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Nuevo caso de disparos y brutalidad de la policía en Cuba Cubanet

Imágenes de un caso ya reportado de brutalidad policial contra un bicitaxista en La Habana (Captura de pantalla)

MIAMI, Estados Unidos.- Un reporte aparecido en El Nuevo Herald detalla un nuevo caso de brutalidad policial en Cuba, en un incidente donde estuvo implicada una multitud y ocurrieron incluso disparos.

Según el testimonio de Dionis Pinillo Montalvo cuenta que unos oficiales en Colón, el pueblo matancero donde vive, lo golpearon luego de tirarlo al suelo y dejarlo esposado allí.

“Yo sé que nunca he sido un santo, pero no merecía que me partieran un brazo ni me dejaran defenderme”, dijo Pinillo al diario.

El joven de 33 años señaló que los oficiales hicieron disparos al aire para acallar los gritos de una multitud enfurecida que trataba de defender a Dionis de la brutalidad policial.

Pinillo ha sido acusado de atentado y tenencia de arma blanca. El joven, de raza negra, no solamente considera lo sucedido como una injusticia sino además un caso de racismo.

Afirma estar dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias con tal de denunciar lo ocurrido.

Los sucesos ocurrieron el pasado 25 de marzo en uno de los escasos sitios de recreación para los jóvenes de su pueblo. Dice que vio un tumulto y se acercó para comprobar lo que pasaba.

Luego de recoger un cuchillo que estaba en el suelo, dejado allí al parecer por una pelea anterior, fue increpado por la policía.

“Unos seis o siete oficiales borrachos me derribaron y comenzaron a patearme y a golpearme con porras. Intentaba librarme pero ellos conocen técnicas de artes marciales”, cuenta.

“Producto de esa golpiza me desbarataron el hueso del brazo derecho. Tuvieron que operarme de emergencia al día siguiente. Tengo dos láminas de metal en el hueso y siete tornillos puestos, además de una herida de 14 puntos”, describe.

“Yo caigo mal aquí por mi raza. No dudo de que me golpearan así por ser negro”, dijo el joven.

Una testigo de la golpiza, Yaidelis Tolón, de 23 años, dijo que los jóvenes que estaban cerca del sitio comenzaron a gritar “abusadores, suéltenlo, no le den más golpes”, a los oficiales de policía, pero todo fue inútil.

El relato de Tolón coincide con Pinillo en cuanto a que la persona que más lo golpeó fue un expolicía conocido en el pueblo como “El Ninja”, expulsado del cuerpo por el uso abusivo de la fuerza, aseguran ambos.

“Ninguna persona merece que la golpeen mientras está en el suelo”, dijo la muchacha.

El caso tiene lugar a pocos días de que en La Habana se produjera un incidente violento con la policía en un populoso barrio del centro de la ciudad.

Pinillo pasó horas en la unidad policial con el brazo partido, luego llevado al hospital Mario Muñoz y abandonado allí tras ser advertido de que no debía decir que había estado detenido.

Según describe la víctima, esta no es la primera ocasión en que se enfrenta a la policía. Estuvo condenado cinco años por el delito de hurto y luego otro año de prisión por desacato, luego de negarse a presentar su carné de identidad a un policía.

Ahora “quieren vincular este hecho con mi pasado pero yo soy un hombre de bien. Trabajo como jefe de brigada en los almacenes del Ministerio de Comercio Interior en el municipio, repartiendo granos y arroz. No he hecho nada malo después que salí de prisión”, agrega.