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Del «no tengo miedo» a la politización y la guerra de banderas

El independentismo politiza la manifestación contra el terrorismo y convierte la marcha de Barcelona en un ensayo de la próxima Diada

El lema, ese «No tinc por» (No tengo miedo, en catalán) que rompió con gran estruendo el minuto de silencio de hace dos viernes, apenas unas horas después de los brutales atentados de las Ramblas y Cambrils, convertido en gigantesca pancarta para encabezar la manifestación. «La mejor respuesta, la paz», podía leerse en otra de las muchas pancartas que transformaron el barcelonés Paseo de Gracia en un colorido mosaico dominado por el rojo, el amarillo y el blanco, colores del escudo de Barcelona. Colores también de los miles de rosas que el gremio de floristas de la ciudad repartió entre los asistentes para dar aún más vistosidad a una concentración en la que ondearon «senyeras», banderas españolas e infinidad de lemas.

También estaba, claro, el azul de quienes creyeron que precisamente ayer era el día más oportuno para deslizar consignas políticas, ensayar la performance de la próxima Diada y sacar la estelada a pasear unos días antes de lo habitual. Apenas unas horas antes de que arrancase la manifestación, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, había querido subrayar que la de ayer era una manifestación de la ciudadanía por lo que, «en ningún caso», debía serlo de banderas, pero desde la CUP y algunas entidades sociales como la ANC y Òmnium Cultural se quiso aprovechar la ocasión para tensionar aún más la unidad institucional y llevar hasta la segunda cabecera, la de las autoridades, su repertorio de pitidos y abucheos. Su objetivo: el Rey y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Así, entre pancartas que apelaban a la paz y la convivencia y llamaban a plantar cara al terror, otras aprovechaban para recordar la guerra de Irak y cargar contra el comercio de armas y los tratos con países como Arabia Saudí. Pancartas muchas de ellas que, antes de la manifestación, ya se habían empezado a ver en la concentración previa y «alternativa» auspiciada por la CUP y algunas entidades sociales para protestar contra lo que consideran «la actitud hipócrita de algunas autoridades». Incluso los máximos responsables de la ANC y Òmnium, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, celebraron con gran satisfacción tras la manifestación que se hubiese «silbado a los hipócritas».

«Contra el terrorismo»

Con un goteo de gente constante desde primera hora de la tarde y el Paseo de Gracia canalizando la riada humana, buena parte del protagonismo se lo llevaron ayer las fuerzas de seguridad y los servicios de emergencias, a quienes tanto el Rey como el resto de autoridades aplaudieron nada más incorporarse a la marcha. Entre el público, cartulinas en las que podía leerse «Juntos contra el terrorismo» y representantes de las comunidades marroquí y paquistaní de Barcelona luciendo pancartas que subrayaban que «Islam quiere decir paz».

En plaza Cataluña, punto final del recorrido, los gritos de apoyo a los Mossos d’Esquadra se acabaron fundiendo con las palabras de Rosa Maria Sardà y Miriam Hatibi, portavoz de la Fundación Ibn Battuta, en el único parlamento de un acto que el Ayuntamiento ya había anunciado breve y austero: «Los que estamos aquí hoy hemos venido para gritar bien fuerte y con una sola voz: ¡No tengo miedo!» «Hemos salido una vez más a la calle para volver a llenar de luz el Paseo Marítimo de Cambrils y las Ramblas de Barcelona, porque si su ideología es la muerte, la nuestra es una apuesta inquebrantable por la vida», subrayó la actriz antes de acabar citando a Federico García Lorca y Josep Maria de Sagarra.

Una versión del «El cant dels ocells» (El canto de los pájaros) de Pau Casals, «símbolo de paz y libertad universal», pusieron el broche a un breve acto en el que no faltó, porque no podía faltar, un grito de «No tinc por» coreado al unísono por toda la plaza. Un broche esperado para una manifestación que tuvo también sus ecos en otras ciudades como Valencia, Alicante, Vigo o Madrid, donde diferentes colectivos y representantes políticos se reunieron en la Puerta del Sol bajo lemas como «No tengo miedo» y «Todos somos Cataluña».

Y al final, también un pequeño susto después de que una pelea provocase una breve estampida plaza Cataluña; una trifulca que, según explicó Ep, se habría originado después de que uno de los asistentes increpase a otra por llevar una «estelada» a la manifestación. El revuelo provocó que personas que había en ese momento en ese sector de la plaza se asustaran y empezaran a correr.