Inicio Cuba Un hotel de lujo en un entorno cubano miserable

Un hotel de lujo en un entorno cubano miserable

LA HABANA, Cuba.- Los hoteles de lujo llegan a la capital cubana cuando el turismo de alto estándar no aumenta y el estadounidense decrece. Las medidas de la Administración Trump y las pausas con retrocesos del gobierno cubano han desestimulado los viajes a la Isla. Nuevas aspiraciones podrían estar quizás en acaudalados árabes, rusos, chinos, altos ejecutivos de todo el mundo, y artistas, pero actualmente, la mayoría de los visitantes utilizan los paquetes turísticos y cruceros, que aportan menores ganancias.

El Packard, segundo hotel cinco estrellas plus en La Habana y en toda Cuba, con sus 321 habitaciones, inaugurado el 10 de septiembre, posee una ubicación privilegiada en el Paseo del Prado. A una cuadra del Malecón, frente al Castillo de la Punta, y El Morro del otro lado de la boca de la bahía. Construido por la empresa cubana Inmobiliaria Almest, de la corporación turística militar Gaviota, será administrado con su marca de lujo Grand por la cadena española Iberostar.

La moderna estructura por la calle Cárcel mantuvo la fachada del antiguo hotel Biscuit, inaugurado en 1911, y que en 1931 adoptó el nombre del elegante auto estadounidense. En el primer nivel hay salas polivalentes, un piano bar, un área de tiendas, un cigar-bar, un restaurante gourmet y un bar de tapas, así como un patio central con techo de cristal climatizado. En el quinto piso está el spa con una amplia gama de servicios,  y en el sexto la piscina, con capacidad para 130 personas, desde donde se observan la bella Bahía de La Habana y el Castillo del Morro. Tiene un parqueo semisoterrado. Posee sensores de presencia para el ahorro energético, y carpintería insonorizada. El mobiliario de los cuartos y de algunas áreas comunes es de producción nacional. Probablemente el agua se garantice mediante pipas.

Las calles adyacentes, por su parte, sin asfalto, llenas de baches, con edificios carcomidos y sin agua, inundaciones por las alcantarillas y los sistemas de drenaje tupidos, un medio ambiente contaminado por las aguas albañales, sin arboles ni flores. Difícilmente por ahí podrán andar los visitantes, por más que se apuren en las reparaciones para celebrar el 500 aniversario de La Habana en septiembre de 2019. Posiblemente los adinerados turistas en los autos vintage no presten atención, acostumbrados a las miserias de otros países, pero esta debería ser la vitrina de los beneficios cubanos en el 60 aniversario de la revolución.

En su capital, el lugar más visitado por turistas, el gobierno cubano ejecuta un plan de construcción de 7 grandes hoteles de alto estándar. En la privilegiada esquina del Paseo del Malecón y Prado se erige un hotel que deberá estar concluido en 2019. El Hotel Corona se emplaza próximo al antiguo Palacio Presidencial, actual Museo de la Revolución, al parque donde está la réplica de la estatua ecuestre de José Martí que realizara la escultora Anna Hyatt Huntington en el Parque Central de Nueva York, y al monumento al Generalísimo Máximo Gómez.

El hotel más alto de La Habana, de 154 metros, 42 pisos, y que contará con 562 habitaciones, empezará a construirse en septiembre, en un lugar conocido como “el hueco”,  en la calle 23 entre J y L, frente a la Heladería Coppelia, a una cuadra del Hotel Habana Libre, el cual estará concluido en 2022, anunció en abril pasado Deysi Malvares, directora de Desarrollo de la Empresa Inmobiliaria (Almest). Esta entidad proyecta unas 7500 habitaciones nuevas hasta 2025 en el Vedado, la Habana Vieja y otros lugares significativos de la “ciudad maravilla”.

Miramar continuará engalanado en su zona costera por el centro de negocios y los hoteles Meliá Habana y otros. En la esquina de las calles Tercera y 70, muy conocida por los cubanos por uno de los primeros supermercados de venta en divisas en Cuba, el cual dejará de existir, avanzan las construcciones de un hotel y un gran complejo de apartamentos de lujo para vender. Entre los atractivos del lugar están el Acuario Nacional, también en ampliación, y el enorme bunker de la Embajada de la Unión Soviética ahora Rusia. Asimismo, en los antiguos clubs devenidos círculos sociales, y en el Coney Island, todos en ruinas, se acometen reconstrucciones. Aún se desconoce si el cinódromo será recuperado. Por cierto, hacia una rotonda de la Quinta Avenida se trasladó la estatua ecuestre del general mambí Calixto García, que sufría regularmente los embates del mar en una de las zonas de grandes inundaciones del Malecón en el Vedado, frente al hotel Meliá Cohíba.

Entre enero y junio de 2018 se recibieron 2 millones 505.874 turistas, lo que representa 152.354 visitas menos que en el primer semestre de 2017. Se llegó a 3 millones el 9 de agosto, cifra alcanzada el 25 de julio en 2017, informó el Ministerio de Turismo (MINTUR). La cifra de turistas estadounidenses cayó un 23.6 por ciento en el primer semestre, según The Havana Consulting Group (THCG), lo que hace un total de 82.269 viajeros de Estados Unidos menos que en el mismo período del pasado año (348,713).

El gobierno cubano mantiene la aspiración de acoger 5 millones para superar los 4.689.898, de los cuales 1 millón 520.000 fueron cubano-americanos y estadounidenses, logrados en 2018, informó Michael Bernal, director comercial del MINTUR en la televisión nacional. Los principales mercados emisores de turistas a la Isla son Canadá, Francia, Alemania, Reino Unido, Rusia y España. Los visitantes de América Latina se incrementan desde países como México, Argentina y Chile, aunque es poca. El Hotel Gran Manzana, el primero 5 estrechas plus en Cuba, situado frente al Parque Central de La Habana, en su primer año ha tenido una ocupación muy baja de hasta del 20 por ciento.

Sin embargo, aunque el boom del turismo estadounidense se aleja, en Cuba continúa la preparación para cuando llegue, que posiblemente no demorará muchos años. Las medidas de la Administración Trump serían eliminadas y predominarán los intereses de los sectores económicos, agrícolas, académicos, culturales, científicos, y deportivos de Estados Unidos. El gobierno cubano ha seguido fomentando las relaciones con esos sectores, los representantes y senadores de ambos partidos, lobbies y grupos de solidaridad, que empujan para posicionarse en Cuba, y sostienen estrechas relaciones con los dirigentes reciclados.