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Selfie, el retrato de una generación suspendida

LA HABANA, Cuba.- La historia de los cubanos nacidos en la década de 1980 está aún lejos de ser relatada con todos sus matices; pero un interesante preámbulo ha sido Selfie, opera prima del director Carlos Sarmiento que culminó su temporada de estreno el pasado fin de semana en la sala “Adolfo Llauradó”. Se trata de una obra sencilla, pero acertada e íntima, que combina realidad y ficción para revivir una cita de Noche Buena entre Daniel –alter ego del director- y Fanny, la joven con quien comparte una relación ocasional, de sexo sin ataduras.

Al ritmo del Son oscuro, de Noel Nicola, lo que comenzó con risas, besos y porros se va convirtiendo en un amargo descenso hacia revelaciones personales, donde palpitan los sueños, frustraciones, nostalgias y miedos de una generación que se ha quedado varada entre los ideales del pasado y el derrumbe del presente. Sincero, romántico y curioso, Daniel procura romper el blindaje de la evasiva Fanny contándole recuerdos de infancia y los mejores momentos de su vida, trenzados por un hermoso simbolismo cuya constante son las victorias de Industriales en Series Nacionales.

Detrás de las memorias personales fluyen los puntos comunes a una generación. En la historia de Daniel se revela la de tantos hogares cubanos, donde los más pequeños, protegidos por el sortilegio de la infancia y la heroica resistencia de sus mayores, no sufrieron los rigores del Período Especial.

Juegos callejeros, visitas al Latinoamericano, una salida ilegal no concretada gracias a la prudencia dictada por el amor filial, y la iniciación sexual en la emblemática esquina de Monte y Cienfuegos, marcaron la niñez y adolescencia de un joven que llegó agobiado, pero feliz, al encuentro con Fanny.

Ella, por el contrario, es un accidente. Su suerte quedó echada la noche en que su abuelo masón, después de haber arriesgado su vida por la Revolución, fue excluido de la repartición de privilegios precisamente por pertenecer a la masonería. La Revolución reveló su moral prescindiendo de quienes la habían hecho posible; así que el viejo, sus hijos y nietos fueron señalados con el estigma de la traición.

Mujer, soltera, cuentapropista y vigilada por ser descendiente de un “traidor”, Fanny es además la hija de una madre ex-convicta que al salir de la cárcel decidió emigrar, provocando en la joven una fractura emocional irreparable.

El pulso entre ella y Daniel es una aproximación a la realidad cubana actual, en cuyo centro palpita esta generación que no parece consciente de la gran responsabilidad que pesa sobre sus hombros; o lo sabe demasiado bien y trata de huir. Los nacidos en la década de 1980 conforman quizás la última generación joven que se preocupa por los demás; para quienes el término de redes sociales significa conversar frente a frente, abrazarse, besarse, ayudar e interesarse por el otro, sin necesidad de plataformas virtuales.

Estos hombres y mujeres que no crecieron bajo el señorío tecnológico están justo en la encrucijada de la sociedad cubana; entre aquellos que habiéndolo ofrecido todo, no tienen nada más que dar, y los llamados millenials, hijos de la era digital, mal enterados de lo que ocurre a su alrededor. Selfie es un retrato profundo de la crisis que atraviesa Cuba, donde las personas en el rango de 18 a 35 años de edad representan solo el 22% de la población total.

La visión personal que propone Carlos Sarmiento es testimonio y manifiesto de todos los jóvenes que han escogido no emigrar, una decisión que se paga caro. Fanny y Daniel desnudan con dolor sus emociones, cuestionan la veracidad de la historia patria tal como ha sido contada, y cada uno desde su altura repasa la letra de Nicola: “quise esconder mi alma pero se me ve (…) ya no hay misterio, ya el misterio se me fue”, quizás la metáfora más apropiada para describir a una Revolución que ha quedado expuesta de la peor manera.

Buen comienzo para el joven director que logró una obra entretenida, breve y llena de reflexiones. Quienes vieron la obra la recordarán largo tiempo, no solo por la calidad de las actuaciones y el acierto a la hora de trazar las coordenadas de una generación específica; sino porque entraña una alerta que no debe ser desatendida.