Inicio Cuba ¿Quién ensordeció a los diplomáticos en La Habana? Cubanet

¿Quién ensordeció a los diplomáticos en La Habana? Cubanet

(AFP)

LAS TUNAS, Cuba.- El Noticiero estelar de la televisión cubana (NTV), anoche hizo pública una extraña declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, respecto a la Embajada de Estados Unidos en La Habana y “la presunta ocurrencia de incidentes que causaron afecciones a algunos funcionarios de esa sede diplomática y sus familiares.”

No dijo el NTV ni dice la declaración de la cancillería de Cuba qué “afecciones” sufrieron los diplomáticos estadounidenses y sus familiares en La Habana.

Por medios internacionales citados por el Noticiero del mediodía de Radio Martí, los cubanos hemos conocidos que se trata de “daños auditivos”, a consecuencia de algo así como una agresión sonora intensa, según refirieron a periodistas funcionarios del Departamento de Estado bajo condición de anonimato.

Que me disculpen quienes se refieren a “daños” tratándose de seres humanos. Jurídicamente hablando el cuerpo humano no recibe daños, sino lesiones, físicas, o sicológicas, o ambas, que de ser provocadas por otro y salvo circunstancias especiales, constituyen delitos, y entonces estamos hablando de crimen.

Y criminológicamente hablando hay que preguntarse: ¿Quién o quienes tienen interés en agredir a diplomáticos estadounidenses en La Habana…? ¿Qué beneficios importa esa agresión a sus ejecutores…?

Y, sobre todo, empleando no una bodoquera y un puñado de chícharos, sino medios tecnológicos de punta, ¿quién o quiénes están en capacidad de ejecutar delitos de lesiones como los reportados?

Afortunadamente no se reportan niños lesionados en ese conglomerado de personas supuestamente agredidas, luego podemos inferir que, de ser una agresión, fue selectiva, sobre locales de inmuebles donde no permanecían menores de edad, al menos, por tiempo prolongado: ¿oficinas, dormitorios, habitaciones-estudio…? Esa es una interrogante que debe haberse formulado y acaso ya estará en vías de respuesta.

¿El Gobierno cubano puede estar implicado en este suceso? En mi opinión no.

Que el Gobierno castrista realiza labor de espionaje sobre todo lo que huela a Estados Unidos… ¿quién lo duda? Y que el castrismo ejerce labor de influencia y de contraespionaje, como guapo de barrio diciendo, “miren, estamos aquí”, ¿quién lo duda?

Pero esto es otra cosa. Ya no estamos en los tiempos de las correrías en que Cuba iba y venía bajo la sombrilla del KGB, incluyo, hurtándole la sombrilla al KGB y de paso, a la Stasi.

De comprobarse que existen diplomáticos estadounidenses o sus familiares heridos en La Habana mediante una operación encubierta, estamos hablando sujeto al derecho internacional de una agresión.

“La agresión es el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial, la independencia política de otro Estado o en cualquier otra forma incompatible con la Carta de la ONU.”

Y en este caso, de los supuestos hechos denunciados ser ciertos, la agresión sería indirecta, pues los implicados no serían “combatientes” (soldados uniformados, armados e identificados) sino agentes encubiertos que no caben dentro del concepto con que el derecho internacional protege a los soldados.

Luego… ¿Quién está dentro de los no combatientes, dígase agentes encubiertos provocando sordera a los diplomáticos estadounidenses en La Habana?

“Oye, La Habana fue un nido de espías siempre, por eso de ser la llave del Golfo y estar entre las dos Américas, pero sobre todo, porque La Habana siempre estuvo en disputa: se la disputaron España e Inglaterra, España y Estados Unidos, Estados Unidos y la URSS, y parece que ahora, La Habana está entre China, Rusia y los Estados Unidos, dando coletazos como en una de esas redes de mano que usan los pescadores para sacar del agua el pez anzuelado,” dijo un historiador, y a mi modo de ver, no le falta razón.

Teniendo engages en Washington se juega mucho el régimen de La Habana disparando con bodoquera chícharos a la oreja de diplomáticos estadounidenses. Ver para creer, pero quizás tras la sordera, haya intereses geopolíticos.