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El vídeo que desmonta el nacionalismo: «Nuestro adversario es el Estado español, el resto somos el pueblo»

La dialéctica del nacionalismo catalán hace tiempo que se convirtió en un clásico político de manipulación nacionalista sólo comparable con las políticas de Chávez, Maduro en Venezuela y su réplica española versionada por Podemos, los hermanos Castro en Cuba o la mayoría de gobernantes argentinos, todos ellos, maestros de la manipulación lingüística.

El nacionalismo catalán contemporáneo arranca en los años ochenta del S.XX con Jordi Pujol como máximo hacedor de la nación catalana.

La aplicación de la dialéctica «ellos contra nosotros», basada en la premisa del Estado español contra Cataluña ha constituido el fundamento del discurso de Jordi Pujol, Artur Mas, Carles Puigdemont, Francesc Homs, Carme Forcadell y el resto de líderes del nacionalismo, está trufado del lenguaje de «ellos contra nosotros».

El presidente Carles Puigdemont o la consellera Neus Munté aseguran que sólo son demócratas quienes se oponen a las actitudes del Estado español. En este sentido Munté compara sin ruborizarse “el contraste entre la decadencia del sistema político español que persigue la democracia y un pueblo y unas instituciones que la defienden”.

El día en que Homs acudió al Tribunal Supremo para declarar por la querella por desobediencia, Mas ya proclamó que lo que estaba en juego no era “la independencia de Cataluña, sino la democracia”.

Los ejemplos de xenofobia del nacionalismo populista de Cataluña son innumerables. Carme Forcadell, presidenta del Parlament de Cataluña, no tiene inconveniente en alimentar el odio con mensajes sencillos y claros: «Nuestro adversario es el Estado español, lo hemos de tener muy claro. Estos son nuestros adversarios, el resto somos el pueblo catalán.»

El manual del populista ha sido muy estudiado y existe una amplia bibliografía al respecto. A modo de síntesis podemos destacar las siguientes estrategias:

Enemigo imaginario

Crear enemigos imaginarios –tanto internos como externos- para intentar colocar a la población en una lucha contra ellos y centrar sus fuerzas en combatirlos en vez de concertarse en las genuinas necesidades del país. Enfocar toda la fuerza allí.

Durante los últimos años algunos de ellos han sido el Fondo Monetario Internacional (FMI), “el neoliberalismo de los 90`”, el campo (siendo el punto culmine la Resolución 125), el Grupo Clarín (con la Ley de Medios y la persecución a los hijos de Ernestina de Noble), el Poder Judicial (con la democratización de la justicia), más actualmente los “Fondos Buitre” (cayendo en default) o, en el caso del nazionalismo catalán, el Estado español pero la lista sigue.

En algunos casos fueron solamente coyunturas conflictivas pero que el gobierno ha posicionado como enemigos del estado declarándoles la guerra, y dejando de lado a los verdaderos enemigos de la población como es el paro, la pobreza o el narcotráfico. En otros casos directamente fueron construidos por el propio gobierno.

Negación de los hechos

Negar o desconocer sistemáticamente hechos propios que se contradicen con la versión histórica o actual de lo sucedido a través de sus poderosos medios de comunicación, la propaganda o la cadena nacional.

Jordi Pujol ha negado sistemáticamente muchos de los hechos descubiertos por la UDEF y no ha dudado en amenazar a todo el sistema español si el Juez De la Mata se atreve a dictar orden de prisión contra él.

Los ejemplos de populismo de manual los podemos encontrar en muchos dirigentes argentinos que, durante décadas, han demostrado ser auténticos doctos en la materia. Algunos de esos ejemplos son la participación de los Kirchner en la privatización de YPF (luego estatizada en el 2012), su fluida relación con Menem y Cavallo en los años 90´, al igual que con el Grupo Clarín, llegando a reconocer que han compartido sendas cenas en la quinta de Olivos con Héctor Magnetto o permitir la fusión entre Multicanal y Cablevisión.

Control sobre los medios de comunicación

“Se consolida el control del Govern sobre los medios públicos al servicio de toda la sociedad”. Así de contundente se mostró en un comunicado conjunto de los comités de empresa de TV3 y de Catalunya Ràdio, las dos emisoras (televisiva y radiofónica) de la Generalitat de Cataluña. Hace referencia este comunicado a los últimos cambios en el organigrama de los medios públicos tras la investidura de Carles Puigdemont como nuevo ‘president’.

Hay que remontarse hasta 1990 para demostrar que Jordi Pujol y su camarilla se reunieron para diseñar el llamado Programa 2000, una lista de principios y acciones cuyo objetivo era extender el nacionalismo a todos los ámbitos sociales. En el apartado “Medios de Comunicación” se proponía “lograr que los medios de comunicación públicos dependientes de la Generalitat sigan siendo unos transmisores eficaces del modelo nacional catalán. Para ello se utilizará y difundirá de forma clara los conceptos relativos a la identidad nacional catalana”. La lectura completa del documento es imprescindible para entender el carácter totalitario del nacionalismo y el momento actual, programado por un puñado de fanáticos desde que Pujol llegó al poder.

