Inicio Cuba Nueva Ley Electoral en Cuba: Así funciona la «democracia» del castrismo

Nueva Ley Electoral en Cuba: Así funciona la «democracia» del castrismo

Raúl Castro vota en un colegio electoral en Playa. Foto Cubadebate

GUANTÁNAMO, Cuba. – A partir de este lunes y hasta el 10 de julio, la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) se reunirá para cumplir la agenda de trabajo correspondiente al Tercer Período Ordinario de Sesiones de su Novena Legislatura.

La agenda contempla la discusión y aprobación —seguramente por unanimidad— del Proyecto de Ley Electoral que previamente se ha estado analizando con los diputados en cada región del país.

La nueva Ley Electoral es necesaria pues debe legislarse sobre las nuevas estructuras estatales creadas por la Constitución impuesta recientemente. Así lo establece la Primera Disposición Transitoria de la Carta Magna.

Se trata de una de las leyes complementarias más importantes del país. Pero quien haya leído la Constitución sabe que esta nueva ley es otro colorete para el “sistema socialista y democrático cubano”.

¿Qué cambios introduce el Proyecto de Ley Electoral?

Si analizamos el Proyecto de Ley Electoral, comprobaremos que ninguno de los cambios que introduce son trascedentes. No puede ser de otra forma cuando la Constitución recientemente impuesta por el castrismo es esencialmente antidemocrática y discriminatoria, de ahí el rechazo creciente que ha provocado en diversos foros internacionales donde la verdad del caso cubano se está abriendo paso.

Los cambios que contempla este proyecto son formales. Entre ellos está que se introduce la novedad de que el Consejo Electoral Nacional (CEN) —hasta ahora Comisión Electoral Nacional— será un órgano colegiado organizado verticalmente y funcionará de forma permanente. Es decir, aunque ya la teníamos de forma temporal, pronto los cubanos vamos a tener también a nuestra Tibisay Lucena de forma permanente.

Cambia la cantidad de integrantes del Consejo de Estado (CE), que ahora tendrá sólo 21 miembros.

También se modifica la actual proporción para la elección de los diputados a la ANPP, para que al menos haya dos diputados por municipio y el número de diputados se reduce de 605 a 474.

La nueva ley también regulará lo relativo a la elección de los gobernadores y vicegobernadores provinciales.

La “democracia” de la propaganda comunista

Como siempre hacen cuando se trata de manipular a la opinión pública, los principales dirigentes y sus órganos de prensa no se cansan de repetir que el actual proceso de discusión de este importante proyecto es una prueba de la “democracia” de la revolución.

Dicen bien, porque el pueblo no tiene, no ha tenido ni tendrá ninguna participación relevante en la discusión del proyecto. De tenerla dentro de los cánones ya establecidos por la Constitución sería otra formalidad. Por tanto, democracia es lo que menos ha habido.

Si analizamos a fondo el proyecto veremos que si de elegir se trata, los cubanos sólo podemos “elegir” al delegado de nuestra circunscripción. Entrecomillé el término porque ni siquiera en tales votaciones hay transparencia y se conoce que allí donde el pueblo ha mostrado intención de votar por un candidato opositor, la Seguridad del Estado ha intervenido con artimañas, violencia, intimidación y hasta detenciones, violando las propias leyes castristas.

El pueblo cubano no elige ni siquiera a los Presidentes de las Asambleas Municipales del Poder Popular —cargo que se equipara al de los alcaldes en otros países, pero ocupados por personas sin el carisma ni la legitimidad de esos alcaldes, quienes son electos por decisión del pueblo—. Tampoco votará para elegir a los gobernadores y vicegobernadores provinciales, ni al Presidente de la ANPP —que ahora presidirá también el CE— ni al Vicepresidente y el Secretario del “máximo órgano de gobierno del país”, que formalmente es la ANPP y en realidad es el partido comunista. No elegirá al Primer Ministro, ni al Presidente y Vicepresidente del país. Tampoco participará en la elección de jueces, fiscales, jefes de unidades de policías ni de otros cargos de interés público. Es decir, la participación del pueblo en las votaciones castristas está restringida a un marco intrascendente.

En cuanto a la “elección” de los diputados, el pueblo tampoco los elige pues vota por las personas previamente escogidas por la comisión de candidatura, que decide quiénes formarán parte de la ANPP luego de escuchar las orientaciones del partido comunista. El 50% de esos “diputados” es designado a dedo por dicha comisión, dándose el caso de que luego la gran mayoría de ellos nunca visita el territorio donde fueron votados ni se interesan por sus problemas. El propio José Luis Toledo Santander, presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos de la ANPP declaró el pasado 24 de junio a Granma, órgano oficial del Comité Central del PCC, lo siguiente: “El diputado no tiene vínculo territorial, no está en la ANPP para trasladar los problemas del territorio por el cual fue electo. El diputado tiene carácter nacional y está para decidir sobre las grandes estrategias del país, lo que no significa que se divorcie de los electores y de las autoridades locales”.

Actualmente la ANPP tiene 605 diputados, que según los datos ofrecidos por el CEN en las votaciones realizadas el pasado 11 de marzo del 2018 representan el 0.0091114609 % del total de votantes. Tomando como referencia que en esa ocasión votaron 8 639 989 cubanos, los 474 diputados representarán el 0.0054861181 % de los ciudadanos con derecho al voto, y decidirán sobre todas las cuestiones cardinales del país sin tener en cuenta las opiniones de sus electores, luego de que esos asuntos pasan por la criba del Buró Político y el Comité Central del PCC. El resto de los ciudadanos con derecho al voto, el 99.9945138819 %, no decidirá nada.

Si alguien pensó que luego de la alharaca propagandística alrededor de la discusión del Proyecto de Constitución se iba a comenzar a vivir una nueva etapa en nuestro país se equivocó de plano. Las opiniones de que el Presidente del país debe ser elegido por el voto popular y las que rechazaron el matrimonio gay fueron mayoritarias pero obviadas totalmente. Así funciona la “democracia” del castrismo.