El PP aceptó una enmienda del PSOE con la que renunciaba a que el Ejecutivo central se hiciese con las riendas de TV3 y Catalunya Ràdio.
Fuentes del partido de Rajoy admitieron que se eliminaba porque, entre otras cosas, el Gobierno se veía incapaz de controlar «un mastodonte televisivo fuertemente politizado». Un hecho que se ha interpretado como incompetencia para algunos y como debilidad para otros.
Ahora, el Gobierno se limita a trasladar quejas mediante instrucciones internas en las que recomienda a TV3 la utilización de términos como “unionista” para referirse a los partidos no independentistas o recomienda sustituir el rango de presidente que todavía se da a Puigdemont por la coletilla “el Govern cesado según el Estado español”. Evidentemente, las recomendaciones que provienen de Madrid caen en saco roto.
TV3 insiste en sus zappings en difundir imágenes que les sirva para retratar al resto de España como rancios catalanófobos: APM! en uno de sus últimos programas, lograron encontrar a un paseante que le decía a Ricardo Altable que ‘con Franco vivíamos mejor’ y a un grupo que coreaba cánticos pidiendo cárcel para separatistas.
Sin duda, el hecho de que los independentistas sigan controlando la maquinaria pública propagandística les otorga altas probabilidades de seguir manteniendo la difusión de posverdades que tanto calan en la población catalana y que claramente incidirán en la próxima campaña electoral.
