Inicio Cuba Un referendo viciado por el monopolio mediático del castrismo

Un referendo viciado por el monopolio mediático del castrismo

LA HABANA, Cuba.- Antes de que el anteproyecto del Código de las Familias fuese aprobado finalmente por la Asamblea Nacional de Poder Popular, fueron dadas a conocer las cifras con que concluyó el proceso de consulta popular de ese documento.

Un total de 6 millones 481 mil 207 personas participaron en las discusiones, y el 61.96% de ellas se manifestó a favor del texto. Lo anterior significa que otros 2 millones 592 mil 482 cubanos, casi el 40% del total de participantes, manifestaron alguna objeción con respecto al Código. Una objeción que podría conducirlos a votar por el NO el día del referendo.

Si aplicáramos un concepto de elemental justicia, del que tanto se jacta la maquinaria del poder, esa cifra nada despreciable de personas que expusieron sus reparos al Código de las Familias tendrían derecho a que sus puntos de vista fueran llevados por estos días a los medios de difusión masiva -entre ellos la televisión- para que el electorado nacional contara con importantes elementos de juicio a la hora de emitir su voto en las urnas.

Sin embargo, la realidad no se comporta de esa manera. Esos criterios que cuestionan ciertos acápites del Código, y que según la información oficial se relacionan con la filiación, las relaciones parentales, la institución del matrimonio, y otras instituciones de guarda y protección en el ámbito familiar, no trascenderán más allá del ámbito de las reuniones de consulta popular.

En cambio, ya comenzó la ofensiva oficialista en gran escala para influir sobre la mente de los electores. A partir de que el gobernante Díaz-Canel, en su discurso de clausura de las sesiones de la Asamblea Nacional, convocara a los ciudadanos a votar SÍ en el referendo, la prensa escrita: la televisión, la radio, y cuanto medio ofrezca la posibilidad de llegar a la población, está siendo usado por el castrismo para llevar a cabo su labor proselitista.

Pero hay algo aún más grave. Y es el hecho de no tolerar ahora ninguna opinión que se aparte del criterio oficialista. El periodista Francisco Rodríguez Cruz, más conocido como “Paquito el de Cuba”, acaba de publicar en el semanario oficialista Trabajadores un artículo en el que, tras aseverar que todavía queda tiempo para “persuadir, conmover y convencer” a los electores, expresó que “por supuesto, habrá trampas y engaños desde ahora y hasta el 25 de septiembre, de poderes e individuos que siempre apuestan por crearnos problemas y llevarnos a la división, al odio y los rencores, ya sea en su propio beneficio o como rehenes conscientes o inconscientes de una política hostil y abusadora, a la que no le importa un ápice el bienestar de nuestras familias. Ya esos trucos los conocemos y sabemos derrotarlos”.

El autor del texto se trata del parecer de alguien que representa lo más genuino del totalitarismo castrista. Para ellos, no hay honestidad en aquellos que se manifiesten contrarios a la letra actual del Código, solo “odio y rencores”. No hay nada que se le parezca más que aquella afirmación de Mariela Castro en el 2019, en el sentido de que promover el voto negativo a la Constitución de la República era boicotear el plebiscito.

No dudamos de que habría muchas personas instruidas que irían gustosamente a la televisión para argumentar el por qué de la conveniencia del voto negativo a esta versión aprobada del Código de las Familias.

Pero, lamentablemente, no vivimos en un país democrático. Aquí solo se reproduce en los medios masivos lo que piensa la nomenclatura, que es lo que quieren que piense también el cubano de a pie.

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