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Trabajadores del sector privado en Holguín reclaman mejores condiciones laborales

Trabajadores privados cubanos reclaman mejores condiciones laborales. Foto del autor

HOLGUÍN, Cuba. – Clientes exhaustos por el ardiente sol observan indecisos los útiles del hogar amontonados sobre rústicas mesas en la plaza La Central, un mercado situado en la calle Constitución, entre Carretera Central y calle Peralta, en la ciudad de Holguín. El sitio semeja un caótico bazar de la película Indiana Jones.

Pero la fealdad no depende de los casi 400 productores-vendedores privados concentrados en seis naves con techo de zinc que aumenta la alta temperatura ambiente.

Mejorar las condiciones laborales ha sido un reclamo de los trabajadores del sector privado, negado una y otra vez por funcionarios de la estatal empresa del transporte en Holguín, propietarios de este espacio alquilado a los cuentapropistas por más de seis años.

Con una inversión recuperada y ganancia segura, los arrendadores esquivan el mantenimiento del establecimiento, incumpliendo lo pactado. “Es injusto que paguemos por un lugar sin condiciones de trabajo”, dijo Nidia Castellanos Santana, secretaria del Buró Sindical de la plaza La Central, quien ha reclamado “a todos los niveles de mando” sin recibir respuesta.

También ha sido subestimado un informe entregado a la empresa por el administrador de La Plaza Bernardo Luna Aguilar, en el que se detalla el deterioro constructivo del mercado. Un año después solo han recibido un saco de cemento, “insuficiente para tantos problemas”, lamentó Luna Aguilar.

Al llegar, el visitante encuentra huecos en el piso que sortean diariamente los empleados débiles visuales e impedidos físicos. “No deberíamos esperar un accidente para resolver esta situación.”, comentó Valentín Lam, vendedor del mercado.

Sin embargo, los trabajadores del sector privado no se han cruzado de brazos y han asumido la costosa reparación del sistema hidrosanitario para evitar quedar cesantes por el cierre del lugar. También  ̶ según explicó Castellanos Santana ̶  montaron toldos, cables eléctricos, breakers y otras tareas esquivadas por los dueños a quienes solo les ha interesado cobrar el alquiler.

Aun así, el mercado muestra una decadente imagen que afecta la gestión de los comerciantes del sector privado. “Los clientes prefieren comprar en sitios más cómodos, resguardados del sol y donde se muestran los productos bien organizados”, asegura Yunier Montejo, un vendedor que ha visto bajar sus ventas.

Detrás del abandono muchos ven una estrategia solapada, con el fin de desmotivar y disminuir la cantidad de trabajadores privados, un sector competitivo e incómodo para un Gobierno con gestión empresarial fracasada y contrario al éxito de la iniciativa personal.

A las malas condiciones de trabajo del sector privado en Cuba se une el acoso de los inspectores, las multas y los altos impuestos que obligaría a los empleados renunciar ‘voluntariamente’ y así el Gobierno quedaría libre de culpas, comentó indignado un comerciante bajo identidad reservada por temor a represalias.

“La política económica en Cuba está diseñada para limitar el desarrollo del sector privado”, dijo el Doctor en Ciencias Ángel Marcelo Rodríguez Pita en entrevista con Radio Martí. Según el economista, el alto número de multas impuestas por parte de los inspectores también conspira contra el cuentapropismo.

Cada año crecen las restricciones, trabas y obstáculos legales contra un sector privado nacido de las tímidas reformas económicas instauradas en 2010 por el general Raúl Castro.

Desde diciembre de 2018 las autoridades han ido anunciando nuevas medidas para el sector, restringiendo a uno el número de licencias que podría tener cada cuentapropista, mientras los restaurantes privados tendrían una capacidad máxima de 50 plazas.

El sector privado en Cuba registra casi 600 000 trabajadores, de ellos 42 851 se controlan en la provincia de Holguín, cifra que la ubica entre las seis provincias con el 65% del total de empleados en esa forma de gestión, según datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), publicados por el sitio oficial Cubadebate.

En el periodo se produjeron 60 596 bajas, con mayor incidencia en las modalidades de alimentos, artesano, albañil y trabajador contratado, por petición propia del trabajador del sector privado y a solicitud de la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT), “por incumplimiento de las obligaciones fiscales”.

Por otro lado, abrir un negocio independiente sería muy costoso para los trabajadores de la Plaza la Central. “Habría que pagar el arrendamiento de un local céntrico y realizar una inversión para la que no tenemos el dinero. Alquilar un local entre varias personas es más barato y acorde con nuestras posibilidades económicas”, aseguró Leonides, comerciante del sector privado en el mercado

La Plaza La Central ocupó titulares en enero de 2014, cuando sus trabajadores, desprotegidos por el sindicato, protagonizaron una masiva protesta por las calles de la ciudad de Holguín hasta llegar a la sede del gobierno municipal, donde reclamaron el injusto decomiso de sus productos. (Así lo publicó CubaNet)

En aquella ocasión el Gobierno cedió ante las demandas de los manifestantes del sector privado holguinero. “Ahora deberíamos hacer lo mismo. Protestar en la calle es la única manera de solucionar los problemas en Cuba”, dijo un vendedor.

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