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Claves para la impunidad: El político, el juez y el empresario

Por. B. B. Uno de mis mejores profesores de Periodismo en la Universidad fue un destacado periodista radiofónico allá por la década de los noventa. Solía repetir con frecuencia que en materia de corruptelas políticas las casualidades no existían sino que «las da el medio donde se desenvuelven los corruptibles y corruptores». En definitiva, lo que quería resaltar era una evidencia: por ejemplo, para ser un juez corrompido por la política, éste debía relacionarse con el medio político. No le faltaba razón.

En la trama del 3% las casualidades no existen. En lo que afecta al exconsejero Germà Gordó se produce una sospechosa interrelación y parentescos entre empresarios, políticos y jueces.

Germà Gordó está casado con una magistrada del CGPJ
Germá Gordó está casado con una magistrada del CGPJ

El juez, el político y el empresario

En primer lugar encontramos un Juez Instructor que «casualmente» se repite en no pocas de la causas que afectan a la trama del 3%, se trata del juez Enric Anglada, hoy jubilado. 

El propio juez Anglada reconoció en su momento su estrecha amistad con el empresario imputado por la financiación ilegal de CDC, Josep María Bassols.

Bassols, acaudalado constructor, fue exalcalde de CDC y exasesor de Carles Puigdemont y, a su vez, está casado con la magistrada del Tribunal Superior de Justicia Nuria Bassols, controvertida jueza que no dudó en exonerar de toda culpa al diputado de CDC, Ferrán Falcó por un flagrante caso de corrupción en ADIGSA. Por si fuera poco, en 2014 la magistrada Bassols fue nombrada por la Generalitat, Directora de Transparencia.

Amigo de, esposa de, marido de

Hace unos meses, la fiscalía volvió a solicitar que se investigara al exconseller Gordó ya que considera que es el máximo responsable de la trama del 3%, al tener sospechas fundadas de que presuntamente se adjudicaban obras públicas a cambio del pago de comisiones. La condición de aforado de Gordó implica que únicamente el Tribunal Superior de Justicia -donde «casualmente» ejerce de magistrada Nuria Bassols– es el único organismo competente de aceptar la petición de investigación.

Otra importante casualidad que no debe pasarse por alto es la marital. Germà Gordó está casado con Roser Bach, magistrada del Consejo General del Poder Judicial.

Pruebas que desaparecen

Sobre la desaparición del Registro de Reuniones del exconsejero Gordó hay que señalar que la encargada de su gestión y custodia era Raquel Viloca, hija del extesorero de CDC implicado en el caso Petrum.

Así pues, queda confirmado que las casualidades no existen sino que las da el medio. La pregunta es… ¿este entramado de relaciones y «casualidades» afecta sólo a la trama del 3%? ¿Existe interés por no desmontar el entramado de relaciones entre políticos, jueces y empresarios?