MIAMI, Florida.- La situación económica imperante en Venezuela ha provocado que muchos de sus exiliados en el extranjero, aparte de asumir los retos de vivir en un nuevo país, deban mantener a los familiares que dejaron atrás.
La nación caribeña, bajo el régimen de Nicolás Maduro, presenta una grave crisis económica, donde impera el desabastecimiento y la hiperinflación.
Según un reporte de El Nuevo Herald, muchos venezolanos residentes en Miami mensualmente asignan entre 200 y 300 dólares para enviar comida a sus familiares en el país bolivariano. Dichos envíos se realizan por lo general vía marítima mediante empresas de encomiendas.
También es preciso enviar medicinas, que igualmente escasean en Venezuela.
“Cada vez que voy a hacer el mercado siento un odio horrible contra Maduro y todos los chavistas. ¿Cómo es posible que nos arruinaron el país? Se lo robaron todo y ahora los que emigramos para no morir de hambre allá (Venezuela) también estamos como si siguiéramos en el país. Yo no puedo irme de vacaciones, ni siquiera pensar en hacer un postgrado porque ese dinero lo necesita mi gente”, dice Josefina, una venezolana entrevistada por el Herald.
Josefina explicó que hace “milagros” para mantener su casa en EEUU al tiempo que mantiene a familia en Caracas. Cada mes tiene que enviarles arroz, frijoles, pasta, leche en polvo, harina pan y proteínas. Tres de sus familiares necesitan sus medicinas, y las compras incluyen productos de higiene personal.
La venezolana pidió no ser identificada por temor a que en Venezuela las autoridades tomen represalias contra su familia.
A medida que la situación en su país de origen se agrava, muchos de los venezolanos en el exterior sienten mayor presión económica para ayudar a los que quedaron atrás.
La escasez en Venezuela se agudiza con las medidas gubernamentales para intentar controlar el caos, algo que en diciembre provocó saqueos en numerosos comercios en el país.
