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Médicos cubanos: entre la política y el cinismo

Médicos Cubanos de Brasil. Foto tomada de Internet

GUANTÁNAMO, Cuba.- La reciente decisión del Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) afirmando que no continuará en el programa Más Médicos para Brasil, iniciativa de la ex presidenta Dilma Rousseff, como respuesta a declaraciones del presidente electo Jair Bolsonaro, es otra de las movidas políticas que cotidianamente se producen en ese gigantesco tablero de ajedrez en que se ha convertido el mundo.

La repercusión ha sido inmediata y demuestra cómo los intereses políticos priman sobre los de las personas; también cómo la hipocresía se ha entronizado en nuestra cotidianidad de forma aberrante.

Las declaraciones de Jair Bolsonaro y la AMB

En el programa Más Médicos para Brasil participan profesionales de varios países, incluidos brasileños. Fue concebido para que trabajaran en las zonas más pobres y apartadas de ese país. No son sólo los médicos cubanos los que atienden las zonas necesitadas, aunque quizás sí conformen el grupo más numeroso.

Si es cierto -como afirmó el canciller Bruno Rodríguez en declaraciones a la cadena Telesur el viernes pasado, durante su participación en la Cumbre Iberoamericana realizada en Guatemala- que Bolsonaro se refirió a las doctoras cubanas despectivamente, eso es éticamente inaceptable. Igualmente resultaría inaceptable exigir la revalidación del título a los cubanos, si esa medida no es extensiva a todos los médicos que participan en el programa.

Si no se llega a un acuerdo, la población brasileña más pobre será la que sufra las consecuencias inmediatas de la retirada de los médicos cubanos. De hecho, un cable de la agencia de noticias EFE publicado por el servicio informativo de Yahoo informó que el Ministerio de Salud Pública brasileño contratará más médicos extranjeros para suplir la ausencia de los cubanos.

Pero el presidente Jair Bolsonaro también dijo que los cubanos trabajan en condiciones de esclavitud, pues no se les permite cumplir la misión acompañados de sus familiares más cercanos, son vigilados, y reciben sólo el 25% del dinero que el gobierno brasileño paga por sus servicios. Por supuesto que la declaración del MINSAP cubano no hizo referencia  a eso.

La decisión cubana constituye un extraordinario regalo para los petistas, que están necesitados de ganar los espacios políticos perdidos y convertirán el suceso en un arma política, pues tratarán de que toda la responsabilidad recaiga en Bolsonaro.

En medio de la barahúnda, según el mencionado cable de la agencia EFE, el señor Lincoln López Ferreira, presidente de la Asociación Médica Brasileña (AMB), calificó la medida adoptada por el gobierno cubano como una revancha y un boicot al gobierno del presidente electo. Y también dijo: “Un gobierno extranjero, con cuño de revancha, retira a sus médicos, sin tener en consideración sus compromisos éticos y morales y hasta humanísticos”, una afirmación que resulta difícil de digerir pues la AMB ha tenido una posición muy hostil con respecto a los médicos cubanos en ese país.

Lo más interesante de las declaraciones del señor Lincoln López Ferreira a EFE es su afirmación de que el gobierno brasileño había cometido un error al entregar un sector estratégico como el de la salud al arbitrio de un país extranjero, algo que le permite enormes ganancias políticas al castrismo no solo en Brasil, sino a nivel internacional. Que un gobierno no pueda ofrecer servicios de salud a toda su población es una deficiencia extraordinaria, pero depender de otro para cubrirlos lo convierte en su deudor político.

Porque no es el espíritu desinteresado lo que mueve al gobierno cubano ni a los médicos que participan en esas misiones, sino el estado calamitoso de la economía. En la propia declaración del MINSAP se reconoce que en estos cinco años de trabajo cerca de 20 000 colaboradores cubanos han participado en el programa Más Médicos para Brasil. Si el gobierno cubano se queda con el 75% del salario de esos galenos se trata de una entrada económica significativa.

Un médico cubano se confiesa

Cubanet contactó a un médico cubano que se encontraba de vacaciones cuando se dio a conocer la decisión del MINSAP, quien accedió a darnos su opinión a cambio de que no reveláramos su identidad.

“Este era mi primer año de misión y ahora ya no puedo regresar allá, por lo que he perdido lo que había ido comprando para traerlo al terminar el contrato. Lo que dijo Bolsonaro sobre exigirnos una comprobación de conocimientos es humillante, porque hasta donde sé su exigencia va dirigida sólo hacia los médicos cubanos; pero lo otro que dijo sobre que estamos controlados es cierto, porque a cada rato se aparecían en el municipio donde yo trabajaba tres o cuatro cubanos con batas de médicos que en realidad son de la embajada o de la seguridad del Estado, preguntando quiénes teníamos negocios, a dónde íbamos, con quiénes nos reuníamos, etc. Y en cuanto a lo del salario es realmente abusivo que a nosotros nos paguen el 25% y el gobierno se quede con el 75%, pero si no aceptas esas condiciones no sales de Cuba y una misión es la única posibilidad que tenemos de mejorar algo nuestra vida”.

Según la fuente, los cubanos compran piezas de autos, ropa, ¡y hasta ganado!, para tratar de sacarle más dinero a la misión.

“Aquí se han creado comisiones para visitar a los familiares de los colaboradores y pedirles que cuando se comuniquen con ellos les digan que no salgan de sus zonas de trabajo y estén localizables. En realidad, temen que muchos médicos se queden allá pues Bolsonaro dijo que les iba a dar asilo político, aunque el que se quede sabe que tendrá que pasar ocho años para que vuelvan a dejarlo entrar a Cuba”.

La fuente nos entregó una grabación que otro colaborador le remitió por correo electrónico. En ella se escuchan las orientaciones de un funcionario cubano a los colaboradores que permanecen en un municipio brasileño y cómo les promete otras misiones, y hasta la posibilidad de regresar a Brasil. “Eso es un cuento, allá quien se lo crea”, aseguró la fuente.