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Yenly Véliz: “Soy una actriz que pinta”

LA HABANA, Cuba.- La Fundación Ludwig de Cuba, una de las más prestigiosas en lo que concierne al arte contemporáneo y proyectos de vanguardia, abrió sus puertas el miércoles 18 de enero a una creación plástica sui géneris. “Feminalia” es el título de la exposición de la actriz Yenly Véliz, quien durante años ha integrado ese fabuloso grupo conocido como “Teatro Espontáneo”. Sus cuadros ejercen una inexplicable fascinación en el público, quizás poco habituado a reconocer la inocencia en un espacio expositivo que comúnmente acoge las obras más contestatarias de la plástica cubana contemporánea.

No hay que confundirse, sin embargo. Inocente no es, en este caso, sinónimo de “naif”, tierno, o simple. Hay belleza y ternura en estos collages que la autora produce delicadamente sobre la frágil textura del papel higiénico; pero también es apreciable el amplio bagaje cultural y el interés por afirmar un discurso de género, construido a partir de una experiencia en la cual se amalgaman la condición femenina, la maternidad y el hecho artístico donde la mujer es sujeto y objeto.

La obra de Yenly Véliz ha sido exhibida con anterioridad en Turquía, Suiza, Alemania, Inglaterra y otras naciones de Europa. Sin embargo, es prácticamente desconocida en el ámbito de la creación plástica cubana. Ello se debe, quizás, a la dureza con que el público del patio juzga a aquellos artistas que no son graduados del Instituto Superior de Arte o la Academia de San Alejandro.

Yenly es una pintora completamente audidacta que ha depurado su técnica con el ejercicio diario, hasta perfilar una poética desbordada e intuitiva. Para esta premier en la Fundación Ludwig —lo cual no es decir poco—, la artista eligió un planteamiento curatorial muy evidente para los espectadores, pero modesto en comparación con la fuerza y sentido de su obra.

En sus cuadros atrae el rigor compositivo, tanto como los materiales que emplea y la atmósfera onírica que circunda a sus personajes. En cuanto a corrientes o estilos artísticos su producción es personal y escurridiza frente a las etiquetas. Así lo explicó a CubaNet Maikel Rodríguez Iglesias, curador de la exposición: “Si hubiera que encasillar la obra de Yenly sería arte popular (…) Ella misma elabora sus técnicas y procedimientos, tomando lo que le interesa de cada medio de expresión (…) Lo que hoy estamos viendo es una prueba de la gran artista que puede llegar a ser, y es también una posibilidad de que su obra sea conocida por el público cubano antes de dispersarse”.

Tal vez lo mejor de su singular línea estética sea la honestidad, la falta de sujeción a cánones mercantiles y la libertad emanada de cuadros colmados por impulsos del alma, sin otras exigencias. El empleo en sus collages de materiales deleznables —papel higiénico, hojas, raíces, pétalos y semillas— sugiere que una parte de su producción podría interpretarse como ecologista; pero si de eje temático se trata, este sería la mujer y sus avatares, lo esencial y lo humano.

Sobre los intereses que la motivan explicó a CubaNet: “Pintar es para mí un juego (…) Siempre he dicho que el arte es uno y maneras, por eso he asumido la pintura del mismo modo en que asumo el teatro. Ambos son parte de mí (…) Pienso que la vida es un compartir y las mujeres cubanas somos muy vulnerables al dejarnos aplastar por el peso de cualquier relación (…) Creo que ya basta. Es hora de que nos alcen también a nosotras”.