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¿Por qué nos venden café vencido, señor presidente?

Paquete de café Caracolillo comercializado por Cimex con fecha de vencimiento 19 de agosto de 2020 (Fotos del autor)

LAS TUNAS, Cuba. –  Un insecto hematófago, nutrido con sangre, de hábitos coloniales y oportunistas, por esas raras coincidencias que Pascal un día llamó “razones que no conocen de la razón”, tiene el nombre de una muy poderosa corporación militar cubana dedicada al comercio nacional e internacional.

Produciendo picaduras molestísimas a seres humanos y animales por igual, los chinches, o chinches de cama como vulgarmente son conocidos, tienen por nombre Cimex, como la corporación; sí, su nombre científico es cimex lectularius.

Díaz-Canel dijo el pasado jueves 8 de octubre en el programa Mesa Redonda: “se suman campañas de descrédito a la Revolución y a sus principales dirigentes, que apuntan a quebrantar la unidad, intoxicando todos los espacios en los que trabajamos por enfrentar y resolver los problemas sociales y económicos”, afirmando: “Se denigran nuestras fuentes de ingreso”.

¡Cómo es eso…! ¿Se denigran fuentes de ingreso…? ¡Oh, no me diga!, exclamé cuando escuché a Díaz-Canel.

Dígame, señor presidente … ¿Y acaso no es propio de un Estado denigrante, abusivo, usurero y delictivo monopolizar la compraventa de un producto para luego revenderlo a toda una nación adulterándolo con sustancias extrañas mientras esa misma cosecha que un día fue símbolo de la nación cubana hoy es estigma por irrisoria… y envejece por sinecuras o por precios prohibitivos en comercios selectos donde sólo se puede pagar con dólares estadounidenses…?

“Nadie puede pensar que un pequeño productor agrícola puede exportar directamente a los Estados Unidos. Para que esto sea posible tienen que participar empresas cubanas de comercio exterior”, dijo el 5 de mayo de 2016 el Buró Nacional de la Asociación de Agricultores Pequeños (ANAP), a propósito de la autorización del Departamento de Estado para que productores privados cubanos exportaran café a Estados Unidos.

Y en aquella ocasión, cuando Obama tendió puentes a las relaciones Cuba-Estados Unidos, un campesino que fuera amigo de mi padre me dijo: “Eso es politiquería barata de Barack Obama y sus secuaces, ellos saben muy bien que los campesinos cubanos no podemos disponer de nuestras cosechas en nuestro propio país, entonces… ¿Cómo llevar café a Estados Unidos si en Cuba los agricultores no pueden vender su café a quién mejor les convenga…?

Una persecución equivalente a la ejercida sobre el narcotráfico internacional sufren en Cuba quienes se arriesgan a comerciar café burlando el monopolio del Estado. Como si rastreara drogas, la policía emplea perros amaestrados para detectar café oculto en fincas, domicilios privados y medios de transporte público y particulares.

En fecha tan temprana como el 22 de junio de 1962, el gobierno del entonces primer ministro Fidel Castro promulgó la Ley No. 1035, mediante la cual sancionó con 180 días de cárcel “a los acaparadores de productos agrícolas”.

El Código Penal cubano por el delito de “especulación y acaparamiento” sanciona con privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas o ambas, al particular que:

“Adquiera mercancías u otros objetos con el propósito de revenderlos para obtener lucro o ganancia”; o… “retenga en su poder o transporte mercancías o productos en cantidades evidente e injustificadamente superiores a las requeridas para sus necesidades normales”.

Reiteradamente la televisión nos muestra la actuación policial contra los comerciantes de café que han pretendido burlar el monopolio cafetero estatal. ¿Pero de qué han servido jueces, fiscales, policías y cárceles en estos 58 años de monopolio cafetero en Cuba?

Según información del propio gobierno cubano, en 1961 la Isla producía 60 000 toneladas de café en las 167 000 hectáreas cultivadas por caficultores particulares. Pero ya en la cosecha 2015-2016 sólo produjeron 5 687 toneladas, cifra que “sobrecumplió” el plan estimado, que era de 5 503 toneladas.

En Cuba, de las 167 000 hectáreas cultivadas por caficultores particulares en 1961, sólo unas 67 000 hectáreas están en producción, con “deprimidos rendimientos de 0,14 toneladas por hectáreas”, han dicho funcionarios del Ministerio de la Agricultura a medios oficiales.

A pesar de esos bajos rendimientos, Cuba exporta café de primera calidad e importa chícharos y café inferior para el consumo interno; el gobierno vende a la población mediante la cartilla de racionamiento café de inferior calidad mezclado; con chícharos en mejores tiempos, ahora, adulterado con semillas de cítricos o vaya a saber usted con qué subproducto industrial; “esto de café solamente tiene algo de olor”, me dijo un amigo, brindándome una infusión que en realidad olía a cualquier cosa menos a café.

Un kilogramo de café Serrano en las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) cuesta, costaba, 14,50 CUC (pesos convertibles), unos 362,50 pesos CUP, algo así como el 50% del salario promedio nacional. Escribí “costaba” porque ahora es difícil, prácticamente imposible, comprar café en una TRD.

Tienda de Cimex en Puerto Padre (Foto del autor)

En ocasiones es posible, dólares estadounidenses depositados en tarjetas de crédito mediante, comprar café de buena calidad en las tiendas que venden en moneda libremente convertible (MLC). En una tienda MLC un paquete de un kilogramo de café en grano cuesta en dólares más o menos igual que en una TRD (14,50 CUC).

Ahora mismo, en Puerto Padre, la corporación CIMEX está vendiendo el paquete de un kilogramo de café Caracolillo en $14,45, buen precio si el café no estuviera caduco y los dólares demasiado caros.

Aquí usted debe pagar como mínimo 150 CUC por un billete de 100 dólares estadounidenses que, a la tasa de cambio de 25 CUP por 1 CUC, resultan 3 750 pesos.

Un kilogramo de café Caracolillo por el que pagó 14,45 dólares americanos saldrá en 21,67 CUC. O sea, 541,75 pesos en moneda nacional.

Dicho de otro modo: hoy, mientras que en el mercado cafetero “ilegal” de Puerto Padre una libra de café cuesta 120 pesos, comprada en una tienda MLC de CIMEX sale en 270,87 pesos. Ah… y con la fecha de consumo vencida desde el pasado 19 de agosto.

Factura de café Caracolillo por $ 14,45 (Foto del autor)

Según el artículo 227.1 del vigente Código Penal, se sanciona con privación de libertad de seis meses a dos años o multa de trescientas a mil cuotas al que infrinja las normas de protección de los consumidores.

Las normas comerciales y jurídicas universalmente aceptadas conceptúan que, vencida la fecha de caducidad, en ningún caso debe consumirse un producto, pues supone un peligro para la salud.

Y la fecha de consumo preferente de un artículo indica que, vencido ese tiempo, las características organolépticas de esa mercancía (textura, olor, sabor, color) cambian y, aunque su consumo no constituya peligro para la salud, sí disminuye su calidad.

En este caso, con todo y ser hematófagas y de costumbres oportunistas y coloniales, la succión a los cubanos no la acometen una colonia de pulgas cimex lectularius, invadiendo el catre de un recolector de café alojado en las montañas, sino directivos de la corporación CIMEX, vendiendo café Caracolillo como un producto fresco cuando en realidad tiene fecha de consumo preferente caducado. ¿Qué dice usted señor presidente?

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