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Draghi deja las hipotecas por los suelos

Buenas noticias para quienes tienen una hipoteca variable ligada al euríbor. El principal indicador para este tipo de préstamos en España, el euríbor a 12 meses, ha marcado un nuevo mínimo histórico en sus 20 años de vida: -0,282%. Esto se traduce en una rebaja de 6,44 euros en su cuota mensual para quienes actualicen su hipoteca este mes sobre un préstamo de 150.000 euros a 30 años. Con este registro, se acumulan ya 41 meses con este índice en negativo, desde que en febrero de 2016 registrase su primer valor por debajo del 0%.

La otra cara de la moneda es para quienes han firmado su hipoteca a plazo fijo, cada vez más españoles, tentados por las ofertas de mayor seguridad ofrecidas por la banca, fundadas en la creencia de que el euríbor volvería a subir a los niveles de 2013 (5,248%). Y así parecía hasta marzo de este año. ¿Qué ha ocurrido entonces?

Para explicar estas oscilaciones hay que remontarse a marzo de 2015. Entonces, Mario Draghi tenía ya los tipos en el 0,05% y apretaba el botón para inyectar a la economía europea 60.000 millones de euros mensuales en programas de compra de activos de bancos comerciales y deuda soberana para evitar los riesgos de deflación. La revitalización fue inmediata, igual que la caída del euríbor, el principal indicador para las hipotecas variables. Desde la entrada en vigor de la política de estímulos del BCE, la banca europea no ha dejado de desangrarse y de buscar alternativas que revitalizaran uno de sus principales sectores de negocio: las hipotecas.

Tras cuatro años de apreturas, en marzo de 2018 el euríbor tocó fondo y comenzó una suave escalada acercándose al 0%. Por entonces, el BCE había bajado ya el pistón y «sólo» inyectaba 30.000 millones mensuales a la economía europea y apuntaba a otra rebaja a 15.000 millones mensuales desde septiembre hasta final de año, alargando un poco más el programa de Draghi.

Paralelamente a las políticas expansivas del BCE, la banca trató de contraatacar ofreciendo mejores condiciones en sus hipotecas a plazo fijo, donde podía sacar más rendimiento a sus préstamos. El «manguerazo» de Draghi tenía fecha de caducidad en 2018, lo que implicaba una vuelta a la normalidad en los préstamos. En 2015, las hipotecas a tipo fijo tan sólo eran el 7,4% del total. En 2016, el 23,7% de las hipotecas firmadas ya estaban a plazo fijo, un porcentaje que pasaba al 37,8% en 2017; al 39,4% en 2018 y al 42,6% en mayo.

Cuanto más se acercaba el fin del programa de Draghi, más se refugiaban los hipotecados en el plazo fijo para evitar los sobresaltos de los años posteriores al estallido de la burbuja inmobiliaria. Tenía toda la lógica. Desde Estados Unidos, las señales apuntaban a una escalada de los tipos de cambio sin fecha de caducidad y el BCE parecía dispuesto a seguir su estela. Todo apuntaba a una leve subida después de este verano. Pero la guerra comercial ha cambiado el escenario

La parálisis de Alemania, castigada en sus exportaciones paneuropeas por la guerra comercial chino-americana, y los poco convincentes datos de la inflación, comenzaron a disparar los rumores de que Draghi se retiraría insuflando más oxígeno a la eurozona. El euríbor volvió a caer el pasado marzo y ya no ha dejado de hacerlo. Draghi confirmó que habría estímulos para septiembre y el BCE ha mantenido los tipos en el 0%, donde llevan ya más de tres años.

Aunque algunos bancos han bajado su hipoteca fija al 1,35%, el hecho es que quienes firmaron una hipoteca variable en 2016 se han ahorrado un buen pico. En concreto, casi 10.000 euros hasta la fecha para un préstamo de 150.000 euros a 20 años (euríbor de julio +0,99%) frente a lo que hubieran pagado de media a plazo fijo, según el comparador hipotecario iAhorro.