La propaganda del Gobierno sobre su gestión del coronavirus está llegando a niveles sólo comparables a la que ejecutan las dictaduras bananeras que todo lector informado tiene en mente. Clique el siguiente vídeo y obtenga sus propias conclusiones:
Las censuradas ruedas de prensa en las que los periodistas no pueden repreguntar son un pequeño ejemplo del pánico que el presidente del Gobierno tiene a que se cuestione su política.
La aversión de Pedro Sánchez por someterse al escrutinio público de los periodistas no es algo nuevo, ni mucho menos.
Desde que renovó su cargo de presidente tras las elecciones del 10-N, el jefe del Ejecutivo protagonizó dos episodios de particular choque con los medios. En una de ellas, en la que Sánchez, anunció a su equipo de Gobierno, los periodistas no pudieron hacer preguntas.
En la segunda, el líder socialista llegó a no permitir el acceso a los periodistas a la sala en la que selló públicamente su acuerdo de coalición con Podemos.
Un tercer caso de hermetismo se produjo durante una rueda de prensa en la que Sánchez solo aceptó dos preguntas. En aquella ocasión, los dos únicos periodistas que pudieron dirigirse al presidente le echaron en cara públicamente su falta de transparencia.
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Según se ha podido ver en el borrador del Real-decreto Ley del Gobierno que incorporará más medidas económicas para amortizar el golpe del Covid 19, las cadenas privadas obtendrán 15 millones en subvenciones.
El objetivo oficial es proporcionar una “compensación temporal de determinados gastos de cobertura poblacional obligatoria del servicio de televisión digital terrestre de ámbito estatal” durante el estado de alarma.
“Con carácter excepcional, se aprueban ayudas por importe de quince millones de euros para compensar una parte de los costes de los prestadores del servicio de comunicación audiovisual de televisión digital terrestre de ámbito estatal, derivados de mantener durante un plazo de seis meses determinados porcentajes de cobertura poblacional obligatoria”
Pero el vídeo que ha difundido Moncloa para exonerar al Gobierno de toda responsabilidad y culpar a Mariano Rajoy y al «liberalismo salvaje» de la crisis del coronavirus toca de pleno el insulto y ahonda el dolor de miles de españoles. Pedro Sánchez, lejos de pedir perdón, pretende convencer a los ciudadanos de que la culpa de todo es de otro. Lo peor es que siempre hay alguien que se lo creerá.
