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El Parlamento de Cataluña aprobará la legislación secesionista por urgencia y lectura única

JpS y la CUP, como estaba previsto, utilizan el rodillo independentista para reformar el reglamento parlamentario

Cs, PSC y PP critican duramente la estrategia que desprecia las instituciones catalanas y adelantan que acudirán al TC

Los partidos independentistas ya tienen pista libre para aprobar, a través del rodillo secesionista en el Parlamento de Cataluña, las llamadas «leyes de desconexión» en apenas unas horas, sin el más mínimo debate y acortando los derechos de los diputados de la oposición. PP y Cs han anunciado que acudirán en amparo al Tribunal Constitucional (TC).

Con los votos de JpS y la CUP, el reglamento del Parlamento autonómico ha quedado modificado hoy con el único objetivo de que en las próximas semanas se presenten varias leyes con las que la Generalitat aspira, entre otras cosas, poder convocar un referéndum de autodeterminación para el 1 de octubre.

El nuevo reglamento permitirá, entre otras cosas, que los grupos políticos propongan la aprobación de leyes por «lectura única» (artículo 135.2), sin el debate democrático habitual para la tramitación de leyes, sin poder presentar enmiendas y sin que se pueda acudir, por ejemplo, al Consejo de Garantías Estatutarias (CGE) para valorar su encaje legal.

Además, se modifica el periodo de sesiones para que la tramitación legislativa se pueda realizar a partir del 15 de agosto, cuando las instituciones públicas, tanto las ejecutivas como las jurídicas, están en «stand by» y así se pueda alargar el tiempo en el que las llamadas «leyes de desconexión» estén en vigor el mayor tiempo posible.

La oposición: «Es un atropello»

En la sesión plenaria de este miércoles, la oposición se ha mostrado muy crítica con la reforma (que fue matizada por el CGE, cuyo informe no es vinculante, y por los propios letrados del Parlamento autonómico) y han acusado a JpS y la CUP de llevar a cabo una estrategia poco democrática.

En este sentido, José María Espejo-Saavedra (Cs) ha comparado la modificación reglamentaria aprobada con Matrix: «Vamos a hacer el reglamento de nuestro Matrix particular. Un reglamento de Matrix para aprobar unas leyes de Matrix. Leyes que no tendrán valor».

Por parte del PSC, Ferran Pedret ha denunciado que con el texto aprobado se «altera de forma sustancial la voluntad de la Cámara, porque esto no va de facilitar que un grupo parlamentario promueva la lectura única; va de suprimir los trámites parlamentarios para que todo pase de forma rápida y fina». Y ha añadido: «Es un atropello».

Joan Coscubiela (CSQP) ha advertido a JpS y la CUP que se «están pasando de frenada» con este tipo de reformas, pues ha indicado que ni en el Congreso de los Diputados, donde se permite la lectura única para aprobar normas a petición de los grupos, se prohibe la inclusión de enmiendas en un proceso exprés.

También ha mostrado su indignidad el portavoz popular, Alejandro Fernández, quien ha calificado la estrategia de los grupos que han propuesto el cambio reglamentario como «lunática y alejada de la realidad política y democrática europea». Fernández -que ha mantenido un rifirrafe con la bancada de JpS- ha recordado que «en todas las democracias del mundo la mayoría parlamentaria esta sujeta a los preceptos constitucionales».

JpS y CUP confirman la sospecha de la oposición

La reforma ha sido defendida por Anna Gabriel (CUP) y Roger Torrent (JpS). Gabriel ha reconocido que si la legislación española no permite hacer cambios para poder llevar a cabo la independencia de los Países Catalanes hay que «desbordarla», dando por válidas las sospechas de la oposición.

Así, Gabriel ha confirmado que la CUP apoya la reforma del reglamento «si sirve para levantar las barreras de este pueblo para autodeterminarse». Y ha finalizado su intervención con un «nos vemos en las calles, que es donde las cosas se ven más claras». La vehemencia de Gabriel ha sido correspondida con los aplausos de la bancada de la CUP y algunos diputados de JpS.

Torrent, por su parte, ha defendido la legalidad constitucional de la reforma y ha criticado a la oposición porque, desde su punto de vista, «les da miedo» que el próximo 1 de octubre «los catalanes y las catalanas puedan votar»; confirmando también que el motivo político del cambio reglamentario es para aprobar las llamadas «leyes de desconexión».