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Bildu pone precio a su abstención para investir a Sánchez

El pacto entre los socialistas navarros (PSN) y los nacionalistas permitió esta semana la entrada de EH Bildu en la Mesa del Parlamento de la comunidad foral. Este movimiento acerca la posibilidad de que el PSN trate de repetir la fórmula para alcanzar el Ejecutivo navarro con el apoyo necesario de los nacionalistas y del partido de Arnaldo Otegi. Al mismo tiempo, este acuerdo cierra la puerta a que Navarra Suma –la coalición que integra a PP, Cs y UPN–pueda gobernar pese a su clara victoria el 26-M y a que los dos diputados de esta formación en el Congreso puedan facilitar la investidura de Sánchez mediante una abstención. Cegada la «vía navarra» en Madrid, Pedro Sánchez vuelve a quedar en manos de ERC y de Bildu. Dando por hecho que el líder socialista acuda al pleno de investidura con los deberes hechos –con el apoyo de Unidas Podemos, Compromís, PNV y el Partido Regionalista de Cantabria– sumará 173 síes. Esa cifra le obliga a que, al menos, otro partido se abstenga: o Esquerra o Bildu. Estas dos formaciones han deslizado esta semana en los pasillos de la Cámara Baja su disposición a dar ese paso. Aunque, tal y como comienzan a dejar patente, no lo harán gratis.

Bildu registró ayer en el Congreso de los Diputados sus primeras cuatro iniciativas de la legislatura, todas ellas, según informaron desde este grupo parlamentario, «encaminadas a ampliar la soberanía de las instituciones vascas y navarras». Revestidas de una aparente búsqueda de «mejoras sociales», la batería de medidas que los cuatro diputados de Bildu llevaron ayer al registro de la Cámara Baja tienen como meta el avance en el autogobierno del País Vasco y la transferencia de decenas de competencias tanto a esta comunidad como a Navarra. El partido de Otegi también plantea la necesidad de tejer un nuevo marco de relaciones entre España y el País Vasco «de igual a igual, lejos de la subordinación de los últimos 40 años».

En una de estas iniciativas, Bildu exige al Gobierno central la transferencia a la comunidad foral de las 25 competencias pendientes del Amejoramiento Navarro y de otras 36 materias al País Vasco. «Llevamos 40 años esperando. Exigimos un calendario y que se haga con la mayor urgencia posible», señaló ayer la diputada Mertxe Aizpurua. Dentro de este planteamiento, la formación abertzale destaca dos de estas competencias como prioritarias: la Seguridad Social y la gestión de las cárceles. La exigencia para que el País Vasco asuma la competencia sobre la Seguridad Social entronca con otra de las propuestas registradas ayer, la que contempla el aumento de las pensiones mínimas hasta los 1.080 euros.

Aunque el partido de Otegi en ningún momento vinculó ayer el registro de estas iniciativas con su posible abstención en la investidura de Sánchez, sí lo ha hecho coincidir con la semana en la que su voto ha vuelto a ser clave. De hecho, fuentes parlamentarias confirman a este diario la disposición de Bildu a abstenerse el día en el que el presidente se someta al dictamen de la Cámara Baja, previsiblemente a lo largo del mes de julio.

El Gobierno de Sánchez eludió ayer valorar la posibilidad de que EH Bildu termine facilitando la investidura de Sánchez. Precisamente para evitar este escenario tanto el presidente en funciones como la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, insistieron ayer en pedir al Parido Popular y a Ciudadanos que se abstengan «por responsabilidad», con el objetivo de no hacer «depender» la gobernabilidad del país en formaciones independentistas. Lo que sí valoró Celaá fue el pacto navarro que propició a Bildu la victoria de entrar en la Mesa del parlamento regional. La portavoz de Moncloa justificó ayer en la rueda de Prensa posterior al Consejo de Ministros el acuerdo alcanzado por los socialistas navarros con los nacionalistas de Geroa Bai. La responsable de la cartera de Educación del Gobierno de Sánchez llamó a todos los partidos a entender que las fuerzas políticas que se presentan a las elecciones cumplen con la Ley: «Bildu es legal», remarcó al contestar a una pregunta de los medios en torno a si la reflexión sobre el partido abertzale es aplicable también a Vox: «Todos los escaños son legales y todos los partidos son legales. Bildu es legal y Vox es legal, si no, no se habrían podido presentar a las elecciones». En todo caso, Celaá quiso remarcar que en el acuerdo del PSN con Geroa Bai para hacerse con la Presidencia de la Mesa «no se había pactado con Bildu».

Este escenario, en el que los caminos del PSOE en el Gobierno y de Bildu vuelven a cruzarse, da continuidad a lo que fueron los últimos compases de la legislatura pasada, cuando los de Otegi salvaron los decretos sociales de Moncloa y ambas formaciones coincidieron en la votación del 61% de las iniciativas parlamentarias sometidas a debate en el hemiciclo.