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¿En qué consiste la mochila austriaca que propone Pablo Casado?

(ABC)

En el mitin de hoy de Pablo Casado, el candidato del PP a la presidencia del Gobierno ha comentado que si gana las elecciones implantará la «mochila austriaca». Estaría por ver cómo se definiría en nuestro país, pero en principio se trataría de una medida que estaría destinada a remodelar el mercado de trabajo. En Austria lleva implantada desde el año 2003, y por entonces fue toda una revolución en el sistema de indemnizaciones por despido que estaba en vigor. A pesar de que en el país alpino este sistema es un éxito, la implantación de este modelo en España cuenta con partidarios pero también con detractores.

Pero lo principal es, ¿en qué consiste la mochila austriaca? Consiste en una aportación que la empresa realiza cada mes sobre el salario bruto del trabajador a un fondo de capitalización. En Austria esta aportación es del 1,53%. Así, sería como una cuenta de ahorro individual a nombre del empleado. Este en todo momento conoce el montante de ese ahorro, que es gestionado por fondos privados, autorizados por el Gobierno, para que generen una rentabilidad. La renta se va añadiendo, salvo comisiones, al capital proporcionado por la empresa. Si la empresa inversora no acierta, el trabajador no se debe preocupar, ya que el Estado garantiza el 100% del capital aportado en la hucha. Además, se puede heredar.

Esa mochila viaja con el trabajador de empresa en empresa. Es decir, cuando es despedido o se marcha por propia voluntad, el empleado no recibe indemnización, sino su mochila. Y cada compañía en la que trabaje irá aportando a esa hucha. Estos ahorros pueden ser utilizados en caso de despido (no afecta al subsidio por desempleo) y/o como un complemento a la pensión de jubilación.

En cuanto a su tributación, todo depende de la manera de cobro por parte del tarabajador. Si llegado el momento de su retiro el trabajador decide cobrarlo en un único pago, debe afrontar un impuesto del 6%. Si opta por recibir cada año un porcentaje del fondo como complemento de su pensión, esa cuantía está libre de impuestos.

No es la primera vez que esta medida se propone. Distintas formaciones políticas han propuesto la mochila austriaca, los últimos Ciudadanos y el PSOE, pero nunca ha llegado a concretarse. Ahora es Pablo Casado quien pretende implantarla. Para los partidarios, este fondo favorece la movilidad voluntaria de los trabajadores, que ya no perderían sus derechos indemnizatorios acumulados al cambiar de empleo. También puede servir para complementar las pensiones de futuro del trabajador, en un momento en el que parecen apuntar a la baja.

Incertidumbres

Lo que pretende corregir la mochila austriaca es la temporalidad -España es el país de Europa con mayor tasa en este sentido-, ya que según los expertos se ha demostrado que este modelo favorece a reducir la temporalidad.

Pero a pesar de esto, también creen que sin acometer otras reformas será muy complicado llevarla a cabo. Su introducción supondría un replanteamiento del sistema actual de indemnizaciones. Un «antes y un después» que obligaría a buscar soluciones para los trabajadores con derechos ya adquiridos. Al afrontarse mes a mes el gasto para indemnizar, las empresas no sufrirían desequilibrios en caso de asumir regulaciones de plantilla. Otros creen que este modelo impulsaría las nuevas contrataciones.

Los detractores por su parte apuntan que eliminaría las trabas al despido, desincentivando la búsqueda de otras soluciones alternativas, y supondría un aumento de los costes laborales.

Otro de los puntos que preocupa a trabajadores y empresas es quién pagará realmente las aportaciones a la mochila. En España la indemnización por despido objetivo son 20 días por año trabajado, hasta un tope de 12 mensualidades, y 33 días por despido improcedente, hasta 24 mensualidades. Unas indemnizaciones más altas de las que en su momento tenía Austria. Si en el país centroeuropeo las aportaciones que se realizan a la mochila ascienden a 1,53% del salario bruto, en consonancia con esas indemnizaciones menores, en España las aportaciones resultarían más elevadas. En concreto, estas podrían llegar ser 3 o 4%.