MIAMI, Estados Unidos.- Los vuelos Brasil-La Habana que transportan a los médicos del programa Más Médicos que se encuentran en la nación suramericana de vuelta a la isla han quedado suspendidos, momentáneamente, porque ninguna aerolínea, además de Cubana de Aviación, ha querido asumir la transportación hacia Cuba, informó el blog No Somos Desertores.
La jefatura de la colaboración fue la encargada de dar el anuncio a aquellos que esperan por la retirada, que según el gobierno cubano sería completada antes de que terminara el año, e informó que el plan inicial de vuelos ha sido modificado pues tampoco otras empresas aéreas han querido “apoyar con mas vuelos”.
La retirada de los galenos cubanos de Brasil se ha convertido en un desastre logístico y en bochornoso episodio, reza el artículo, y una de las razones de ello la premura con la que se concibió la retirada del programa, aunque, reconocen los responsables, “esto no es justificación”.
Asimismo, el texto relató que un grupo de médicos debía volar desde San Salvador de Bahía a la capital cubana hace algunos días, pero por falta de pasajeros dicho vuelo fue cancelado y los galenos fueron trasladados a un hotel cercano, según declaraciones de los propios médicos.
Este martes los médicos fueron trasladados nuevamente al aeropuerto, pero tampoco pudieron volar por motivos que aún se desconocen y nadie les da una explicación de qué esta sucediendo.
De acuerdo a la noticia publicada en el blog, los doctores pertenecen también a un grupo de Facebook en el cual se desahogan y expresan su desespero angustiante. “Se sienten humillados y sin nadie a quien acudir pues, según expresa uno de los comentarios no hay nadie que los ayude y que los respalde. Estamos solos, dicen muchos”.
Los médicos denuncian que ante tales condiciones nadie responde, y aseguran que no es la primera vez que los jefes de misión y coordinadores se ausentan o enmudecen cuando más se les necesita. Sin embargo, sí continúan presionando a los que han decidido no regresar a Cuba a través del acoso y la intimidación, ya sea a ellos directamente o a sus familiares, incluida la amenaza de que les esperan ocho años de destierro y de separación familiar.
