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Chus Bueno: “La NBA está para unir a la gente y no entiende de muros”

Dentro del traje de ejecutivo aún se mueve el exjugador que militó en la Liga española entre 1988 y 1996, pero ahora las inquietudes de Chus Bueno (Barcelona, 47 años) no pasan por las estadísticas de puntos, asistencias y rebotes sino por las audiencias, el desarrollo tecnológico y la expansión planetaria de la marca NBA. A una semana del All Starde Nueva Orleans, el vicepresidente para Europa, África y Oriente Medio repasa el presente y futuro de la mejor competición de baloncesto.

Pregunta. ¿En qué momento histórico está la NBA?

Respuesta. La suma del potencial deportivo y el tecnológico me hace afirmar que la NBA nunca estuvo mejor que ahora. Nuestras audiencias baten récords en EE UU y en China, la Liga se sigue mucho más y los jugadores hacen cosas cada vez más increíbles. Viví la época de Jordan y de Magic y me enganché a la NBA con ellos, pero el talento se sigue desarrollando a unos niveles tremendos. Muchos dicen que habría que elevar las canastas, ampliar la pista y alejar la línea de tres, pero el talento hay que exhibirlo no cambiar el escenario cuando ya está dominado. Lo que hacen LeBron y Curry es brutal y eso está propiciando momentos que son parte de la historia. Antes nadie lanzaba triples desde 10 metros.

P. ¿El All Star es el gran escaparate de esa evolución del atleta?

R. Los playoffs y la regular season son la competición, el All Star es la fiesta. Es una celebración del baloncesto como show. Somos millones de aficionados y hay muchos con perfil de entrenador a los que les gusta analizar los bloqueos o una buena defensa, pero a muchos de nuestros 700 millones de fans les gusta ver mates y triples y ese es un gran día para ellos. A los jóvenes les encanta y si los equipos llegan a los 200 puntos se volverán locos en las redes. Nosotros trabajamos para todos y el All Star es un hito clave.

“El talento hay que exhibirlo, no cambiar el escenario cuando está dominado”

P. ¿Qué mapa de expansión maneja la NBA?

R. En EE UU hay 320 millones de personas, pero en el mundo somos 7.000 millones. La oportunidad es internacional. Tenemos mercados clave como el chino, hemos abierto una oficina en India y nos ocupamos de poblaciones donde el baloncesto se sigue por cultura y tradición. España tiene un lugar destacado en el radar de la NBA, es uno de los países estratégicos. Está en el top de generación de recursos junto a Canadá, China, Filipinas, Brasil y México.

P. ¿Cómo está el equilibrio de audiencias?

R. El 62% de la audiencia digital es internacional y más del 50% del tráfico y seguimiento en las redes sociales está fuera de EE UU. Tenemos que dedicarnos a ellos porque al final EE UU es un 5% de la población mundial. Al margen de las estructuras deportivas, en la NBA somos unas 1.500 personas, más de 400 de ellas en el área internacional y todos con visión global. Es la gran apuesta. Con 10 españoles en la NBA, los números aquí se han multiplicado por cinco. Son nuestros grandes embajadores y prescriptores.

P. ¿Cómo choca esa visión global con el decreto sobre inmigración de Donald Trump?

R. Nuestra vocación internacional no cambia. Seguiremos yendo a México. La NBA está para unir a la gente y no entiende de muros. Hemos dado ejemplos como mover el All Star de Charlotte a Nueva Orleans porque entendíamos que la ley anti-gay de Charlotte era inadmisible. Somos una marca global e integradora y buscamos tender puentes.

P. ¿Qué pasos marca la evolución tecnológica?

R. Ya ofrecemos un partido semanal en realidad virtual y trabajamos para consolidar y expandir la experiencia, también en generar el mayor número de estadísticas y datos durante los partidos para que los aficionados entiendan más el juego y se sientan parte del evento. Estamos atentos a todo y queremos estar donde la tecnología vaya. Así incorporamos el instant replay y ahora tenemos un replay center que parece la NASA. Con el 5G en dos o tres años la realidad virtual será real. La tecnología también ayuda a prevenir las lesiones y cuidar la salud del jugador. Al final somos baloncesto no bussines.

“La tecnología marca la evolución y queremos consolidar la realidad virtual, pero somos baloncesto, no ‘business”

P. ¿Se plantean una mayor interacción con Europa?

R. Supone demasiados retos como para verlo como una opción a corto plazo. Existen muchos problemas de calendario y con las nuevas ventanas de la FIBA se va a comprimir todavía más. Para hacer un partido de regular season en Europa y soportarlo como evento tecnológico solo valen tres pabellones: el O2 de Londres, donde ya jugamos; el O2 de Berlín; y el renovado París Bercy. Eso sí, trabajamos con la Euroliga y la FIBA para hacer crecer el baloncesto. El fan no es exclusivo. Cuantos más aficionados captemos más nos verán a todos.

P. ¿El dinero de la televisión permite comprarlo todo?

R. En la NBA juegan 450 jugadores y en el mundo hay 3 millones de licencias. Tenemos 113 extranjeros, un 25%, y los europeos son 61. La aspiración natural de un jugador es jugar en la mejor Liga del mundo, pero a algunos como Sergio Llull prefieren estar aquí y no pasa nada. Por mucho dinero que haya, la cifra de europeos en la NBA no se disparará.

P. ¿Captar talentos muy jóvenes como Doncic no rompe los ecosistemas y crea desafecto desde Europa?

R. No es una colonización porque hay mucha sensibilidad. Lo del desafecto hay que medirlo muy bien, pero yo no tengo la sensación de que el aficionado del Madrid deje de ver la NBA porque el Chacho se haya ido. Desde que está allí hemos incorporado fans, seguro. Entiendo las sensibilidades, pero al final la gente que está enamorada de un jugador le sigue allí donde esté. La realidad es que Doncic es un portento físico respecto a chicos de su edad. Ha habido jugadores como Willy Hernangómez que se han atrevido a ir allí sin ser dominantes en Europa y fíjate qué bien le va, pero no hay una fórmula mágica. Al final es cuestión de ambición.