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Periódico Granma anuncia la “caída” de Fukuyama

Francis Fukuyama. Foto de Internet

LA HABANA, Cuba.- La propaganda oficialista cubana no pierde ocasión para fustigar a las democracias de corte liberal y a la economía de mercado. En esta ocasión le correspondió a la sección de Pensamiento del periódico Granma, donde apareció publicado, en la edición del pasado 7 de noviembre, el artículo “Ascenso y caída de Francis Fukuyama”. El autor del texto es el periodista Mauricio Escuela, quien funge además como profesor de Filosofía de la Universidad Central de Las Villas.

Conviene recordar que el politólogo estadounidense Francis Fukuyama saltó a los primeros planos en 1992, a raíz de la aparición de su libro El fin de la Historia y el último hombre. Un ensayo en el que el referido académico, de origen japonés, señalaba que tras la caída del Muro de Berlín había llegado el fin de la contienda ideológica, con la democracia liberal y la economía de mercado como vencedoras sobre los regímenes totalitarios y las economías centralizadas.

Ahora, a casi tres décadas del derrumbe comunista en Europa, el señor Escuela apunta que ya a inicios del siglo XXI la tesis de Fukuyama no satisfacía los intereses del sistema capitalista mundial, y por eso le echaron mano al argumento del choque de civilizaciones expuesto por el profesor Samuel Huntington. Según Escuela, “bajo el presupuesto de Huntington se ha vuelto a colonizar al Medio Oriente, siguiendo la vieja pauta estructural del capitalismo expansionista y necesitado de recursos”.

Pero el articulista de Granma pasa por alto un detalle fundamental. El libro de Samuel Huntington contentivo del argumento acerca del choque de civilizaciones, El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial, vio la luz en 1996, mucho antes del ataque terrorista a las Torres Gemelas en New York.

Entonces, cuando sobreviene la acción del grupo Al Qaeda contra el World Trade Center el 11 de septiembre de 2001, el mundo comprobó la veracidad de las predicciones de Huntington, así como la endeblez argumental de aquellos que aún sostienen que su tesis fue fabricada por los ideólogos del capitalismo.

Con respecto a Fukuyama, solo una mente fanatizada pondría en duda el acierto de su tesis acerca de la supremacía de la democracia liberal y la economía de mercado. Un vistazo al mapa político mundial nos permite apreciar cómo el sistema multipartidista se abre paso en los cinco continentes, incluso en naciones que antaño no lo practicaban alegando razones de idiosincrasia.

La economía de mercado, por su parte, se presenta casi como la única viable para encauzar el devenir de las naciones. Quien lo dude, que les pregunte a los chinos y vietnamitas cuál ha sido el camino que los ha conducido a planos estelares en la economía mundial.

Lo que acontece actualmente en América Latina es otra muestra de la vigencia de Fukuyama. Porque los reveses que afronta la izquierda castro-chavista no son, como pretenden hacer ver los alabarderos de esa izquierda, el resultado de un plan ideado en Washington para contrarrestar a los autotitulados “gobiernos progresistas” de la región. Son, en resumidas cuentas, una muestra de que las naciones al sur del río Bravo no renuncian al mecanismo de la alternancia de los gobernantes en el poder, que constituye otro de los pilares de las democracias de corte liberal.