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Música medieval en Cuba: la resurrección de un arte mayor

LA HABANA, Cuba.- Cuando se habla de música medieval se activa el resorte de la imaginación. Siendo la Edad Media una época que transcurrió hace casi mil años, buena parte de los habitantes de la era contemporánea conocen su existencia por películas y series de televisión. Caballeros Templarios, Cruzadas, religiones paganas, invasiones bárbaras e historias de caballería conforman casi todo el imaginario que trae hasta nuestros días ese misterioso océano de tiempo llamado Medioevo.

Pero detrás de la visión a veces cruenta, a veces idealizada que ha pervivido gracias a las obras de ficción, subyace un período marcado por profundos cambios en la historia del arte occidental, desde las pinturas de Giotto hasta las Cantigas de Alfonso el Sabio. Mientras la cultura se desarrollaba al amparo de los monasterios, la música paulatinamente se desligó de la rígida métrica y función litúrgica de los Cantos Gregorianos para adquirir un carácter profano, cuyos principales exponentes fueron los trovadores y juglares que recorrían toda Europa.

El interés por divulgar este patrimonio artístico en Cuba ha contado con el apoyo de la Oficina Leo Brouwer y la agrupación Ensemble Lauda cuyo director, Henry Vidal, conversó con CubaNet sobre la importancia de que el público cubano tenga acceso a la música de la Edad Media, y el encomiable trabajo realizado por músicos y luthiers en la recuperación de instrumentos utilizados hace cientos de años.

A tal efecto, desde 2016 se celebra el evento “Habana Medieval”, que convoca a los mejores intérpretes de música antigua en la Isla e importantes figuras internacionales. Entre las agrupaciones del patio, mayormente enfocadas en las creaciones del Renacimiento y el Barroco, Ensemble Lauda sobresale por ser la única especializada en el repertorio de los siglos XII y XIII.

Dicha época estuvo caracterizada por el florecimiento del canto en lengua vernácula, el desarrollo de la poética y la versificación, la creación de un nuevo sistema de notación musical y el nacimiento de una polifonía rudimentaria que abriría el camino a la extraordinaria producción musical del Renacimiento.

Siglos después, tales avances harían posible el rescate de una parte del repertorio sacro y popular de la época, que hoy se conserva en importantes instituciones del viejo continente, como la abadía de San Marcial de Limoges y las catedrales de Notre Dame de París y Santiago de Compostela.

Para Henry Vidal ha sido un trabajo de varios años. Ensemble Lauda se fundó en 2010, con el propósito inicial de interpretar la música del Renacimiento. Cuatro años más tarde el grupo se decantó por la música antigua, combinando el trabajo vocal y la incorporación de instrumentos históricos.

A sus conciertos acude un público diverso. Aunque predominan los músicos y especialistas, también asisten jóvenes motivados por la curiosidad y el deseo de conocer mejor una época lejana que para algunos representa el crisol de numerosas virtudes, a pesar de la oscuridad y la violencia que la envolvió.

El aspecto más interesante y delicado de este quehacer recae en la colaboración de luthiers extranjeros que se han dedicado a recuperar, sin otro referente que las fuentes documentales y la iconografía de aquellos siglos, instrumentos medievales como flautas, violas y cítolas. Muy pocos ejemplares originales se conservan en los museos, y la madera que antaño se utilizaba para su fabricación provenía de árboles que se han extinguido, o actualmente forman parte de la naturaleza protegida.

Para que el resultado sea lo más fiel al original, músico y luthier trabajan estrechamente; no solo en la reconstrucción de la pieza en su aspecto físico, sino cuidando que el material seleccionado para la elaboración del instrumento no altere sus cualidades tímbricas.

Este arte supremo, a medio camino entre música y arqueología, ofrece un tesoro inestimable al público cubano y visitantes extranjeros que pueden disfrutar, por una ganga, de conciertos que en Europa suelen ser caros y en otras latitudes ni siquiera se materializan.

Según Henry Vidal, el movimiento de música antigua en Cuba goza de buena salud, con la peculiaridad de que casi todas las agrupaciones prefieren el repertorio que abarca del Cinquecento al Barroco europeo. Se han producido resultados notables en el rescate del patrimonio cubano, especialmente la recuperación de la obra de Esteban Salas (1725-1803), quien impulsó la música culta en la Isla durante sus años como compositor en la Catedral de Santiago de Cuba.

Con gran amor por la música, mucha perseverancia y pobre remuneración, Ensemble Lauda regala al público la posibilidad de experimentar sensaciones distantes de lo cotidiano. No se trata de un hobby elitista en medio de un panorama cultural reguetonizado; sino de un arte que satisface una necesidad estética en el acontecer contemporáneo de una Isla cuyo desarrollo musical no comenzó a perfilarse hasta bien avanzado el siglo XVIII.