En este sentido, son ampliamente conocidas las subvenciones recibidas por cabeceras como El Punt-Avui o Ara, la huella del apoyo económico del Gobierno catalán aparece en la parte inferior de sus ediciones digitales con la mención: Amb el suport de la Generalitat de Catalunya.

No todos los medios hacen tanto alarde del escudo. Ejemplos de ello son El Periódico de Catalunya y La Vanguardia, dos de los mayores beneficiarios de la Generalitat.

Sin embargo, la gran mayoría disfruta de las subvenciones que reparte el Govern: una media de casi 20 millones de euros por año desde el principio de la crisis económica, en 2008.

En total, el Gobierno catalán ha inyectado más de 200 millones de euros en los medios de comunicación, sin contar el dinero procedente de la publicidad institucional siempre repartida de forma no transparente. A lo largo de la lectura detallada del Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC), sólo aparecen 22 contratos de publicidad institucional con especificación de los medios beneficiarios.

Jordi Pujol, responsable de la organización criminal más importante de España, junto a su mujer, Marta Ferrusola y el que fuera su sucesor, Artur Mas en una fotografía de archivo.

Sostenimiento inviable de la economía

El economista Josep Pedrol, autor subvencionado por la Generalitat de Cataluña, afirma que la independencia crearía 138.922 nuevos puestos de trabajo directos, que reducirían el paro en Cataluña del actual 17,73% al 14,05%. Más concretamente, esta cifra resulta de la suma de los nuevos trabajadores públicos (50.139 puestos de trabajo nuevos), el nuevo gasto público (16.376), la reversión del déficit de inversión en infraestructuras (41.630) y el efecto capital de Barcelona (30.777).

El coste político de seguir en España, asegura el subvencionado economista, es «incalculable», añade que «cada año que Cataluña pasa obligada a permanecer en el Estado españolo se pierde en oportunidades y en puestos de trabajo perdidos a largo plazo.»

El fraude electoral

El fraude comienza mucho antes del día de la elección, con una lluvia de encuestas falsas que dan como ganadores a los candidatos del oficialismo, financiadas por éste.

Los periodistas y medios adictos al nazionalismo hacen fila para anunciarlas y despotricar al competidor. Asimismo es una época fértil para las campañas sucias. De nuevo, hay que mirar a Argentina para conocer las técnicas más utilizadas:

– La “urna embarazada”: llenando de votos la urna antes de colocar la faja de seguridad.

– Colocando a autoridades de mesa afines, haciendo que las sorteadas no se presenten el día de la votación y enviando militantes a primera hora para que asuman el cargo.

– Amenazando y amedrentando a los todo aquel que se oponga al nazionalismo.

– El robo constante de papeletas o la adulteración de las mismas para luego impugnarlas.

– Retirando a las fuerzas de seguridad y delegados de la justicia electoral de los centros de votación.

– Adulterando los padrones y haciendo votar a ciudadanos adictos al nazionalismo. Como asimismo votar por ciudadanos ya fallecidos.

– El “voto cadena”: entregando un sobre ya cerrado con el voto.

– Ofrecer dinero o alimentos a cambio de votos jugando con las necesidades básicas de la gente.

– Amenazas a los empleados públicos con perder su puesto laboral.

– Impedir la presencia de fiscales durante el acto de escrutinio.

– Introducción de nuevos votos en las urnas antes del recuento definitivo, violando las fajas de seguridad, ya sea finalizado el escrutinio de la mesa o durante el traslado posterior de las urnas.

– Carga errónea de los datos en el centro de cómputos.

– Complicidad de la Justicia Electoral para que no dé lugar a que se abran todas las urnas y otras denuncias de irregularidades.

Las mencionadas técnicas no funcionan por separado, pero logrando combinarlas se puede cambiar el resultado de una elección. La única explicación de semejante apego a un sistema arcaico de votación es el fin buscado: ganar como sea.

Revisionismo histórico

Sin dudas, este es uno de los puntos más importantes para un gobierno populista. George Orwell fue claro: ”Quien controla el presente controla el pasado y quien controla el pasado controlará el futuro”. Este gobierno comenzó una serie de cuestionamientos a algunos próceres de la historia, valiéndose de historiadores que comulgan con el modelo, que están reescribiendo nuestra historia.

Para ello, la Generalitat ponen en nómina a un buen grupo de pseudo historiadores al servicio del «procés» bajo la apariencia de «prestigiosas» instituciones.

Un buen ejemplo de estas entidades es el denominado Institut Nova Història, que ha organizado eventos, reuniones y conferencias para revisar la historia en función de los orígenes de personajes e hitos auspiciados por una “Cataluña que  se erige como ombligo del mundo”, según relatan los historiadores de esta entidad.

