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Reportajes y celdas de castigo

Un país seguro a costa de la represión, del control excesivo (foto archivo)

MIAMI, Florida.- No hay un solo sector de la sociedad cubana que no reciba cada día, de alguna manera, la intensidad del golpe o el roce agudo y peligroso de la represión. Pero junto a los activistas de derechos humanos y la oposición que trabaja en la Isla a cara limpia, son los periodistas independientes quienes no se pueden quitar de encima, ni por un instante, el aguijón represivo de la policía que, con todo el rigor de sus diversas modalidades, los acosan con precisión en cada esquina del mapa criollo.

Es un aporte curioso del socialismo al comportamiento, en un país, que cuando se produce un acontecimiento noticioso o de relieve social, la policía se presenta de inmediato no para actuar ante las circunstancias del hecho, sino para arrestar a los corresponsales libres que hayan asistido a darle cobertura, llevarlos a una celda y, en ocasiones, aplicarles condenas de prisión.

Estos son hechos que se desarrollan con normalidad en Cuba desde que, a finales del siglo pasado, comenzaron a trabajar de manera organizada varias agencias de prensa y, aún antes, cuando algunos periodistas, por su cuenta, dieron las primeras informaciones sobre la situación de los presos políticos cubanos y los reportes iniciales de la actividad opositora al régimen.

Los periodistas independientes saben muy bien que cubrir una noticia o escribir con honestidad su opinión sobre la realidad de su nación los puede llevar a la cárcel. Hay ejemplos de sobra y en todas las prisiones de aquella geografía está siempre dispuesta una celda de castigo para un comunicador cubano.

Esta es una verdad que sabe el mundo entero. Esta semana, en México, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en un encuentro dedicado a la libertad de prensa bajo el socialismo cubano, ha dicho que “Cuba es el único país del hemisferio en el cual no existe ningún tipo de garantías del derecho a la libertad de expresión.”

La pieza dada a conocer en la capital mexicana explica que durante años la represión en Cuba se caracterizó por mantener una apariencia de legalidad que incluía acusaciones fiscales, defensores de oficio y procesos judiciales. Esas prácticas siguen, dice la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, “pero son notables ciertas variaciones dirigidas a no dejar huellas jurídicas ni documentación que puedan utilizarse como prueba de los abusos sufridos.”

La intolerancia es la regla de las autoridades hacia toda forma de crítica u oposición, expresa la denuncia hecha en México. Los periodistas independientes cubanos lo saben de primera mano. Y las noticias y las opiniones sobre Cuba siguen en las pantallas y en los medios.