MIAMI, Estados Unidos. – Unos doscientos oficiales de la inteligencia cubana operan en Nicaragua de forma regular, según información revelada por fuentes de alto nivel vinculadas al régimen de Daniel Ortega.
Se trata de agentes de la Seguridad del Estado que operan en Nicaragua como asesores y que ofrecen planes de capacitación a funcionarios de la Policía, Migración y Extranjería, Dirección General de Aduanas y Sistema Penitenciario.
“Las clases que nos imparten los cubanos son sobre defensa personal, disparos con armas cortas, actividad subversiva, psicología operativa, criminalística, análisis de documentos, tácticas y técnicas de entrevistas (interrogatorio), medidas de seguridad interna (para aeropuertos y puestos migratorios)”, explicó una de las fuentes al diario nicaragüense La Prensa.
Se estima que los asesores llegaron a Nicaragua en el año 2007, poco después de que Daniel Ortega tomara posesión de su segundo mandato presidencial. Sin embargo, los funcionarios aseguran que la presencia cubana en el país centroamericano aumentó tras el estallido social de abril del pasado año, donde se registraron centenares de fallecidos.
“Puede ser que muchos de los policías y funcionarios capacitados allá, aquí actúen y hablen como cubanos para impresionar, porque los cubanos tienen un perfil bajo en las operaciones públicas y son muy estrictos en ese papel, pero no hay que descartar tampoco que los asesores hayan intervenido como instructores ‘en vivo’ de interrogatorios y torturas para extraer información, como clases prácticas”, indica una de las fuentes, que ofrecieron la información bajo medidas de protección.
Los funcionarios nicaragüenses señalan que los asesores cubanos llegan directo de La Habana en vuelos de la aerolínea venezolana Conviasa, o desde Venezuela con escala en Panamá. La mayoría de los asesores viaja en los vuelos de esa compañía entre los migrantes cubanos ordinarios que vienen al país como turistas o para viajar a Estados Unidos.
El trabajo de asesoramiento del régimen cubano en Nicaragua garantiza no solo la supervivencia del gobierno de la dictadura de Daniel Ortega, sino que también la continuidad del socialismo en el área. En ese sentido, esos que 200 agentes que operan en la nación centroamericana se suman a otros 20 mil que, indistintamente, han cumplido funciones similares en Venezuela, infiltrados en las estructuras de más alto nivel del régimen chavista.
