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EEUU abandona el Consejo de Derechos Humanos de la ONU

Estados Unidos ha anunciado este martes que abandona el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Era un paso que se anticipaba y había sido anunciado, a modo de amenaza, en varias ocasiones desde que Donald Trump llegó a la presidencia estadounidense y está sobre todo impulsado por lo que EEUU denuncia como parcialidad contra Israel en el órgano. Pero el momento elegido para darlo, con atención y denuncia global por la crisis humanitaria provocada por la decisión del mandatario de separar a menores inmigrantes de sus padres en la frontera, subraya aún más la imperante filosofía de desafío que ha instalado en Washington un presidente que también ha abandonado el Acuerdo de París para luchar contra el cambio climático, ha roto el acuerdo multinacional con Irán para frenar el programa nuclear y ha disparado los primeros cañonazos en una guerra comercial global con aranceles a la Unión Europea, China y otros países.

Han sido la embajadora de EEUU ante la ONU, Nikki Haley, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, quienes han comparecido en Washington para explicar y anunciar la decisión, que llega mientras el consejo celebra en Ginebra la segunda de sus tres reuniones anuales. Y Pompeo ha sido muy duro en sus críticas. «No dudamos que tuvo una visión noble, pero se ha convertido en un pobre defensor de los Derechos Humanos y un ejercicio de hipocresía sin vergüenza«, ha dicho. A continuación Haley ha anunciado la «retirada oficial» del consejo. «No es una retirada de compromisos con los derechos humanos», ha asegurado.

El argumento del supuesto sesgo antiisraelí de la ONU o de sus órganos late tras la decisión y es el mismo que EEUU empleó en octubre del año pasado al decidir que abandonaba la UNESCO.

No es la primera vez que EEUU estará ausente del Consejo de Derechos Humanos. George Bush decidió mantenerse fuera cuando se organizó con su composición actual en 2006 y fue en 2009, bajo el mandato de Barack Obama, cuando Washington entró en el órgano, del que forman parte actualmente 47 naciones y del que ninguna se había marchado voluntariamente (solo Libia fue expulsada, en 2011).

Además de la denuncia de lo que Haley define como una “campaña patológica” contra Israel en el Consejo (que tiene en su agenda de forma permanente un punto para estudiar los abusos en Gaza y Cisjordania), otra de las reclamaciones que había hecho la Administración Trump  es que hubiera una reforma para evitar que países que más vulneran los derechos humanos pudieran formar parte del órgano. Entre las naciones que Washington señala especialmente están Venezuela, Cuba, Arabia Saudí, Burundi o China