El lema del acto de hoy dice mucho: ‘Referéndum es democracia’. Como si la democracia fuese solo el referéndum de Cataluña y quien diga lo contrario es un facha. Para Guardiola, Puigdemont y demás populistas no es democracia respetar las leyes. El independentismo apela, así, a una verdad relativa y lanza la acusación implícita de que el Gobierno español no es demócrata, como si no hubiese pasado por las urnas.
Pep Guardiola ha abrazado la bandera independentista y sacar rentabilidad. No en vano, su hermana hace años que trabaja para el secesionismo a cambio de 83.000 euros al año, mas dietas.
Así pues, los buenos servicios de Francesca Guardiola han servido para ser nombrada ‘embajadora’ en Copenhague (Dinamarca), aunque su cargo oficial es representante ante “los Países Nórdicos”, entendiéndose por estos Noruega y Suecia. Su principal cometido es buscar potenciales aliados para que apoyen el proceso de ruptura con España.
Pep Guardiola está decidido a combinar definitivamente el fútbol con la política volcándose en el proyecto de ‘Junts pel Sí’ y conseguir la secesión de España.
Guardiola, siempre fiel defensor de la Diada en su sentido reivindicativo hacía el referéndum, es socio de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y de Òmnium Cultural, dos de los organismos que han organizado el acto «Referèndum és democràcia». Y ha sido este domingo cuando se ha visto al Guardiola más reivindicativo.
«Pedimos a la comunidad internacional que nos ayude. Apelamos a todos los demócratas del mundo. Que nos ayude en la defensa de los derechos amenazados en Cataluña, como el derecho de expresión política y el derecho a voto», exclamó Guardiola en la plaza de Puig i Cadafalch de Barcelona. «Pedimos que nos ayuden a enfrentarnos a los abusos de un estado autoritario», añadió el técnico del City en un lenguaje casi bélico.
