Inicio Cuba «Que alguien nos diga dónde están»: desaparecidos cinco cubanos en R. Dominicana

«Que alguien nos diga dónde están»: desaparecidos cinco cubanos en R. Dominicana

LA HABANA, Cuba.- “Queremos saber de ellos”, es el reclamo unánime de las familias de Ernesto Vargas Torres, Cesar Rafael Benítez Cedeño, Yumilexys Díaz Martí, Rey Ribeux González y Jorge Luis Soto Cuéllar, ciudadanos cubanos desaparecidos en República Dominicana desde finales de 2016.

El silencio de los cuatro hombres y una mujer, y su vínculo con el recientemente asesinado ex pelotero cubano Ángel Argüelles, relaciona este caso con el tráfico de personas.

La historia examinada por CubaNet mediante las entrevistas a familiares y amigos de los desaparecidos revela que, entre el 21 y 22 de diciembre del 2016, los cinco cubanos intentaron salir de República Dominicana por la ciudad de la Romana con destino a Puerto Rico. El viaje que debió realizarse en “yola” (pequeñas embarcaciones utilizadas para el tráfico de personas), fue arreglado por Ángel Argüelles, según dijo a CubaNet César Benítez, padre de Cesar Rafael Benítez Cedeño.

“Ellos allí (República Dominicana) conocen a Guillermo Cruz, un cubano que se quedó con los pasaportes de los cinco, y una cubana que se hace llamar Margarita, intermediaria en el contacto con Ángel Argüelles”, afirma.

El tío de Ernesto Vargas, George González, residente en Estados Unidos, mantuvo una comunicación constante con su sobrino durante su estancia en Haití y República Dominicana.

“Uno llega a Dominicana y va para un malecón que le dicen, allí cuando se dan cuenta que eres cubano te ofrecen las vías para brincar. Se fueron moviendo por allá y dieron con el pelotero, así me dijeron ellos”, declaró George.

Destino desconocido

A partir del anuncio a sus familiares sobre la travesía hacia Puerto Rico, la señal de vida de los cubanos se apagó completamente.

Odelmis Peña Escalona, cubana residente en Canadá y amiga del joven de 23 años Ernesto Vargas, explicó a CubaNet las indagaciones que desde entonces realizó en las cárceles dominicanas y el consulado cubano en ese país.

“El cónsul cubano en República Dominicana me respondió que habían estado presos en la cárcel de Haina, municipio de la provincia San Cristóbal.”

El correo electrónico emitido por el consulado expresa: “Estas cinco personas después de haber sido detenidos en Haina y liberados bajo palabra de repatriación voluntaria, intentaron viajar a Puerto Rico de forma ilegal los últimos días del 2016. A partir de ahí las autoridades dominicanas no pueden confirmar el paradero de ellos.”

La versión del diplomático cubano entra en conflicto con las últimas conversaciones telefónicas mantenidas entre los desaparecidos y sus familiares en Cuba y el exterior. Al respecto Odelmis dijo:

“Lo contradictorio es que hasta el momento en que intentaron salir a Puerto Rico ellos mantuvieron comunicación con nosotros y nunca dijeron que habían estado detenidos en Haina.”

Benítez afirma que haberlos liberado bajo el compromiso de deportación voluntaria no tiene una lógica legal.

“Ellos no tenían ni pasaporte, ni dinero para un pasaje (…) Es una mentira que inmigración haya soltado a cinco cubanos indocumentados con la promesa de regresar a Cuba por su propia voluntad y dinero.”

Sin respuesta no hay descanso

Infinito es el número de gestiones que prometen realizar los familiares y amigos para descubrir el paradero de Ernesto, Cesar Rafael, Yumilexys, Rey y Jorge. Hasta el momento no han logrado nada. Las respuestas a las indagaciones en Cuba y República Dominicana no hacen más que ahogar las esperanzas en un mar de incertidumbres.

La ruta diseñada en una hoja de papel que indica los sitios contactados por Odelmis Peña, tiene tantos “no” y evasivas como teléfonos de instituciones oficiales. El directorio confeccionado por la joven abarca lugares como la Policía de Aguadilla, Aduana de la Frontera de Puerto Rico, Policía Nacional Dominicana, Dirección General de Emigración Dominicana. La perseverante lista se prolonga a las gestiones, igualmente infructuosas, realizadas en Cuba.

Los familiares de los cubanos desaparecidos lograron presentar una petición en la fiscalía dominicana ante la fiscal Belkis Ulloa, quien solicitó a Cuba una investigación de los cinco cubanos. Los padres de Cesar Rafael, Rey Ribeux y la madre de Ernesto fueron citados por los instructores policiales identificados como Jorge y Leticia para declarar sobre sus hijos en Villa Marista, institución de interrogatorios del Departamento de Seguridad del Estado (DSE).

En marzo del 2017 Benítez realizó la denuncia de la desaparición de los cinco cubanos en la Dirección de Inmigración Identificación y Extranjería (DIIE) en la ciudad de Santiago de Cuba.

“Le entregué toda la documentación que tenia a la capitana Delvis, incluyendo las fotos (…) Lo único que me dijo fue que eso tenía que tramitarlo con Inmigración nacional. Hasta el día de hoy, Inmigración no me ha dado respuesta (…) Hablé en dos ocasiones con los instructores de Villa Marista y lo único que me dicen es que no hay respuesta (…) Ahora nadie contesta mi llamada.”

En febrero del 2018 Benítez contactó vía telefónica con la fiscal Belkis Ulloa quien le comunicó que no tenía resultados porque algunos gobiernos no habían respondido a la solicitud de investigación de la fiscalía dominicana.

Una historia común

La desaparición de los cinco cubanos no es lo único que los une en su destino. Al menos Ernesto, Cesar, Jorge Luis y Rey Ribeux, salieron de Cuba legalmente hacia Haití en la búsqueda de las posibilidades que no encuentran en la isla.

A los 21 años Ernesto trabajaba como zapatero cuentapropista. Mayelin Torres, madre de Ernesto, relata que su mayor frustración era no ganar lo suficiente para cubrir sus necesidades.

“En una ocasión llegó un muchacho y le dijo que habían abierto una cafetería nueva donde un dulce cuesta cincuenta centavos, pero en dólares. El muchacho le insinuó que todo el mundo no podía ir allí; eso a él lo derrumbó. Que le digan, tú no puedes ir. ¿Por qué? Si yo trabajo. Eso era lo que más le mortificaba a él.”

Encontrar la prosperidad ausente en la Isla, fue el objetivo común de cinco cubanos cuyas edades oscilan entre los 23 y 55 años. Cesar y Rey prometieron cavar un túnel desde el cautiverio económico que vivían para regresar a Cuba una y otra vez con mercancías para vender. Como babalawo, Jorge Luis confió en los Orishas, con la plena seguridad de cualquier lugar es mejor que Cuba.

Ahora sus historias están conectadas a la esperanza de sus familiares de volver a verlos con vida. “Nos está matando la incertidumbre, necesitamos tener paz con la verdad”, dice Benítez. “Tengo fe en que Dios tocara corazones y volveremos a saber de ellos”, asegura Mayelin. Elaine Carel, la madre de Jorge Luis, pide con la certeza de que su hijo vive: “Si lo deportaran…”.