MADRID, 28 Mar. (EUROPA PRESS) –
AUTOR: Mohamed Alí Amar, ‘Nayim’.
FECHA: 10 de mayo de 1995.
LUGAR: Parque de los Príncipes de París.
PARTIDO: Arsenal – Real Zaragoza (1-2, final de la Recopa de Europa).
CONTEXTO: El Zaragoza conquistó la Copa del Rey 1994, tras batir en la tanda de penaltis al Celta, y se ganó el derecho a competir en una de las últimas ediciones de la Recopa de Europa, competición que se extinguiría en 1999. Tras eliminar al Gloria Bistrita rumano, el Tatran Presov eslovaco, el Feyenoord holandés y el Chelsea inglés, el equipo maño se plantó en la tercera final europea de su historia. Víctor Fernández dirigía un equipo sólido y talentoso con jugadores muy recordados en La Romareda como Higuera, Pardeza, Cedrún, Poyet o Belsué.
EL GOL: Tras una primera parte muy igualada y varios avisos con la firma de Pardeza, el argentino Juan Eduardo Esnáider abrió el marcador con un gran disparo desde fuera del área, pero John Hartson empató acto seguido y la final llegó a la prórroga. En el minuto 120 y cuando ambos equipos barruntaban ya la tanda de penaltis, Cedrún sacó de puerta y tras un par de rebotes el balón le llegó a Nayim en la banda derecha. El ceutí sorprendió a compañeros, rivales y los 43.000 espectadores presentes en el estadio parisino al lanzar una volea a 49 metros de la portería defendida por David Seaman. El balón subió muy alto y bajó con veneno, pegado al larguero para sorpresa del portero inglés, que rozó la pelota pero no pudo impedir que se alojara en la red. Una jugada increíble en el momento perfecto.
¿Y DESPUÉS?: El Zaragoza celebró el segundo título europeo de su historia, después de la Copa de Ferias de 1966, y Nayim quedó para siempre como el símbolo de aquel triunfo. El centrocampista jugó dos años más de blanquillo hasta que fichó por el Logroñés, donde colgó las botas en 1999. En cuanto al club, no ha vuelto a saborear un momento tan glorioso, aunque sí dos títulos de Copa del Rey (2001 y 2004) y uno de Supercopa de España (2004). Actualmente juega en Segunda División, pero ocupa plaza de ascenso para volver a la élite de la mano, cómo no, de Víctor Fernández.
