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Panchito Gómez Toro, el joven mambí

MADRID, España.- El 11 de marzo de 1876 nació en Sancti Spíritus, en el campamento mambí de La Reforma, en pleno apogeo de la Guerra de los Diez Años, el cuarto hijo de Bernarda Toro y del Generalísimo Máximo Gómez. Le llamaron Francisco, pero pasó a la Historia de Cuba como Panchito Gómez Toro.

Conoció a José Martí en República Dominicana en 1892, donde volverían a verse en junio de 1893. El próximo encuentro sería en los Estados Unidos casi un año después. Panchito lo acompañó en su viaje de propaganda revolucionaria por ciudades norteamericanas, centroamericanas y caribeñas; período que influiría en la personalidad del joven. El trayecto incluyó Cayo Hueso, donde visitaron a Fermín Valdés Domínguez y se tomaron una foto los tres en mayo de 1894. Francisco escribió: “Colocarme entre aquellos dos hombres, es como oír que se me dice: anda el camino del deber como lo han andado ellos (…)”.

El 8 de septiembre de 1896 arribaba Panchito a Cuba en el vapor Three Friends (Tres hermanos), por el sur de Pinar del Río, y se incorporaba a las tropas del Lugarteniente General Antonio Maceo. Tras la Invasión a Occidente, finalizada en Mantua, en solo tres meses, Maceo asumió la dirección del Departamento Occidental (Matanzas, La Habana y Pinar del Río), aquí se encontraba al arribo de Panchito, a quien había cargado de pequeño, y lo designó su ayudante con el grado de teniente. Panchito participó en combates como los de Ceja del Negro, Manaja, Tumbas de Estorino, El Rubí y Bejerano; en este último fue herido en el hombro izquierdo.

El 4 de diciembre, con un grupo de sus hombres, entre ellos Panchito, Maceo burlaría la trocha de Mariel a Majana, entre Pinar del Río y La Habana, para acudir a un llamado de Gómez desde el centro del país. El día 7 acamparon en San Pedro y alrededor de las 3:00 de la tarde empezó el combate en el que perdieron la vida el Lugarteniente del Ejército Libertador y su ayudante, ya capitán, con solo 20 años de edad.

Panchito, por estar herido había recibido orden de permanecer en el campamento, pero al enterarse de que ante el fuego enemigo los mambises se retiraban y el cadáver de Maceo quedaba en el terreno, va en su busca y cae herido; trata de suicidarse para que no lo capturen vivo, pero un español lo remata a machetazos en la cabeza.

Dieciocho valientes, al mando del teniente coronel Juan Delgado, rescataron los cadáveres de la guerrilla española que los despojaba de sus pertenencias. Esa noche los insurrectos lavaron los cuerpos de Maceo y Panchito y los velaron. Decidieron esconderlos en la finca Cacahual, propiedad de Pedro Pérez, tío de Delgado, donde fueron enterrados en secreto. Tras la exhumación en 1899, reposan en el Mausoleo de El Cacahual.