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Régimen venezolano tortura al coronel Johnny Rafael Mejías Laya en la DGCIM

Johnny Rafael Mejías Laya, coronel del Ejército venezolano torturado en la DGCIM. Foto Infobae

MIAMI, Estados Unidos.- Funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) llegaron al Batallón del Comando Logístico Operacional (COLOP) del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (CEOFANB) el 30 de enero de 2019, de allí sacaron de su oficina detenido al coronel (Ej) Johnny Rafael Mejías Laya, cuyo jefe es el general César Figueira Peralta, y desde entonces ha sido una tortura incesante.

De acuerdo a un extenso trabajo publicado por Infobae, la captura de Mejías Laya fue la primera consecuencia de la detención del coronel retirado (GNB) Oswaldo Valentín García Palomo, acontecida el día previo, 29 de enero. Así empezó una larga lista de torturas, de violaciones a sus derechos humanos y de denegación de justicia del alto oficial del Ejército venezolano.

La noche de su detención varios funcionarios de la DGCIM allanaron su vivienda con armas largas y en medio del terror de las dos hijas menores del matrimonio, de 6 y 13 años, que aún hoy tratan de superar el trauma psicológico y la depresión. Los uniformados destrozaron lo que encontraron a su paso. Pero no fue la única vez, volvieron dos semanas después a repetir la acción, mientras la vivienda estaba sola, cuando en el tribunal se llevaba a cabo la Audiencia de Presentación.

El coronel Mejías Laya relató a su familia y a compañeros de prisión que fue golpeado con barrotes de madera, que lo obligaron a tomar agua del inodoro, que fue asfixiado con bolsas plásticas, le dislocaron su hombro derecho, y no le permitieron usar el baño, por lo que las necesidades fisiológicas debió hacerlas de pie y sobre la ropa puesta, causándole graves daños infecciosos en sus partes íntimas.

Contó que estuvo vendado y esposado con las manos atrás durante ocho días, y que lo peor fueron las torturas psicológicas. Le amenazaron a la familia, y en esos días su hermana falleció de cáncer y no le permitieron ni siquiera saber la noticia. Mucho menos despedir su cuerpo, reza el texto de Infobae.

Desde su captura el 30 de enero y hasta el 15 de febrero estuvo detenido, sin saber de qué se le acusaba, torturado e incomunicado. Ese mismo día de febrero fue presentado ante la jueza Carol Bealexis Padillla Reyes de Arretureta, del Tribunal Especial 1º de Control en Terrorismo, quien ahora está sancionada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro norteamericano.

De acuerdo al reportaje de Infobae, en la acusación contra el coronel Mejías Laya encubren que fue detenido el 30 de enero, y aparece como si hubiese ocurrido el 6 de febrero. El inspector Edwin Altuve mintió en el acta N° DGCIM-DEIPV-AIP: 107/2019, cuando aseguró que el coronel, supuestamente involucrado en la Operación Constitución, que contempla actividades de desestabilización y atentado contra Nicolás Maduro, con apoyo de Estados Unidos y Colombia, fue detenido en la sala de espera del comando ubicado en Fuerte Tiuna.

Dos hechos desmienten el acta de Altuve, ya que el coronel llevaba más de una semana siendo torturado, además en la tarde del 30 de enero, a las 2:30 p.m. cuando se lo llevaron esposado, todos sus subalternos estuvieron presentes, y esa misma noche allanaron su vivienda en San Antonio de Los Altos.

El teniente de la Aviación Ronald Alirio Dugarte, antiguo funcionario de la DGCIM presentó ante la Organización de Estados Americanos varios videos sobre lo que ocurre en ese centro de Inteligencia Militar, fue entonces que el mundo vio lo que le ocurría al coronel Mejías Laya. En uno de los videos se veía al militar sentado en el piso, esposado con las manos a la espalda, vendado.

De las torturas que sufre está en estado depresivo muy delicado, incluso ha manifestado querer quitarse la vida. Físicamente está muy deteriorada su salud, presenta dolores agudos en la columna vertebral y la cabeza a causa de los golpes recibidos y por no recibir la luz del sol, no dormir apropiadamente, y estar sometido a una gran presión.

El militar, quien es huérfano de madre desde los dos años, no ha podido ser visitado por su abuela, de 85 años y quien lo crio. Los funcionarios de la DGCIM no le permiten visitarlo, argumentando que no es la madre biológica.