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Un mal momento para viajar en Cuba

GUANTÁNAMO, Cuba.- En Cuba, como en muchos países, el verano es el momento de las vacaciones escolares y el preferido para visitar familiares y, los que puedan, lugares turísticos.

Aunque la Empresa de Ómnibus Nacionales (EON) programa viajes extras en esta época el año, la demanda sigue siendo muy superior a la oferta.

En un recorrido por diferentes entidades estatales dedicadas a la venta de pasajes en Guantánamo, el miércoles 13 de junio, este corresponsal apreció lo siguiente.

En la principal agencia de venta de pasajes de la EON

En la calle Carretera, entre Pedro A. Pérez y José Martí, la agencia de pasajes de la EON está abarrotada de personas. A pleno sol,  permanecen de pie para comprar un boleto de viaje. Son comunes las discusiones y broncas debido a que algunos se dedican a marcar turnos en la cola para revenderlos en cincuenta y hasta cien pesos.

Mirtha, una señora de 62 años, accedió a ofrecernos su opinión: “Cuando los pasajes se vendían en el ferrocarril las condiciones eran mejores, al menos ahí había sombra. Permanecer aquí hasta seis horas para comprar un pasaje es un abuso tremendo”.

Abelardo, un jubilado, afirmó: “Esta es la segunda vez que vengo. Ayer vine a las 7 de la mañana, había mucho desorden y me fui. Hoy llegué a las 5 a.m. pensando en coger un buen turno y ya había bastante gente. Lo más malo es el problema de los coleros que meten delante a quien les da la gana. Hay quien dice que ya no hay pasajes de regreso para el verano pero eso sólo lo sabré cuando entre, si es que hoy puedo lograrlo”.

El disgusto era palpable porque una larga espera bajo la canícula en estos tiempos no es cosa de juegos.

En la terminal de ómnibus de Guantánamo

Quienes acuden a la terminal de ómnibus de Guantánamo para comprar un pasaje también tienen que permanecer parados frente a las taquillas de venta, aunque estos, al menos, tienen sombra y algunos bancos de piedra.

Aquí tampoco a los dirigentes del sector les ha pasado por la mente que la calidad del servicio incluye el buen trato y que una persona que haya permanecido horas de pie para adquirir un pasaje nunca podrá sentirse bien tratada por muchas sonrisas y amabilidad que le dispensen al adquirir el boleto. Es inaceptable que eso ocurra cuando existen espacios vacíos y subutilizados en la terminal.

Lo mismo sucede con quienes necesitan anotarse en la lista de espera, pues a alguien se le ocurrió eliminar las anotaciones después de las 8 p.m. Entonces cuando a las 8 a.m. reanudan el servicio, aquello es un pandemónium.

Visiblemente molesta, Amelia, vecina de Maisí, nos dijo: “Vine ayer desde mi casa para anotarme en la lista de espera de la guagua de Cienfuegos, que sale mañana jueves. Esta cola es un desastre, cuando llaman para algún lugar la gente sale como bola por tronera hacia las guaguas y quien no está a la viva pierde la cola. Llevo una hora y media aquí y todavía tengo unas veinte personas delante. Por lo menos yo puedo quedarme a dormir en la casa de un hermano, otros tienen que hacerlo aquí. No entiendo por qué si esa guagua puede reservarse desde Cienfuegos para acá aquí no se hace lo mismo. Esto es un maltrato”.

El tren

Los boletos para “El habanero” -así llaman en Guantánamo al tren- se venden a un precio muchísimo más barato que el de los pasajes por ómnibus; pero un viaje desde Guantánamo hacia La Habana puede durar hasta 36 horas. A eso se unen la mala calidad de los coches, la pésima higiene y las indisciplinas sociales que convierten el viaje en un martirio.

Antes el tren salía cada dos días, luego cada tres y actualmente lo hace cada cuatro días, según le informó a Cubanet un contacto telefónico establecido con la estación de trenes de Guantánamo.

Cubana de Aviación continúa en crisis

Cuando hace pocos años el gobierno adquirió una flotilla de seis aviones ruso-ucranianos Antonov, la prensa oficialista de la Isla anunció a bombo y platillo que Guantánamo iba a tener un vuelo diario hacia La Habana. Pero la alegría duró poco.

Al principio era una delicia volar en aquellos aviones, aunque hubo uno que otro caso en que apenas cumplido el despegue, debían regresar al aeropuerto. Después comenzaron los incumplimientos del horario y las cancelaciones.

Ante los problemas con los Antonov los vuelos diarios se redujeron a cuatro por semana y esos aviones dejaron de usarse. La ruta volvió a ser cubierta por un añejo ATR 72, pero desde enero de este año las cancelaciones del vuelo se convirtieron en algo normal. Los pasajeros eran enviados de Guantánamo a La Habana, y viceversa, en ómnibus rentados a Transtur, la empresa de transporte del turismo.

Desde poco antes del catastrófico accidente del avión mexicano arrendado por Cubana de Aviación casi no hubo vuelos, y después todos han sido cancelados. Las personas que habían comprado su pasaje para estos meses han sido llamadas por Cubana de Aviación para que vayan a sus oficinas a recibir el reintegro del dinero, sin que les aseguren otra vía de transportación, un maltrato evidente.

La oficina de reservaciones permanece cerrada y según dijo a Cubanet un trabajador del aeropuerto, no se va a vender ningún pasaje hasta septiembre. La información resultó cierta, pues este miércoles el periódico Juventud Rebelde publicó una nota en su última página con el título “Cubana de Aviación ajusta sus vuelos nacionales”, donde informa que los vuelos a Guantánamo, Moa, Manzanillo, Camagüey y Bayamo han sido cancelados hasta nuevo aviso.

Una vía alternativa mirada con recelo

Ante estas limitaciones con el transporte estatal, algunas personas optan por abordar algunos de los vehículos particulares que viajan a La Habana.

Dotados de un confort similar, y hasta superior al de los ómnibus Yutong -según nos han dicho algunas personas, lo cual no hemos podido verificar- dichos vehículos cobran 10 cuc (unos 250 pesos corrientes) por cubrir el trayecto, sin embargo ese precio está sujeto a fluctuaciones.

El viaje lo hacen en once o doce horas aproximadamente, pero la cantidad de accidentes en que los choferes de estos vehículos se han visto involucrados recientemente ha provocado temor en la población.

Este es el panorama que ofrece el servicio de transporte a los guantanameros a pocos días de que el gobierno “inaugure” oficialmente el verano, porque ni siquiera esta estación escapa al afán gubernamental por controlarlo todo. En consecuencia el gobierno “inaugura” y “clausura” oficialmente el verano, como si la eterna canícula que sufrimos apareciera e hiciera mutis por arte de birlibirloque ante los ucases oficialistas.