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«El Chepas» se enfrenta a la cacerolada de sus vecinos en la puerta de su casoplón en Galapagar

Pablo Iglesias ha sido el centro de la atención que los vecinos de la madrileña localidad de Galapagar han realizado en la puerta del domicilio del vicepresidente del Gobierno como crítica a la gestión que el Gobierno de Pedro Sánchez está haciendo en relación a la crisis del coronavirus en nuestro país.

Varias decenas de vecinos con cacerolas en la mano y portando banderas de España se han presenciado en la puerta del chalé que Iglesias e Irene Montero tienen en la Sierra Madrileña, y que desde hace varios meses está custodiado por un agente permanente de la Guardia Civil.

En este sentido, los vecinos del líder de Unidas Podemos se han sumado a las protestas que en los últimos días hemos podido ver por diversas calles de España, destacando las que se han venido realizando en la madrileña calle de Nuñez de Balboa en Madrid.

De esta manera, miles de españoles han querido salir a las calles para mostrar su descontento con la gestión que desde Moncloa se está ejecutando para intentar paliar los efectos,sanitarios y económicos, que el impacto del coronavirus está teniendo en nuestra sociedad. A estas protestas se suman también las de los madrileños que están en contra de que su comunidad autónoma se haya quedado en la Fase 0 por decisión del comité de expertos que tienen que valorar la situación de cada región: comité del cual todavía se desconoce la identidad de los miembros que lo conforman.

Los detalles de la casa de Iglesias y Montero

La casa de Pablo Iglesias e Irene Montero en la Sierra de Madrid ha generado varias polémicas desde el momento que se confirmó su adquisición parte de los dirigentes de la formación morada.

Este domicilio incluye todo tipo de lujos, como gran jardín y piscina de obra, algo de lo que el propio actual vicepresidente del Gobierno había mostrado su rechazo en los primeros años de Podemos, cuando todavía vivía en su casa familiar del madrileño barrio de Vallecas.

Pero las principales críticas llegaron cuando empezaron a aparecer las primeras medidas de seguridad que los dirigentes de izquierdas habían decidido instalar o solicitar por estar en la primera línea de la política. Entre ellas la instalación de un circuito interno de cámaras de seguridad y la solicitud de una patrulla permanente de la Guardia Civil a las puertas de su casa: meses después se instaló una ‘garita’ de seguridad en la puerta del domicilio que sigue ocupando, como podemos ver en el vídeo de este sábado, gran parte de la avenida pública.