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Trabajadores se rebelan contra sindicatos oficialistas

Emulación, salario y labor sindical se ubican entre los principales temas de debate (Foto Radio Habana Cuba)

LA HABANA, Cuba. – Los sindicatos adscriptos a la oficialista Central de Trabajadores de Cuba (CTC) acaban de analizar el documento “Bases para el Fortalecimiento de la Misión del Movimiento Sindical Cubano”, como paso previo a la celebración del XXI Congreso de esa organización en febrero de 2019.

El proceso consistió en recoger los planteamientos de los trabajadores acerca de la labor sindical, y de otras facetas de la vida nacional, en especial lo relacionado con la economía. Y es muy probable que los mandamases de la CTC  no imaginaran la magnitud de las críticas que emergerían de esos debates.

Tan así es que el periódico Trabajadores, órgano oficial de la CTC, se ha visto obligado a reflejar, en su edición del lunes 3 de diciembre, una muestra del malestar obrero a todo lo largo y ancho de la isla.

Por ejemplo, en más del 85% de las asambleas celebradas se señaló que la CTC y sus sindicatos nacionales no tenían participación en las políticas aprobadas por el gobierno con respecto al escenario laboral. De igual manera, numerosos colectivos obreros negaron la razón de existir de los sindicatos oficialistas, pues argumentaron que no constituyen una contrapartida  efectiva a las administraciones, y, por tanto, han perdido la legitimidad. También hubo protestas hacia las nuevas edades de jubilación aprobadas por el Ministerio del Trabajo (65 años para los hombres y 60 para las mujeres), y se clamó porque se restituyeran las anteriores (60 y 55, respectivamente).

Reafirmando la condición de correas de transmisión de las directivas partidistas y gubernamentales, y no de sindicatos que realmente representen los intereses de los trabajadores, un reciente Pleno del Consejo Nacional de la CTC sirvió para que el segundo de la nomenclatura partidista, José Ramón Machado Ventura, insistiera en que “hay que explicarles bien a los trabajadores la importancia de las exportaciones”.

Resulta poco menos que risible que se pierda la ocasión de tratar temas relacionados con las inquietudes de los trabajadores, y en su lugar se ocupen las tribunas para machacar sobre algo que aquí sabe “hasta el gato”. Porque, ¿qué cubano no está saturado ya con eso de “aumentar las exportaciones y sustituir importaciones?

Total, mientras más insisten en la cantaleta de las exportaciones, menos productos y servicios son capaces de ofrecer en los mercados internacionales. Según datos ofrecidos por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), los años transcurridos en el sexenio 2012-2017 son una  muestra de la caída en picada de las exportaciones cubanas. En el 2012 el país exportó mercancías por 5 mil 577 millones de pesos, mientras que en el pasado 2017 las ventas cubanas solo alcanzaron los 2 mil 402 millones de pesos, lo que significa un descenso del 57%.

El actual 2018 no se queda atrás en materia de incumplimiento de las exportaciones. Así lo informó el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, durante la más reciente reunión del Consejo de Ministros. El funcionario anunció que las exportaciones reales quedarían por debajo del plan en sectores tan importantes como la producción azucarera, los servicios médicos y el turismo.

Por supuesto que no pueden quedar fuera de esta relación los planteamientos obreros sobre la imperiosa necesidad de un aumento de los salarios ante la carestía de la vida que afrontan los cubanos de a pie. En ese sentido, y al parecer sin otra explicación convincente que ofrecer a los trabajadores, el mandamás principal de la CTC, Ulises Guilarte de Nacimiento, se aventuró a decir en la Conferencia Provincial de la organización en La Habana que “hay comisiones de trabajo, en las cuales está insertado el movimiento sindical, que están laborando en la plataforma de diseño de una reforma general del salario” (edición antes mencionada de Trabajadores).

Aun si fuese cierta la confesión del señor Guilarte de Nacimiento -hasta ahora ningún otro funcionario gubernamental la ha hecho pública-, es poco probable que una economía tan maltrecha como la cubana pueda resolver semejante entuerto.