Inicio Cuba ¿Terrorismo ‘malo’ y terrorismo ‘bueno’? Cubanet

¿Terrorismo ‘malo’ y terrorismo ‘bueno’? Cubanet

Captura de un alzado anticastrista (granma.cu)

LAS TUNAS, Cuba.- Ahorcamientos, castraciones, apuñalamientos, “el terror planificado”, a decir de Che Guevara, para lograr la “neutralidad de los más”, vimos en LCB La otra guerra, teleserie transmitida por la televisión cubana cada noche de sábado, durante 15 semanas, desde el 11 de marzo hasta este 17 de junio, crispando a los niños cuando todavía estaban por ir a la cama o haciéndolos rabiar de odio hacia “los malos”.

“Nos propusimos llegar sobre todo al público juvenil”, dijeron empleados de la televisión estatal productora de la teleserie de “bandidos” y milicianos, escrita con “apoyo del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado (CIHSE)”.

“Esa es nuestra comunicación política”, añadieron.

“El aparato de propaganda y de organización deben ser tal y tan poderoso, que destruya implacablemente al que trate de crear tendencias, camarillas, cismas o alzarse en contra”, escribió Fidel Castro el ya lejano 14 de agosto de 1954.

Sin pretender “alzarse en contra”, el comandante Huber Matos Benítez, jefe de la región militar en Camagüey, “implacablemente” fue condenado a 20 años de cárcel; su “cisma”, renunciar en octubre de 1959 ante el comunismo negado por Fidel Castro, que este último admitiría a voces en abril de 1961.

Pero si el comandante Matos disintió pacíficamente ante la inminencia de la “dictadura del proletariado”, otros oficiales y soldados que el 1ro de enero de 1959 habían derribado la dictadura de Fulgencio Batista, ese mismo año junto a antiguos enemigos volvieron armas contra sus compañeros.

Entre 1959 y 1965, unos cuatro mil alzados que operaron en columnas desde unos 70 hombres hasta en grupos de unos nueve guerrilleros, en las otrora seis provincias del país integraron 299 guerrillas; en Cuba fue la guerra civil más prolongada de su historia, después de la Guerra de los Diez años contra el colonialismo español 1868-1878. Según Raúl Castro, “fue la guerra civil que libramos después de la guerra civil contra Batista”.

La guerra “contra Batista” duró dos años (1956-1958), la guerra librada por fuerzas castristas contra exintegrantes del régimen derrotado y de su propio ejército, de la clase media urbana y rural, y, sobre todo, contra campesinos opuestos al comunismo, duró el triple que la guerra “contra Batista”, prolongándose seis años, desde principios de 1959 hasta el 4 de julio de 1965, cuando fue capturado el último grupo de alzados.

Al costo de mil millones de pesos y unos 500 muertos, según cifras del propio régimen, unos 100 mil efectivos del ejército, las milicias y el Ministerio del Interior enfrentaron a los alzados con una correlación de fuerza de 25 a uno. Sólo en el Escambray fue desplegada una fuerza militar de 40 mil hombres.

“Rodeamos el Escambray, lo dividimos en cuatro partes, situamos una escuadra en cada casa (de los campesinos) y fuimos peinando cuadrante por cuadrante”, dijo Fidel Castro a Ignacio Ramonet en Cien horas con Fidel, añadiendo: “Basta el apoyo del 10 por ciento del campesinado para que haya base para una guerra irregular, y allí, en el Escambray, por determinadas circunstancias, a causa de grupos que operaron en aquella zona durante la lucha contra Batista, la Revolución no tenía tanto apoyo, podía tener, quizás, el 80 por ciento. Una guerra irregular se puede organizar con el apoyo de hasta el 5 por ciento de la población”.

“Un campesinado sano”, fue la primera premisa del Plan OST, la germanización de los territorios ocupados esbozada ya por Hitler en Mi lucha. “En el Plan OST, el verbo liquidar fue cambiado por el de “trasladar”, dice Lev Bezimenski en Los enigmas descifrados del Tercer Reich.

Sustituyendo el verbo liquidar por el de “trasladar” y procurando “un campesinado sano”, ¿aplicaría el castrismo en Cuba una variante del Plan OST asesorado por el KGB?

“En Las Villas, entre el 7 y el 9 de septiembre de 1963, fueron procesados más de tres mil colaboradores (de alzados) y trasladadas alrededor de unas 500 familias a otras regiones del país,” dice el teniente coronel retirado Tomás Diez Acosta en Los últimos 12 meses de J.F. Kennedy y la Revolución cubana. Aunque el autor no lo hace explícito, se trata de un ejemplo de lo que se llamaría poblaciones cautivas.

Si la reconcentración forzosa de la población civil ordenada por el castro-comunismo en Cuba recuerda los crímenes de lesa humanidad fascistas, no menos sospechosas son las cifras de muertos con relación a los prisioneros. Obsérvese sólo las cifras de un año y de un Ejército.

