A pesar de que la Reina Letizia no tiene buena relación con sus cuñadas, no puede decirse lo mismo de Doña Sofía por quien siente especial predilección.
La reina emérita es, sin duda, quien peor lo está pasando reviviendo con todo lujo de detalles el affaire amoroso que mantuvieron Don Juan Carlos y Bárbara Rey y que fue ocultado a la opinión pública con la complicidad de políticos, empresarios, medios de comunicación y hasta del CESID, ahora el CNI.
Doña Sofía está tan harta que, aunque ya pasa algunas temporadas fuera de España, podría estar pensando abandonar el país definitivamente.
Por si fuera poco la madre de Felipe VI ha tenido que hacer de tripas corazón porque Zarzuela ha considerado oportuno un gesto de cara a la galería: juntar a los cuatro Reyes en público por primera vez desde diciembre de 2015.
La excusa ha sido la entrega de los Premios Nacionales del Deporte en el Palacio del Pardo, que han recaído en el futbolista Andrés Iniesta, la atleta Ruth Beitia y el patinador Javier Fernández. Por acudir acudió hasta una de las hermanas de Don Juan Carlos, Pilar de Borbón.
Don Juan Carlos y Doña Sofía apenas cruzaron las miradas siquiera, pero por contra ésta y su nuera, Doña Letizia, compartieron confidencias antes y durante la ceremonia. Los presentes destacan la «complicidad» entre ambas, que incluso rieron juntas.
Consciente de que iba a ser el centro de casi todos los focos, la Reina emérita se enfundó en un vestido rojo, un color poco habitual en su armario. Y además estuvo especialmente sonriente. La procesión va por dentro.
Varios medios de comunicación han desvelado que, tras las apariencias, la Reina Sofía: «Lo está pasando muy mal».
