para que la emisora no se escuchara, se sumaron las peripecias de los ciudadanos por escucharla y apareció una parafernalia de antenas de bandejas de los comedores obreros, de juguetes rotos que apuntaban al cielo y cables escondidos entre las ramas de los árboles, entre otros ensayos para captar las ondas del sur de la Florida.

El escritor cubano Rafael Saumell, que estaba preso en 1985, recordó después: “Yo puedo decir con orgullo y tremenda curiosidad que gracias a que un preso político en la cárcel de Guanajay se inventó una radio de Galena y pude escuchar las primeras emisiones de Radio Martí. Por primera vez tuvimos voz los que no teníamos voz en Cuba”.

Jorge Más Canosa les dio a los cubanos esa voz.

Artículo publicado originalmente en el sitio web de la Fundación Nacional Cubanoamericana