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Pareja estadounidense pierde su crucero y queda varada en La Habana

Crucero abandona La Habana (Foto News.com)

MIAMI, Estados Unidos. – Una pareja estadounidense denunció recientemente que fue abandonada en La Habana por el crucero Norwegian Sky, perteneciente a la compañía norteamericana Norwegian Cruise Line, publicó este miércoles el portal digital australiano News.

Tras una estancia de un día en la capital cubana, Kevin Rohrer y su novia quedaron varados en la ciudad pese haber arribado una hora y media antes al muelle de La Habana.

Conocedores de que el barco saldría de La Habana a las 5 de la tarde, la pareja se aseguró de llegar al muelle a las 3:30 pm. Sin embargo, al arribar al lugar, el Norwegian Sky ya había zarpado.

“Fue una situación aterradora. Estábamos devastados “, dijo Rohrer en su queja a la compañía de cruceros, Norwegian Cruise Line.

El percance obligó a Kevin Rohrer y a su novia a cambiar de planes.

“Cambiamos dinero y tomamos un taxi al aeropuerto. American Airlines nos dijo que no tomarían una tarjeta de crédito y nos cotizó 472 pesos (A $ 646). No teníamos tanto dinero”.

Pese a que la pareja estadounidense logró comprar dos boletos aéreos de regreso a EEUU, su viaje en crucero fue devastado prematuramente. Todo provocado por un cambio en la hora de salida que Norwegian Cruise Lines notificó oportunamente a sus clientes, pero del que Rohrer no se percató.

La salida, inicialmente programada para las 5 de la tarde, había sido adelantada para las dos. Según Rohrer la compañía “no hizo ningún esfuerzo por informar a los viajeros sobre este cambio”. Sin embargo, el estadounidense tenía, entre sus documentos, un boletín enviado a su cabina diciendo que los pasajeros en La Habana deberían estar “todos a bordo (el barco a las 13:30)”.

En una declaración a la Sra. Michelle Couch-Friedman del grupo de derechos de los consumidores Elliott Advocacy, Norwegian dijo que más de un mes antes de la parada en La Habana, la compañía notificó a los invitados el cambio de hora y lo distribuyó en sus documentos electrónicos, aunque el señor Rohrer sostiene que no se enteró de ningún cambio en el calendario.