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Western Union se queda sin plata Cubanet

Los cubanos suelen recibir las remesas a través de la Western Union (cubanosporelmundo.com)

VILLA CLARA, Cuba.- Desde comienzo de este mes y hasta hoy martes, las oficinas y sucursales en el territorio de la única agencia financiera registrada para intermediar (la que ha pactado la inmediatez en la entrega de dineros con el Gobierno cubano), se han mantenido atestadas de personas inquietas, cejijuntas y aleladas, insatisfechas con los reclamos en sus manos de envíos provenientes en su mayoría de los EE.UU. —que albergan a la firma  internacionalizada hasta aquí—, con la decepción de no poder cobrar nunca la suma en fecha.

La semana pasada —de cabo a rabo— hubo colas interminables para el día de las madres, en la única oficina abierta de las tres que operan con sedes en tiendas TRD y Panamericanas. A la pregunta de este corresponsal sobre tan escandaloso desfondarse, las funcionarias respectivas adujeron que “los compañeros de SEPSA encargados de abastecer con cucos las cajitas fuertes, ni se dan por aludidos ante la colosal insuficiencia para estas fechas (…) ya hemos informado antes y repetidamente del asunto sin resultado (…) dense Uds. una vueltita otra vez para fin de año, para que vean el mismo panorama de gente gritando y con razón”.

Es desolador mirar en algunos rostros de gente desprovista que regresó a casa con el rabo entre las patas, la viva estampa del desencanto. A otros ciudadanos esta demora insultante les tiene sin cuidado en su boyante vivir, pero siempre son la minoría.

En una de las páginas abiertas del consorcio se leen de estas alertas: Western Union aconseja a sus clientes que no envíen dinero “a personas desconocidas”. (Faltaría agregar “a países incumplidores”) A pesar de sus esfuerzos en concienciar a sus usuarios del problema, los timadores siguen usando Western Union para el fraude electrónico.

Western Union ha sido obligada a mantener registros de las transferencias para evitar el lavado de dinero. Sin embargo, esta información sólo se puede obtener con una orden judicial, y por ello casos como la estafa nigeriana o la estafa romántica se siguen dando a través de Western Union, porque una vez que el dinero llega al estafador extranjero, resulta casi imposible de recuperar. La compañía puso a disposición de los clientes que piensan que han podido ser estafados una dirección de correo electrónico: [email protected].

Por esta causa, se prohibió como método de pago ningún otro que incluya a un estado irresponsable. Todos deberíamos de escribir y denunciar. A ver qué pasa.

Cerrado, durante los días en que más se necesita (Foto: Pedro M. González)

Caibarién, municipio de evasores, timadores y prófugos constantes, que no tiene una sola familia sin “representante comercial” del otro lado del mal, ha venido afrontando en épocas cruciales —como navidades y fiestas o conmemoraciones familiares— el mismo viejo problema con la capacidad real de liquidez en sus arcas. ¡Ni que se tratara de desprenderse de los muy bien resguardados dólares, rublos, libras, yenes, liras o euros que tienen en ojeriza militaroide al Banco Financiero Internacional!

Es notorio que el slogan impreso y extra publicitado de la compañía siga siendo “Su dinero al instante”, sin aclarar a cual minuto insular se refieren con ese “avance” inaplicable a modo de adelanto bruto. Evidentemente, los que arreglaron sustanciosos contratos con la mandancia cubañola, desconocían que en la isla actual —todavía, y a pesar de los anuncios de seriedad y disciplina de última hora adoptados con fines impresionistas para inversores—, los pactos de compromiso y promesas de que “me voy a portar mejor con el usuario público, respetarle, etc.”, al y para con el súbdito extenuado, nada, absolutamente nada le resulta creíble.

Porque los cubanos con podercillo y maltratantes no pueden garantizar que algo funcione en casa como en el resto del mundo mundial debe de funcionar: bien, con los derechos y las demandas desparramados al unísono sobre la mesa. La misma mesa redonda que no tiene con qué declarar esas mesadas escandalosamente secretas que a su cuenta ya ingresó, pagándolas. (Aunque sea en moneda indevaluable, por irreal).