Se podrían destacar centenares de falacias históricas pero sirva de ejemplo el caso de Cristóbal Colón, al que un foro organizado por este instituto en Montblanc (Tarragona) sometía a debate la “presunta manipulación del Reino de España” de la figura del descubridor, considerado por los historiadores nacionalistas catalanes como un “navegante de origen certificado catalán de noble cuna cuyo verdadero nombre fue Joan Colom i Bertran”, según aseguraron en esa reunión en Montblanc un reducido grupo de historiadores que participaron en dicha jornada “histórica”.

EL INSTITUT NOVA HISTÒRIA ha tenido subvenciones de diversos ayuntamientos nacionalistas en Cataluña

Josep Andreu (ERC) fue capaz incluso de defender “el indudable origen catalán” de Miguel de Cervantes, Teresa de Ávila o el anónimo creador del Lazarillo de Tormes (Joan Timoneda).

Jordi Bilbeny es el director de investigaciones del INH y es amigo personal de Carme Forcadell y Artur Mas defiende sin ambajes la falsificación de la historia de Cataluña y la conspiración de España por apropiarse, entre otros, del descubrimiento de América.

Este instituto ha recibido el apoyo de diversos intelectuales y políticos proclives al nacionalismo, como la escritora Isabel-Clara Simó, Josep Rull (secretario de Organización de Convergencia Democrática), Ramon Tremosa (eurodiputado y cabeza de lista a las elecciones europeas por CiU), Josep Mª Terricabras (eurodiputado y cabeza de lista a las elecciones europeas por ERC). En julio de 2014 el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, envió una carta a Bilbeny felicitándolo por su libro “Descubrimiento y conquista catalana de América. Una historia reescrita por los castellanos”, destacando que los libros del Institut Nova Història “son muy convincentes”.

Bilbeny sostiene que Colón parte de Pals (Gerona) y no de Palos de la Frontera (Huelva). Y ha llegado a afirmar: “Tanto el primer viaje como la posterior conquista fueron empresas organizadas y financiadas por la Corona catalana; posteriormente el Estado español censuró y manipuló todo tipo de documentos y ocultó la catalanidad de los protagonistas”, sostiene este historiador catalán.

División de la población

Como ya se ha comentado el populismo siempre busca enemigos, aún si deben ser imaginarios, ante la falta de uno real. De un lado están ellos y del otro lado el resto, sean del partido o ideología que fueran. El nacionalismo catalán, como la mayoría de populismos, reducen todo a un absurdo e irreal binomio, amenazando que son “ellos o el caos”, que “van por todo”.

Hace años que no se veían cenas en familia en Cataluña divididas por una discusión política, o cambiar de canal para no confrontar con el otro. Hay programas y canales que una parte de la población no mira y viceversa. Dividir a la población entre nazionalistas o constitucionalistas. Utilizar pretextos absurdos como «España ens roba» como consecuencia del accionar de una parte de la sociedad, poniendo de su lado a la restante, han logrado su cometido en estos 12 años: “Divide et impera”.

OTRAS MUCHAS TÉCNICAS

Victimismo: explotación política de agravios —reales o imaginarios— para justificar las reivindicaciones secesionistas, los liberticidios y los estallidos de violencia.
Manipulación informativa: el nacionalismo catalán prioriza la manipulación informativa del pasado, del presente y del futuro. Construcción de una realidad ficticia para engañar y dirigir a las masas, para afianzar los tres pilares anteriores. Sustitución de la historia por mitología, y del raciocinio por consignas y eslóganes. Recurso, habitual o esporádico, a métodos coercitivos para la homogeneización ideológica de la población. Eliminación —física, o social, profesional y política— de toda disidencia del “pensamiento único”, institucionalizado como verdad irrefutable.
Por último y, no por ello menos importante, la manipulación de la enseñanza.

MANIPULACIÓN DE LA ENSEÑANZA

Hay que decir sin ambages que los presidentes del gobierno de España -desde Aznar a Rajoy- en materia de enseñanza (como en otros muchos) han mirado para otro lado. Para entender esta dejadez gubernamental hay que acudir al libro de las dádivas y a las negociaciones de presupuestos.

La pedagoga sueca Inger Enkvist que lleva años criticando experimentos pedagógicos con los niños ya denunció en Barcelona que:

Cataluña es ejemplo de que la educación se puede utilizar para fines perversos, para el adoctrinamiento” nacionalista.
– Hay que “recuperar el valor de la verdad” frente a la “manipulación” educativa y su “corrupción intelectual o moral”.
– El nacionalismo trata de “contaminar los procesos mentales, es decir, condicionar el pensamiento, lo que “pone en peligro el correcto funcionamiento de la democracia”.

Conclusión: el nacionalismo catalán es una política populista de manual, pagada generosamente con los impuestos de todos los españoles y sin que el gobierno de España tenga la valentía y la firmeza de poner coto.