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El abad de Montserrat reconoce que supo de abusos a menores desde 1971

«¿Y entonces él qué reconocía que había hecho?  Reconocía que me había besado», le pregunta Miguel Hurtado. «Sí, que había tenido un comportamiento excesivamente afectuoso contigo», responde Josep Maria Soler. Este es solo un breve fragmento de una conversación que en el 2015 grabó con cámara oculta el primero, víctima de los abusos sexuales del fraile Andreu Soler entre 1997 y 1998, y en la que el segundo, actual abad de Montserrat, acaba admitiendo que sabía de casos de pederastia en el seno de la comunidad religiosa.

En el vídeo, al que ha tenido acceso este diario y que dura en su totalidad más de media hora, el abad de Montserrat reconoce que, después de que Hurtado enviara una carta denunciando los abusos sufridos, habló con el hermano Andreu Soler y este, aunque negó algunos extremos, sí confesó que había rebasado ciertos límites. «Eso de un trato más afectuoso pues es una manera de decir…», insinúa el actual responsable del monasterio, quien para más inri acaba delatándose en otro momento de la conversación en que desvela que hacía décadas que un ignominioso secreto a voces recorría las dependencias eclesiales:

-Abad de Montserrat (AM): Alguien me había contado de alguna otra circunstancia. Una vez en Santa Cecília, pero era anterior a tu época.

-Miguel Hurtado (MH): En Santa Cecília, ¿qué pasó? ¿qué dijeron que había pasado?

-AM: Me dijeron que igual podía haber… Había rumores de que había relaciones homosexuales. Pero eran rumores. Los años setenta y tantos… 

«Todos lo sabían»

Santa Cecilia era un lugar al que iban los jóvenes de la comunidad los fines de semana, y el encargado de llevarlos era precisamente el ‘germà’ Soler, fundador del movimiento escolta de la abadía, los ‘nois del servei’. De aquella época, concretamente de 1971, es uno de los casos de pederastia cometidos por el fraile y destapados por este diario, el de J. R. Martínez, quien no dudó en explicar a EL PERIÓDICO que «todos sabían que el hermano Andreu metía mano». Incluso explicó la estrategia del monje benedictino: les hablaba de la masturbación mientras les manoseaba para subrayarles que no debían caer en ella.

Volviendo al vídeo grabado con cámara oculta, el abad Soler se escuda de todo aquello recordando que entonces él era solo un monje y que denunció lo ocurrido al responsable de Montserrat en aquel momento, el padre Cassià Just. «Él me dijo que investigaría, pero no sé más», afirma, y sostiene que posteriormente se fue a Roma y quedó desconectado.

La tensión es evidente en la conversación entre Hurtado y Soler en varios momentos. Uno de ellos es cuando el primero le recrimina al responsable religioso que la abadía le dedicara un libro al presunto pederasta ‘Escoltisme i Montserrat’ en el 2007, cuando ya se sabía de sus comportamientos con diferentes jóvenes. «Yo voy a ver este libro donde se puede encontrar para retirarlo de la circulación», se compromete el abad, que minutos ha admitido que el hermano Soler le comentó que se iba a retirar un tiempo para hacer penitencia «por haber abusado de un menor y por otras cosas».

En ese momento de la charla, Hurtado le dice a Soler que no quiere el dinero que le dio la abadía «para reparar el daño causado» (7.200 euros en el 2003).

-A. M.: Pero la, la… Cuando lo hicimos fue para ayudarte.  Y ayudamos a tu madre también.

-M. H.: Sí, si lo comprendo. Pero comprenda también usted señor abad que a mí ahora ese dinero me quema las manos. O sea, estoy aún en estado de shock. Que no sé exactamente que pensar. Y yo ahora en estos momentos. A mí en su momento el dinero me hizo sentir mejor. Porque yo pensé que era un reconocimiento del daño causado. Y un intento de reparación.

-A. M: Sí.

-M. H.: Pero yo ahora en estos momentos, a mí el dinero me hace sentir peor. Entonces, yo por eso, ahora en estos momentos.

-A. M.: Si pero ahora me haces sentir mal a mí. Porque yo lo que quería era la reparación del daño que se te hizo.

-M. H.: Mire señor abad haga usted una donación a una asociación de víctimas. Ahora desgraciadamente hay una crisis muy grande. Hay mucha gente con necesidades. Hay gente que lo necesita más que yo. Yo que quiere que le diga. Ahora este dinero a mí , me hace sentir peor.