“En el año 1963, en el territorio del Ejército del Centro (antiguas provincias de Las Villas, Camagüey y una franja de Matanzas) fueron capturados un total de 373 bandidos (guerrilleros), de ellos 195 fueron hecho prisioneros y 178 murieron en combate”, dice Diez Acosta en el libro citado.

En La historia me absolverá Fidel Castro dijo: “Si el Ejército tuvo 19 muertos y 30 heridos (Cuartel Moncada), ¿cómo es posible que nosotros hayamos tenido 80 muertos y cinco heridos?”

Cabe preguntarse: ¿Cómo el Ejercito del Centro eliminó a los “bandidos” en proporción de un muerto por prisionero?

La palabra “bandido” fue acuñada en momentos que el comandante Menéndez Tomasevich, unas veces llamando a los rebeldes “alzados”, otras “guerrilleros” o “insurgentes”, Fidel Castro lo atajó diciendo: “No divagues más, llámalos bandidos”.

Según un informe de la seguridad del Estado, “fueron capturados o aniquilados 2748 bandidos” al concluir la contienda. Si la cifra de “unos 4 000 bandidos” alzados en armas entre 1959 y 1965 dada por el CIHSE del ministerio del Interior es cercana a la realidad, debido a esa guerra civil hay unas mil 152 personas desaparecidas en Cuba.

Uno de los desaparecidos es Andrew de Graux Villafaña, hijo de padre estadounidense, conocido en Trinidad como Andy El Americanito, nacido el 15 de febrero de 1943, inscripto en el otrora consulado estadounidense de Cienfuegos, herido en Limones Cantero el 13 de septiembre de 1962, desaparecido del hospital de Cienfuegos luego de ser operado por el Dr. Miguel Rodríguez, según relató Mary, hermana del Americanito, al periodista Pedro Corzo.

Vía telefónica, pregunté a Pedro Corzo, quien preside el Instituto de la Memoria Histórica, si conocía el número de alzados muertos por el castrismo entre 1959 y 1965, respondiéndome: “Eso, ni ellos mismos lo saben”.

En el año 1963, de 36 redes organizadas por los servicios especiales estadounidenses, “en 17 sus jefes fueron agentes infiltrados en Cuba” por la seguridad del Estado, dice también Tomás Diez Acosta en Peligros y principios, editorial Verde Olivo, La Habana, 2012.

“Llegó un momento, casi al final, en que la gente nuestra, los revolucionarios, eran jefes de casi todas esas organizaciones contrarrevolucionarias. (…) Y si un contrarrevolucionario en enero de 1961 había hecho un número de cosas, nosotros sabíamos qué había hecho cada día del mes (…) si a él lo arrestaban en 1962, cuando ya era un elemento peligroso, él no se acordaba con precisión de lo que había hecho (…) pero en los archivos estaba todo,” dijo Fidel Castro en 1985 a Frei Betto en Fidel y la religión.

Si a decir de Fidel Castro “los revolucionarios eran jefes de casi todas esas organizaciones contrarrevolucionarias”, ¿participó la Seguridad del Estado como autora o como cómplice en los asesinatos de maestros y campesinos denunciados por el castro-comunismo como atroces crímenes contrarrevolucionarios?

La experticia de Ernesto Guevara fue la guerra de guerrillas, a través de Diario del Che en Bolivia revela cómo actúan las fuerzas contendientes para ganar apoyo, o al menos, la neutralidad campesina.

En el resumen del mes de abril de 1967, el Che Guevara dice: “La base campesina sigue sin desarrollarse, aunque parece que mediante el terror planificado lograremos la neutralidad de los más, el apoyo vendrá después”.

El guerrillero argentino resume el mes de mayo diciendo: “El Ejército dio el parte de la detención de todos los campesinos que colaboraron con nosotros en la zona de Masicuri; ahora viene una etapa en la que el terror sobre los campesinos se ejercerá desde ambas partes”.

Al analizar el mes de junio Che Guevara dice: “El Ejército sigue nulo en su tarea militar, pero está haciendo un trabajo campesino que no debemos descuidar, pues transforma en chivatos (delatores) a todos los miembros de una comunidad, ya sea por miedo o por engaño.”

El 17 de febrero de 1957, para no “descuidar” el “trabajo campesino” que el Ejército hacía en la Sierra Maestra, personalmente Che Guevara asesinó al campesino cubano Eutimio Guerra con un disparo de pistola en la cabeza. ¡Qué casualidad! De la misma forma que en la teleserie LCB La otra guerra un “bandido” mata a otro.

Diez años después del asesinato de Eutimio Guerra, refiriéndose a otro campesino, al boliviano Ciro Algarañaz, el Che Guevara anotó en su diario el 18 de enero de 1967: “Di instrucciones al Loro de que lo comprometa (…) y amenazarlo de muerte si traiciona”.

Pero esas son historias que los empleados de la televisión cubana no pueden contar, dirá el lector, y tiene razón: esa es la Historia de Cuba que está por escribir, la del terrorismo de los “buenos”; la del terrorismo de los “malos” aparecen en la televisión cuando los niños todavía están por ir a la cama, así al otro día exclaman: “¡Pioneros por el comunismo, seremos como el Che!”