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Bárcenas insiste en que los ordenadores destruidos por el PP contenían datos sobre la “caja B”

El ex tesorero del PP Luis Bárcenas ha desenterrado hoy de nuevo el hacha de guerra contra el PP en el juicio por el borrado de sus ordenadores por parte de la formación tras su despido en 2013. Lo ha hecho como testigo, pues renunció a ejercer la acusación (en lo que se interpretó como un pacto implícito de no agresión), aunque ha lamentado esa decisión al vincular la destrucción de los discos duros con la «operación Kitchen» del omnipresente José Manuel Villarejo. Según ha explicado, tanto en uno como en otro caso, lo que se pretendía era «hacerse con información que me pertenece y amedrentarme en algún caso». De haber sabido entonces de la existencia de esa operación supuestamente liderada por el ex comisario, ha lamentado, no habría renunciado a ejercer la acusación en este procedimiento.

Y es que Bárcenas -actualmente en prisión y condenado a 33 años de prisión en el juicio de la primera época de la «trama Gürtel»- ha insistido en que en esos ordenadores guardaba datos que «permitían acreditar el conjunto de los apuntes» sobre la contabilidad opaca del PP en relación a la financiación de las campañas electorales y a la identificación de los donantes del partido con los que se reunían. Algo que han rechazado tanto los tres altos cargos del PP que se sientan en el banquillo acusados de delitos de encubrimiento y daños informáticos -su responsable jurídico Alberto Durán, la ex tesorera, y actual gerente, Carmen Navarro y el director del Departamento de Informática José Manuel Moreno- como la representante del propio partido, acusado como persona jurídica. «Los equipos no tenían absolutamente nada», ha asegurado Moreno, una versión que ha corroborado también Durán: «Ahí no había absolutamente ningún dato de nada. Si los hubiera habido nos hubiéramos ido a un notario y habríamos levantado acta de su contenido».

En un incisivo interrogatorio, la fiscal Carmen Luciáñez ha hecho incurrir a Bárcenas en algunas contradicciones y le ha puesto de manifiesto su extrañeza por el hecho de que, considerando tan relevante la información almacenada, no la trasladara a su nuevo dispositivo como hacía habitualmente al sustituir uno por otro. El ex tesorero ha dicho que no recordaba que allí almacenaba más datos sobre la contabilidad opaca y ha recordado que en su momento se limitó a hacer una copia de los que consideró «relevantes» para defenderse en el «caso Gürtel» en el que estaba imputado. «Esa documentación no ha sido manipulada por nadie», ha recalcado ante el magistrado Eduardo Muñoz Baena en la sede de los Juzgados de lo Penal de Madrid, donde se ha celebrado la vista.

Los tres acusados han restado importancia al papel de Bárcenas en Génova desde 2010, cuando fue relevado de su cargo tras hacerse pública su fortuna en Suiza, a 2013, momento en que la dirección del PP le prohíbe su entrada en Génova. «Ni siquiera sabía que estaba tres plantas más abajo», ha dicho Durán respecto al despacho que mantuvo en la sede del PP durante ese tiempo en la «sala Andalucía». «No lo he visto jamás ni me lo he cruzado nunca», ha añadido el responsable informático de los populares. En esa misma línea, Navarro ha mantenido que solo tuvo con Bárcenas un encuentro fugaz. «Lo conozco de una vez que me lo crucé en el pasillo», ha recalcado la gerente de los populares, que ha dicho que aunque sabía «que le estaban investigando y le habían quitado de tesorero porque había un lío ahí», desconocía por qué motivo.

Pero el ex tesorero ha defendido que su relación laboral con el PP seguía vigente. Entre 2010 y 2013, ha dicho, acudía «un mínimo de tres días a la semana» a la sala Andalucía y tenia «muchas reuniones». «Lo que yo pacté con el señor Rajoy, don Mariano -ha asegurado respecto a su cese como tesorero por la investigación del «caso Gúrtel»- es que a partir de ese momento yo quedaba a disposición del partido», razón por la cual, ha añadido, «tenía a mi disposición una secretaria».