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Payret, de teatro a hotel cinco estrellas

LA HABANA, Cuba. – ¿El Payret continuará siendo el cine-teatro que todos conocemos en Cuba o terminará integrándose al circuito de hoteles de lujo de La Habana?

A juzgar por la información publicada en la más reciente Cartera de Oportunidades de Inversión Extranjera, elaborada por el Ministerio de Comercio Exterior de Cuba, así como la inserción del área donde está emplazado el histórico edificio entre los proyectos de la Oficina del Historiador para celebrar los 500 años de la capital, muy pronto, frente al recién restaurado Capitolio, veremos alzarse al menos un imponente cinco estrellas de trescientas habitaciones.

Preconcebido por Gaviota S.A., perteneciente al Grupo Empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), el nuevo complejo de edificaciones para el turismo abarcaría totalmente la manzana comprendida entre las calles San José, Teniente Rey, Zulueta y Paseo del Prado y estaría integrado por un segundo hotel de categoría y capacidad similares a las del futuro Payret, así como una galería comercial donde hoy existe la Sala Deportiva Kid Chocolate.

De acuerdo con informaciones ofrecidas a CubaNet, tanto por funcionarios de la Unidad de Construcciones Militares (UCM) como de la propia Gaviota S.A., el proyecto ha sido insertado en los planes de inversiones a corto y mediano plazos que buscarían transformar los alrededores del Capitolio, donde ya tiene su sede oficial la Asamblea Nacional, en una especie de gran vitrina de exhibición que se extendería desde los hoteles Isla de Cuba, situado en la calle Monte y actualmente en ruinas aunque próximo a ser restaurado, atravesando el Paseo del Prado y llegando a Malecón, donde ya funciona el segundo cinco estrellas plus de Cuba y donde además habrá de inaugurarse, en pocos meses, el hotel Prado y Malecón, al que la cadena francesa Accor considera su principal joya en la isla caribeña.

“Se están valorando varias propuestas (…). Una de ellas sería conservar todas las fachadas del Payret y parte del interior, parte de la decoración (…), es la propuesta que posiblemente sea la definitiva aunque tiene algunos detractores por el significado histórico y cultural del Payret como teatro (…), hay otras propuestas (…) una sala de reuniones para la Asamblea Nacional (…) aunque creo finalmente se impondrá el hotel, junto a otro (el Hotel Pasaje) que supondría la reubicación de unas cien familias que todavía viven en la cuadra, así como otro centenar en las cercanías al Capitolio”, señala un funcionario de Gaviota bajo condición de anonimato.

Su declaración coincide en buena medida no solo con lo inscrito por la Oficina del Historiador en las señalizaciones del solar que hace esquina en Teniente Rey y Paseo de Martí (Prado) sino con la de funcionarios de la UCM, la empresa cubana encargada de la ejecución de los trabajos junto a la francesa Bouygues Batiment International.

La inversión total superaría los 300 millones de dólares, una cifra difícil de conseguir sin un socio extranjero, por tanto la parcela se encuentra actualmente entre un total de doce adjudicadas a Gaviota en la capital y que han sido priorizadas en la nueva Cartera de Oportunidades.

“Toda esa zona está pidiendo a gritos una restauración de las estructuras así como un cambio de sus funciones actuales, más por su integración a un conjunto donde está el Capitolio, el Gran Teatro, los hoteles del entorno, entre ellos el Manzana (…), hay dos edificios en peligro de derrumbe, uno de ellos es el que está frente al Tribunal Provincial (…), por las condiciones en que se encuentra tendrá que ser demolido, mientras de los que están frente al Capitolio se aprovechará parte de las fachadas (…), la sala Kid Chocolate tendría que ser trasladada y en su lugar se levantaría el Hotel Pasaje y una galería comercial similar a la que existía antes de ser transformado el lugar en complejo deportivo”, asegura la misma fuente.

Sólo en el perímetro, conocido en los documentos de la entidad empresarial como “Manzana Payret”, Gaviota pretende incorporar unas 600 habitaciones a un plan que busca  incrementar las capacidades de La Habana a unas 6 mil, en menos de cinco años, y que afianzaría a la corporación militar como líder en el sector hotelero cubano al superar, con la sumatoria del total de inversiones, en casi un 40 por ciento las 28 163 habitaciones con que cuenta actualmente en todo el país, una cantidad a la que apenas logra acercarse Cubanacán S.A. con 15 585, a pesar de contar con más años de operaciones que Gaviota, fundada a inicios de los 90, en plena crisis económica del llamado “Período Especial”.

“No existe otra entidad que tenga tantos proyectos en ejecución al mismo tiempo”, afirma a CubaNet un funcionario de la UCM: “Se trabaja en la construcción de una decena de hoteles nuevos en la capital, y se estudia el desarrollo de unos veinte más en las diferentes parcelas que se han priorizado en La Habana (…). Para el próximo año se espera comenzar dos proyectos en las parcelas cercanas al Acuario Nacional, entregar el P1D, ya avanzado, en lo que antes era la Feria de Malecón, varios hoteles en la calle 23, entre ellos otro cinco estrellas plus, frente a Coppelia, que sería el más alto de Cuba, además de la restauración de otros hoteles en el mismo Casco Histórico, la rehabilitación de la manzana del Payret con dos hoteles, así como el Isla de Cuba al inicio del Paseo del Prado”, asegura esta otra fuente consultada al respecto.

A la espera de la luz verde para el comienzo de las obras, el Payret permanece cerrado y sin que ninguna de las pocas personas que aún laboran allí, fundamentalmente como guardias de seguridad, sepa cuál será el destino de uno de los edificios más emblemáticos del entorno habanero.

“Un día dicen que seguirá siendo un cine, otros que pasará al Parlamento (Asamblea), pero ahora están diciendo que harán un hotel y que entonces nosotros iremos para el Campoamor (antiguo Teatro Capitolio) cuando lo terminen pero eso allí no avanza mucho, yo creo que terminarán demoliéndolo. Hace falta que decidan qué van a hacer”, opina un trabajador de la instalación entrevistado al respecto.

El rediseño de la “manzana Payret” marcharía aparejado a otras labores constructivas y de restauración en los alrededores del Capitolio, un torrente inversionista que incluiría las rehabilitaciones del Teatro Campoamor, edificios multifamiliares y de oficinas al fondo del Gran Teatro, así como la transformación o demolición de muchas de las cuarterías que abarca el tramo de la calle Industria, al fondo del Capitolio, algunas de las cuales hoy se encuentran abandonadas debido a los derrumbes o la falta de condiciones para continuar siendo habitadas.

Un extraordinario frenesí de inversiones y apuestas por el capital foráneo que contrasta enormemente con el aumento de los problemas de la vivienda en la isla, la lentitud en la búsqueda de soluciones inmediatas y duraderas para las personas que han perdido sus hogares o están en vías de perderlos por causa del deterioro de los inmuebles o del periódico impacto negativo de fenómenos meteorológicos, la perpetuidad del desabastecimiento de materiales para la construcción o reparación del fondo habitacional de la población, así como el escaso empeño del gobierno en mejorar la imagen y las condiciones de una ciudad que debiera ser proyectada y acondicionada de acuerdo con las necesidades y anhelos de quienes la viven en perpetuidad y no en exclusiva para aquellos que la visitan brevemente.