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El Rey vuelve a ser el árbitro

Desde las 10 de la mañana de hoy, lunes, hasta las 19 horas de mañana, martes, el Rey va a dedicar todo su tiempo a recibir en su despacho del Palacio de la Zarzuela a quince dirigentes de las fuerzas políticas representadas en el Congreso de los Diputados. Con cada uno de ellos, el Jefe del Estado va a celebrar consultas para averiguar cuál es su posición y saber a quién están dispuestos a votar de cara a la investidura de un nuevo presidente del Gobierno de España.

Una vez que el Monarca recabe esta información, o bien podrá proponer un candidato si es que cuenta con los apoyos necesarios para que el Congreso le otorgue su confianza, o en el caso de ausencia de una propuesta de candidato, proceder a la disolución de las dos Cámaras legislativas y a la convocatoria de nuevas elecciones generales. En cualquiera de los dos casos, el Rey deberá informar a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para que actúe en consecuencia.

Tanto el Jefe del Estado como los políticos que van a acudir al Palacio de la Zarzuela son conscientes de la trascendencia de las consultas que se van a celebrar estos dos primeros días de la semana y que del resultado de esas conversaciones de Don Felipe con los políticos depende el futuro político inmediato del país y de sus ciudadanos. Pero es útil recordar en estos momentos que el papel del Monarca, según la Constitución, no le da mucho margen de acción para ejercer un papel más activo que el de arbitrar y moderar el regular funcionamiento de las instituciones. Eso quiere decir que no puede ir más allá de esas atribuciones e intervenir a favor o en contra de una candidatura concreta.

Es cierto que este verano, tras el fracaso de la investidura del dirigente socialista Pedro Sánchez, el Rey Felipe se pronunció a favor de buscar una salida para desbloquear la situación: «Lo mejor es encontrar una solución antes de ir a otras elecciones», dijo el Monarca en el Palacio de Marivent durante la comparecencia familiar que suele hacer todos los veranos. Pero también es cierto que añadió a continuación: «También hay una solución dentro de las previsiones constitucionales».

Las consultas de hoy y mañana del Rey son, sin duda, la última oportunidad para evitar una nueva convocatoria electoral pero eso no ha hecho, hasta ahora, que los dirigentes políticos se hayan movido un milímetro de sus posiciones, a pesar de que todos ellos saben lo que se juegan con su inmovilismo y el riesgo que asumen de lo que puede suceder en un nuevo paso por las urnas. Unos y otros se limitan a echarse en cara la culpa del bloqueo y hay incluso un dirigente que pide al Monarca que le eche un cable para convencer a otro que le rechaza de que cambie su posición a favor suyo. Lo paradójico es que quien pide al Rey que le eche una mano sea un antimonárquico declarado y haga campaña activa a favor de la república.

Mañana, el secretario general del PSOE Pedro Sánchez será el último en ser recibido por el Rey que tendrá, en ese momento, ya formado su criterio acerca de si es posible intentar de nuevo la investidura del dirigente socialista o hay que descartar definitivamente esa posibilidad. Será entonces el momento de saber si ha sido posible el entendimiento o continúa el bloqueo político que llevará a los ciudadanos españoles a depositar de nuevo su voto ante las urnas, aunque con el escepticismo de que eso solucione la situación actual.