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Venezuela y los colectivos de la muerte Cubanet

(Cortesía)

NUEVA YORK, Estados Unidos.- Hugo Chávez pensaba que era eterno y como tal reformó, mediante ascensos y prebendas, a la dirección militar de las fuerzas armadas para obtener una directa protección a su gobierno, que lo quería perpetuo.

También Chávez creó nuevos colectivos, moldeados a su manera: los colectivos de la muerte.

Los colectivos son milicias armadas obtenidas entre lo peor de la sociedad venezolana. En su mayoría son malhechores y asesinos, reclutados en los barrios marginales, dispuestos a todo.

Inspirados en las Brigadas de Acción Rápida de Cuba, los colectivos cuentan con armas modernas, motocicletas, equipos de comunicaciones, sistemas de vigilancia y hasta tanques proporcionados por Chávez en la reestructuración de estos cuerpos de choque.

Estas pandillas siembran la violencia en los barrios donde están pertrechados, mediante la compra de voluntades, la intimidación y el terror. Es tal su dominio, que la policía se niega a adentrarse en los territorios dominados por estos grupos armados.

En barriadas populares como 23 de Enero, Catia y Petare, los colectivos son temidos por la drástica aplicación de sus propias  “leyes”. Por algo Hugo Chávez los denominó “el brazo armado de la revolución”.

La Piedrita, Los Tupamaros, Carapaica, Tres raíces y Alexis Vive, son los colectivos más representativos.

La Piedrita

La Piedrita nació el 26 de diciembre de 1985 ideado por Valentín Santana y Carlos Ramírez.

En su portal web, el colectivo explica que su trabajo de base está “inspirado en el bien colectivo” para resolver los problemas en materia de seguridad, cultura, deporte, sociedad y economía.

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Sus miembros mezclan elementos religiosos, como la Virgen y Jesucristo, para atraer nuevos elementos a sus filas, y también como cubierta ante el pueblo venezolano.

Pero la realidad es muy diferente.

Hugo Chávez acusó una vez de terrorista a Valentín Santana, el jefe de uno de los colectivos que operan en las zonas más duras del 23 de Enero. Le abrieron expediente y le dictaron auto de detención, pero fue solo pantalla porque nunca llegaron a tocarlo.

Lina Ron

“Con Chávez todo, sin Chávez plomo”. La frase la inventó Lina Ron, la más fiel defensora y luchadora del chavismo y por ende del presidente Hugo Chávez.

Fue tal la lealtad de esta seguidora que cuando murió, víctima de un infarto a los 51 años en marzo de 2011, Chávez la lloró públicamente.

Luego el mandatario escribió en Twitter: “Honor y gloria a Lina Ron. Quedará por siempre sembrada en el amor del pueblo. Ha muerto la camarada Lina Ron. ¡Fue una verdadera soldada del pueblo! Una revolucionaria integral. ¡Sigamos su ejemplo!”

La pantalla era decir que era “incontrolable”.

En 2009, Lina Ron y un grupo de seguidores atacaron la sede del canal privado Globovisión. Allí sometieron al personal de seguridad y arrojaron bombas lacrimógenas por considerar al canal un “objetivo revolucionario”.

Por los ataques a Globovisión Lina Ron fue detenida y permaneció dos meses en la cárcel.

Con comidas de restaurante y todo tipo de entretenciones, Ron podía salir y entrar a su celda.

Fervientemente declaró: “A mí me ha llamado la atención mi comandante y he acatado disciplinadamente. Aquí estoy, más revolucionaria y chavista que nunca”.

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Durante los  atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos, Lina Ron fue a la Plaza Bolívar en Caracas a quemar una bandera estadounidense y a “celebrar” los ataques.

Los Tupamaros

Uno de los más activos por su participación en aplastar las protestas son Los Tupamaros o Movimiento Revolucionario Tupamaro. Es una organización política de tendencia marxista-lenilista, que tomó su nombre del grupo uruguayo.

Sus orígenes datan del año 1989, tras el Caracazo. En 1998, respaldaron la candidatura de Hugo Chávez para presidente.

El Movimiento Revolucionario de Liberación Carapaica

Sus líderes, los comandantes Murachí y Oswaldo Arenas, afirman que se consideran revolucionarios y que comparten la visión del “plan socialista de desarrollo económico y social”.

Estos colectivos no están amparados por la Constitución, pero el gobierno nacional los apadrina.

El sociólogo Luis Cedeño, director de la ONG Paz Activa, en una entrevista a un medio digital explicó que “los colectivos tienen que tener recursos para financiarse. Podrían venir del Estado, que apoya a los colectivos en general, porque también están los colectivos culturales. No quiero decir que los recursos que el Gobierno le da a los colectivos se usan para comprar armas. Simplemente digo que hay algunos que se desvían para tener funciones policíacas y militares”.

Dinero

En un trabajo realizado por El Nuevo Herald, donde se entrevistó a Anthony Daquín, ex asesor de seguridad del Ministerio de Interior y Justicia de Venezuela, este comentó que los dineros que reciben los colectivos “son recursos que vienen disfrazados a través de ayuda. Algunos de ellos provienen del denominado Frente Francisco de Miranda (agrupación de militantes chavistas), pero también provienen de alcaldías bajo control del régimen, e incluso de la propia PDVSA”.

Maduro

Bajo Nicolás Maduro los colectivos organizan las colas y se hacen presentes en las marchas golpeando a los opositores e hiriendo a otros manifestantes

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Durante las manifestaciones secuestran en sus motos a los opositores y los entregan a las fuerzas policiales.

Los colectivos en Caracas no solo han recibido armas de parte del Gobierno desde los tiempos de Chávez, también han sido dotados de motocicletas, otros transportes y todo lo necesario para ejercer control y autoridad en el pueblo venezolano.

El líder opositor Henrique Capriles ha advertido que los colectivos se han extendido por todo el país con el beneplácito del Gobierno y la complicidad de la Fuerza Armada, atacando y amenazando a quienes manifiestan su inconformismo.

Dice “John”, Jefe del colectivo Tres Raíces: “Estamos a la orden del Gobierno. Si nos llama, allá hay que ir”.

La oposición acusa a estas agrupciones, de disparar en contra de quienes han salido a marchar.

La exdiputada María Corina Machado indicó que los colectivos armados son bandas criminales con armas de guerra. “Lo que está ocurriendo en Venezuela es que estas bandas delictivas están desatadas aterrorizando a la población. La banda llamada Los Orejones tuvo sitiada la ciudad de Ocumare del Tuy. Las imágenes que nos llegaron eran escalofriantes”.

Los opositores coinciden en que más que desarmar los colectivos, lo que debe hacer el Gobierno es desmantelarlos.

Pero eso es una utopía más, en el peligroso mundo de la Venezuela de hoy.

Existe el peligro que la nación bolivariana termine en una guerra civil para los cual el gobierno de Miraflores está preparado desde los tiempos de Hugo Chávez con los Colectivos de la Muerte y los militares.