MIAMI, Estados Unidos. – El presidente de Ecuador, Lenin Moreno, no asistirá a la toma de posesión del dictador Venezolano Nicolás Maduro, prevista para este jueves, informaron medios de esa nación suramericano.
La decisión fue dada a conocer por el propio gobernante en la noche de ayer y obedece a las violaciones de los derechos humanos y a la ausencia de garantías constitucionales en el país petrolero.
En el acto de posesión no solo no estará Moreno, sino que no habrá ninguna delegación ecuatoriana, hecho que consolida el retroceso en las relaciones entre ambos países, aliados estratégicos durante el mandato de Rafael Correa (2007-2017).
“Por haber señalado reparos en temas de derechos humanos (…) recibimos gratuitamente injurias vertidas por la autoridad oficial (la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez), que nos obligaron a retirar a nuestro embajador en Caracas (…) por todo ello hemos decidido como gobierno no enviar delegación oficial al evento de asunción de mando del 10 de enero”, dijo el Primer Mandatario ecuatoriano en cadena de radio y televisión.
La ausencia de Ecuador a la toma de posesión del dictador venezolano Nicolás Maduro se suma a la de más de una docena de gobiernos de la región, conocidos como el “Grupo de Lima”, que desconocerán el nuevo mandato de Maduro.
A partir de ahora, los países miembros de ese grupo, a excepción de México, no permitir el ingreso a sus territorios de personas vinculadas al régimen venezolano.
Asimismo, la Unión Europea pidió este martes “nuevas elecciones libres” en Venezuela.
Moreno, por su parte, ya ha expresado varias veces que la crisis venezolana debe ser resuelta internamente, “mediante el diálogo y la reconciliación, por medios pacíficos y democráticos con respeto irrestricto a los derechos y siempre, con amplias garantías para la observación internacional”.
“La protección internacional de los derechos humanos es una obligación legal y ética. No es una intervención en asuntos internos de otros países”, precisó.
De momento, solo han confirmado su presencia en Caracas el dictador Nicaragüense Daniel Ortega, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel y los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén.
